Chile Sigue viviendo un periodo de sequía prolongada, donde algunas semanas de lluvias no van a recomponer el panorama general que se extiende por todo el territorio. Y en este escenario, según Andrea Ramos, es crucial avanzar en la implementación de soluciones innovadoras y sostenibles.
Las intensas lluvias registradas durante las últimas semanas en la zona centro-sur del país tuvieron varios efectos. Por primera vez en casi quince años se lograron cifras azules, e incluso la región Metropolitana alcanza a la fecha un superávit de 131,5%.
Estos números dieron pie a la idea de que como país, dejamos atrás la sequía, situación completamente ajena a la realidad. La realidad es que no podemos minimizar el hecho de que estamos viviendo un periodo de sequía prolongada, donde algunas semanas de lluvias no van a recomponer el panorama general que se extiende por todo el territorio. Hoy son 192 las comunas declaradas con emergencia agrícola por déficit hídrico entre Atacama y Magallanes. Además, hay que ser cuidadosos con la información positiva de corto plazo, ya que la cuenca del río Maipo (principal fuente de agua de la región Metropolitana), sigue siendo uno de los 10 ríos con mayor estrés hídrico a nivel mundial.
Cuando vemos en perspectiva la vulnerabilidad del agua como elemento vital para la seguridad alimentaria y la producción agrícola, nos encontramos con que esto se debe a dos factores principales: su sobreexplotación y las consecuencias negativas del cambio climático.
Por eso, es crucial avanzar en la implementación de soluciones innovadoras y sostenibles, basadas en la acción colectiva, para proteger el recurso y utilizarlo de manera eficaz en actividades imprescindibles, como lo es la producción de alimentos. Aquí el compromiso de agricultores y empresas es clave, ya que la colaboración permite a los primeros implementar mejores prácticas en el uso eficiente del agua para riego. Por su parte, las empresas que financian proyectos de este tipo se ven beneficiadas con el mantenimiento de una fuente necesaria para la elaboración de sus productos y servicios. Sin agua suficiente, la cuenca se seca y la operación va a la baja, por lo que todos los actores implicados obtienen ventajas si se aplican medidas que apuntan a la protección hídrica. Lo importante entonces, es visualizar la cuenca como un elemento integral que involucra a múltiples stakeholders.
Lea también: Codelco emitió su primer financiamiento climático por 532 millones de dólares
En lo referente al cambio climático, se requiere de respuestas coordinadas y políticas de corto y largo plazo. La alteración en los patrones de precipitaciones que vimos este año son una consecuencia de esa misma crisis climática y no olvidemos que el calor, la sequía y las fuertes lluvias tienen impactos significativos en la disponibilidad de agua y el rendimiento de los cultivos.
No caigamos en la equivocada premisa de que el aumento de los índices de lluvia de este año es una solución a todos los problemas. Al contrario, veamos estas cifras como una oportunidad para tomar conciencia y transformar las prácticas tradicionales de producción de alimentos uniéndonos a un esfuerzo colectivo que tenga como foco principal el uso eficiente de los recursos naturales disponibles.
La autora es vicepresidenta de Adaptación Climática de Kilimo
⁎ Las opiniones expresadas son solo responsabilidad de sus autores y son completamente independientes de la postura y la línea editorial de Forbes Chile.
