Múltiples estudios evidencian que las áreas STEM siguen dominadas por los hombres. En el marco del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Alexandra Winter explica las implicancias de esta brecha y cómo cerrarla.

Organismos internacionales como la Unesco aseguran que las áreas STEM (acrónimo en inglés para ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son fundamentales para el desarrollo y fortalecimiento de las economías de los países, y que mientras mayor participación de las mujeres exista en las organizaciones de estas industrias, se fomentará la diversidad y la riqueza de las sociedades. Aún así, el mundo STEM continúa siendo un terreno dominado en su mayoría por hombres. Pensando en esto, desde 2015 se instauró el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, que cada 11 de febrero busca promover un mayor acceso e igualdad de género en este ámbito.

El problema es que a pesar de que diversas investigaciones y estudios demuestran rendimientos similares entre niños y niñas en asignaturas de ciencias y matemáticas, continúan existiendo estereotipos y prejuicios de género palpables desde la infancia. A los niños se les alienta a seguir este tipo de carreras, mientras que ellas son dirigidas hacia aquellas relacionadas con la educación, los servicios o la administración. Esta realidad se replica en la adultez y no sólo en los estudios. En el mundo del emprendimiento, las startups científico-tecnológicas están compuestas en su gran mayoría por equipos masculinos, con muy poca presencia de mujeres en los equipos y aún menos fundadoras. 

Lea también: ¿Cómo una abogada chilena quiere acabar con los sesgos en las empresas implementando inteligencia artificial?

Hoy, sólo el 30% de quienes investigan en todo el mundo son mujeres, informa la agencia de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. La brecha de género se mantiene y en Chile, el panorama es similar: 7 de cada 10 equipos de emprendedores son liderados por hombres y el 11% corresponde a equipos comandados por mujeres (3 de cada 10), según el Segundo Estudio de Caracterización de los Emprendimientos de Base Científica-Tecnológica realizado en 2021 por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación. Es más: Las tituladas de pregrado en STEM son solo el 7%, representan el 35% del personal investigador y sus sueldos son hasta un 23% inferiores al de hombres.

¿Por qué esto es un problema? Básicamente, porque estamos perdiendo oportunidades relevantes. La desigualdad de género en empresas y startups puede contribuir a la brecha salarial y a la desigualdad económica. ONU Mujeres afirma que cuando las mujeres tienen igualdad de acceso, pueden realizar contribuciones sustanciales para la sociedad y la economía y que si tuvieran la misma presencia en el mercado laboral que los hombres, se podrían sumar al PIB mundial hasta 28 trillones de dólares, o un 26%, de aquí a 2025.

Además, una baja participación femenina en ciencia y tecnología significa que una parte significativa del talento disponible no se está utilizando en su total capacidad. Está comprobado que la diversidad aporta nuevas perspectivas y enfoques a los problemas y que cuando los grupos son homogéneos, surgen sesgos en la toma de decisiones que limitan la creatividad y la innovación. 

Apliquemos esto a los emprendimientos y startups, que en sus fases tempranas suelen enfrentar numerosos desafíos de toda índole. Mientras más variados sean sus miembros, aumentarán las probabilidades de encontrar soluciones que les permitan surgir. Más adelante, en la búsqueda de financiamiento e internacionalización de los proyectos, son especialmente valorados por los inversionistas atributos como la fortaleza de los equipos, la propuesta de las ideas y el enfoque de género.

Hay también otro factor importante en la promoción de las niñas y las mujeres en la ciencia. Las nuevas generaciones necesitan referentes y cuando no existen modelos femeninos exitosos en estos campos, es más difícil inspirar a quienes vienen detrás, manteniendo ese círculo negativo a través de los años. Si nos mantenemos como estamos, las proyecciones económicas que plantea ONU mujeres no podrán hacerse realidad. 

Pese a todo, hay esperanzas. El reciente proceso de admisión universitaria que se vivió en Chile reveló que tres de cada 10 personas que este año ingresan a carreras STEM son mujeres. Las universidades declaran un mayor interés por las áreas de ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas, con un alza en la matrícula femenina de 16,8%. 

Como sociedad, nuestra misión entonces es fomentar este interés y trabajar en iniciativas que ayuden a reducir la brecha de género, visibilizar el tremendo aporte que realizan las mujeres en este ámbito y promover instancias que hagan efectiva su participación en el mercado laboral. Desde el punto de vista del emprendimiento esto es especialmente relevante, ya que hoy se requiere a las mejores startups y profesionales de ciencia y tecnología para enfrentar los desafíos actuales de la transformación digital. Se trata de una oportunidad demasiado grande y valiosa como para dejar fuera a quienes hoy componen casi la mitad de la población. 

*La autora es Directora del programa Internacional de Soft Landing de CIC

BOTÓN GOOGLE NEWS