Según la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP), Chile redujo su productividad el año pasado. Para Carlos Manríquez, la tecnología es un habilitador para mejorar este importante factor para la economía local.

Se acaba de dar a conocer el Informe de Productividad 2023 y las cifras no son para nada alentadoras. La Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP) mostró una caída durante el 2023 en la Productividad Total de Factores (PTF) de entre un 1,8% y 2,4% para la economía agregada (que incluye al sector minero), y de entre 1,8% y 2,6% para la economía sin minería.

Este análisis considera el término productividad como la relación existente entre la cantidad de bienes producidos y los recursos utilizados con ese objetivo. Y desde hace rato somos muchos quienes creemos que debe haber un impulso multifactorial para revertir esta tendencia. 

Otra arista relevante del estudio, es que en esta última versión incluye como estudio exploratorio el impacto de la incorporación del enfoque STEM (integración en el aprendizaje de las materias de Ciencias, Tecnologías, Ingenierías y Matemáticas), en el marco educativo nacional, aspecto clave para ver competencias. ¿Qué constató el informe en esta parte?  Que sí tiene impacto en la productividad, crecimiento y sueldos a nivel global, y advierte que iniciativas STEM no forman parte del sistema educativo formal local. Esto dificulta que la IA se complemente con el trabajo, en vez de sustituirlo.

Lea también: Esta biotech chilena liderada por mujeres cierra ronda de inversión por 850.000 dólares para crecer en más países y en líneas de negocio

Contar con este tipo de informes es vital para corregir o revertir tendencias. Hoy la tecnología es un habilitador para mejorar y en Chile no todos lo están comprendiendo. Si bien no soy negativo frente a lo que viene, sí creo que este 2024 debe ser clave para ponernos de acuerdo en adoptar una ruta que nos lleve al desarrollo.

¿Cómo lo hacemos? Es un problema multifactorial, que tiene principalmente cuatro aristas: debemos procurar tener una educación a temprana y mediana edad que dé herramientas concretas para los trabajos del mañana; al mismo tiempo debemos incentivar una constante capacitación a los trabajadores para que adopten nuevas tecnologías (que no vean la tecnología como una amenaza, sino que como un complemento); en esa misma línea, además, es clave acortar la brecha digital de los adultos (hoy muy aguda), aspecto que hoy los lleva a rechazar todo lo “nuevo”.

Estos factores deben conectar con la incorporación de más y mejores innovaciones digitales en las organizaciones, que midan de manera constante la estrategia de los negocios. Si hacemos bien eso, es muy probable que retomemos la senda. 

Si cimentamos un camino innovador que nos situó como líderes en Latinoamérica según la OMPI, ¿por qué no adoptar más estas innovaciones junto con potenciar la educación y acortar las brechas? Es tarea de muchos, pero hagámonos cargo ya…. de lo contrario será muy tarde.

*El autor es Founder & Chief Product Officer de Codify Analytics

BOTÓN GOOGLE NEWS