Es fundamental impulsar iniciativas que fomenten el acceso de mujeres a roles de liderazgo en sectores clave de la transición ecológica, asegurando su participación en espacios de decisión.
El 8 de marzo no solo es un día de conmemoración, sino una oportunidad para analizar las brechas de género en la sostenibilidad, claramente expresadas en el Objetivo de Desarrollo Sostenible N°5 (ODS 5). En el mundo empresarial y de inversión, el concepto ESG (ambiental, social y de gobernanza) ha cobrado protagonismo, pero la ‘S’ de Social sigue siendo un gran desafío. A la fecha, persisten desigualdades estructurales que limitan la participación de las mujeres en la toma de decisiones y el liderazgo en soluciones sostenibles. Las mujeres son las más afectadas por la crisis climática: según ONU Mujeres, representan el 80% de las personas desplazadas por desastres climáticos y enfrentan mayores barreras en el acceso a financiamiento, educación y tecnologías limpias.
En el sector empresarial, el 33,5% de los cargos directivos a nivel mundial son ocupados por mujeres, según el informe Women in Business 2024 de Grant Thornton. Sin embargo, la representación femenina en los cargos de CEO cayó drásticamente del 28% en 2023 al 19% en 2024, lo que evidencia un retroceso en los máximos niveles de liderazgo corporativo. En América Latina, la situación es aún más crítica: en Chile, solo el 11% de los directorios de empresas IPSA cuentan con presencia femenina, de acuerdo con datos de la Bolsa de Santiago. Además, en la región, el 60% de las mujeres trabajan en la economía informal, lo que las hace más vulnerables a los impactos económicos del cambio climático. Las mujeres rurales, que producen aproximadamente el 50% de los alimentos en el mundo según la FAO, tienen menos acceso a créditos y tecnologías sostenibles. La brecha salarial de género también impacta: según el Banco Mundial, las mujeres ganan en promedio un 20% menos que los hombres, lo que reduce su capacidad para invertir en tecnologías limpias y resiliencia climática.
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Las políticas de sostenibilidad son diseñadas en su mayoría sin considerar las necesidades específicas de las mujeres. Sin su participación, las soluciones no serán equitativas ni efectivas. Solo el 7% de los fondos climáticos globales están dirigidos a proyectos liderados por mujeres. Es clave generar mecanismos de inversión con enfoque de género. Aún existe la percepción de que la economía verde y la transición energética son “asuntos técnicos” reservados para hombres, lo que desincentiva la participación femenina en STEM y sectores sostenibles.
Para abordar esta desigualdad, bancos e instituciones financieras deben establecer líneas de crédito y fondos específicos para proyectos sostenibles con perspectiva de género. Diversos estudios han demostrado que equipos de liderazgo diversos generan mejores resultados financieros y ambientales. Promover la educación en energías renovables, economía circular y tecnologías climáticas para mujeres es clave para cerrar la brecha. Las empresas y gobiernos deben comprometerse con indicadores medibles de equidad de género en sus estrategias de sostenibilidad. Además, es fundamental impulsar iniciativas que fomenten el acceso de mujeres a roles de liderazgo en sectores clave de la transición ecológica, asegurando su participación en espacios de decisión. La creación de programas de mentoría y capacitación, así como el fortalecimiento de redes de apoyo para mujeres emprendedoras en la economía verde, son estrategias esenciales para avanzar hacia una sociedad más equitativa y resiliente para todos.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) ha identificado que aumentar la participación de las mujeres en la economía formal podría incrementar el PIB mundial en hasta un 26%. Si queremos avanzar en una agenda ESG efectiva y justa, es imprescindible incluir a las mujeres en el diseño e implementación de soluciones sostenibles, generando un cambio estructural que impacte de manera positiva tanto a nivel social como ambiental.
* La autora es eco periodista y fundadora de Mujer Sustentable.
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