Para Roberto Araya, la IA es una tecnología con un enorme potencial, de una magnitud solo comparable a la invención de la escritura. Quizás nos convierta en analfabetos funcionales, pero para Araya ello tendrá efectos positivos.

Si bien nos hemos quedado estancados en una tasa de crecimiento muy baja, la buena noticia es que con la IA hay posibilidades de volver a despegar. El mundo no es de suma cero. Todos podemos mejorar tal como lo hicimos durante la revolución industrial. En ese período experimentamos un crecimiento enorme. 

El arqueólogo Ian Morris ha monitoreado la energía capturada per cápita por cada año desde hace 14.000 años. Antes capturábamos las calorías de los alimentos y muy poco más. En los últimos siglos la energía capturada per cápita explotó, multiplicándose por 50. El incremento se debe al gran aumento de la energía capturada para la construcción y el transporte. 

El progreso no fue sólo en energía. El ambientalista Bjorn Lomborg estima que la defecación al aire libre ha bajado sustancialmente hasta llegar hoy a sólo un 15%. La pobreza extrema en el mundo ha caído desde 90% hace dos siglos a 10%, y la esperanza de vida pasó de poco más de 30 años a los 80 años actuales. Como destaca el premio Nobel de economía Angus Deaton, este ha sido el gran escape de un mundo muy precario. En el campo cultural el avance también ha sido espectacular. Hace 500 años en muchos países europeos como Suecia sólo un 1% aprendía a leer. Ahora, hemos logrado que 85% de la población mundial lea.

Sin embargo, el crecimiento se ha estancado. El alfabetismo funcional, que incluye poder leer y entender recetas médicas y cartolas bancarias, todavía no es completo, y eso cuesta caro. El World Literacy Foundation estima que el analfabetismo funcional cuesta cada año más de un millón de millones de dólares al mundo y 3 mil millones de dólares en Chile. 

Lea también: Este casco de futbol americano para sordos transmite jugadas en realidad aumentada

Pero hay una nueva oportunidad. Tal como lo hizo la revolución industrial, ahora la IA podría lograr por un tiempo tasas anuales de crecimiento similares. El economista Charles Jones, conjetura que es factible alcanzar un 10% anual, que es la tasa anual de crecimiento que alguna vez lograron los países líderes en la revolución industrial. ¿De dónde vendría ese increíble crecimiento? 

Consideremos dos posibles fuentes. Una primera fuente está en la interacción hombre máquina usando los Modelos de Lenguaje Grandes (LLM, por su sigla en inglés). Estos modelos, como ChatGPT y Bard, son los que hoy han puesto de moda la IA. Ellos ya logran instantáneamente traducir entre diferentes idiomas, sintetizar textos y diálogos. Y ahora, también pueden interactuar a viva voz con el usuario. 

Ya es más eficiente aprender cómo arreglar un electrodoméstico o entender las ideas centrales de un autor viendo un video en YouTube que leyendo manuales o libros. El LLM catapulta este modo de aprender introduciendo una interacción mucho más fluida y a viva voz. Esto revierte el dominio visual, propio del texto, sobre el acústico. Acelera así la tendencia que comenzó con la radio y que ya advirtió el filósofo de las comunicaciones Marshall McLuhan hace más de 50 años. Los LLM pueden fácilmente establecer una relación íntima con el auditor como nadie nunca antes logró. Ni el cura del pueblo, ni el terapeuta personal, ni Aristóteles tutorando a Alejandro Magno, llegaban a ese nivel de profundidad. 

Una nueva era

Entonces, paulatinamente el libro, tal como lo conocemos, desaparecerá. Pero si los nuevos LLM auditivos reemplazan al libro y los estudiantes reciben una enseñanza interactiva inigualable, entonces, increíblemente, irá desapareciendo la necesidad de aprender a leer y escribir. La escritura, que es seguramente la invención de mayor impacto en la historia de la humanidad, ha sido una increíble herramienta de aprendizaje y esencial para la innovación. Pero posee una interface arcaica, poco natural, que requiere mucho esfuerzo dominar, y que no compite con la interface natural que provee la IA. 

¿Qué implicaciones significa una población que no sepa leer ni escribir? Hagamos un ejercicio de imaginación de un eventual futuro así. Por una parte, eso liberaría del currículo al menos 4 a 6 años donde cerca de la mitad del tiempo se dedica al aprendizaje de la lectoescritura. Ahorrar tantos años de educación sin perder el aprendizaje de las competencias críticas sería un logro espectacular con ahorros millonarios.  

Por otro lado, este aprendizaje es un esfuerzo enorme y tortuoso. Requiere muchos años de práctica repetitiva y completamente artificial, que genera millones de estudiantes padeciendo trastornos como el déficit atencional y la dislexia. Por lo tanto, la salud mental de millones podría mejorar. 

Los LLM convierten automáticamente a todos en alfabetos funcionales. Otra implicación es que recuperaríamos competencias disminuidas producto del entrenamiento para la lectura. Según el neurocientista Stanislas Dehaene, la lectura termina alterando sustancialmente varias áreas cerebrales. Una es el engrosamiento de cuerpo calloso que conecta los hemisferios. Otra es la disminución de la habilidad de reconocimiento de caras. Probablemente esta última alteración afecta las interacciones interpersonales. 

Un cuarto efecto es la muerte de los tests de selección múltiple. Con los LLM el estudiante podrá enfocarse en responder preguntas abiertas, y realmente dedicarse a desarrollar habilidades más críticas como argumentar, articular y comunicar ideas, y dialogar competentemente. Alcanzará un nivel nunca visto de erudición.

Una segunda fuente de crecimiento está en el uso de la IA para implementar efectivamente el acatamiento estricto de valores universales. Es decir, lograr que las leyes y regulaciones sean aplicadas sistemáticamente, sin acomodar excepciones, sin nepotismo, ni corrupción, ni sesgos. 

También le puede interesar: ¿Puede la IA sustituir a los deportistas en el futuro? Este estudio lo plantea y señala que la inversión en sport-tech supera los US$10.000 millones

La universalidad e imparcialidad son indispensables para la convivencia y cooperación entre desconocidos, y por lo tanto para el desarrollo cultural y económico. Es así que hemos logrado convivir con millones de personas, la mayoría de las cuales nunca hemos visto ni jamás veremos nuevamente. 

Según el biólogo Mark Moffett, esta anonimidad casual, es algo que nos parece insustancial a pesar de ser uno de los logros más subestimados de nuestra especie. Es algo tan natural que cuesta apreciarlo. Si un perro se acerca a una casa con perros desconocidos, la agresión es espontánea. Así mismo reaccionábamos nosotros frente a desconocidos sólo hace unos siglos. El antropólogo Napoleón Chagnon describe el caso de un aborigen cazador recolector Yanomami luego de visitar por primera vez una ciudad. Lo que más le impactó no fueron los autos, ni los aviones. Fue la policía. Había terceros imparciales dedicados a resolver conflictos. 

Es decir, es crítico sostener valores universales aplicables no sólo para mi grupo. Luego del estudio de diversas sociedades y el desarrollo de occidente en el último milenio, el antropólogo Joseph Heinrich ha recogido abundante evidencia que aquellos países con una prosocialidad más impersonal, que se rigen más estrictamente por reglas universales, logran un mayor crecimiento e innovación. 

Los desafíos de los LLM

Ahora con IA los gobiernos podrán delegar la justicia a algoritmos universales y transparentes, que interpretarán y aplicarán las leyes, con las debidas justificaciones. Actuarán en gran medida independientemente de jueces y funcionarios, haciendo más difícil que sean capturados por terceros y posibilitando reducir años de juicios y tramitaciones a tiempos razonables. Con la ayuda de la IA los valores universales se harán realidad.  

Estas dos fuentes de crecimiento basadas en IA son muy irruptivas. Parecen propias de extraterrestres. Pero hay aún algunos problemas importantes que resolver. Actualmente los LLM alucinan. Cuando no saben algo lo inventan, y lo hacen con un lenguaje muy asertivo. Una solución es pedirles explícitamente que lo piensen paso a paso. Esto ayuda a tener una explicación detallada, que podemos revisar. Pero este es aún un problema no completamente resuelto. 

Un segundo problema son los sesgos de los LLM. Han sido entrenados revisando información en la web. Es información principalmente escrita por hombres adultos de países desarrollados, y con un cierto perfil étnico y político. Esto genera sesgos que atentan contra la imparcialidad. Por lo tanto, alientan a desconfiar y a evitar su uso por una gran parte de la población. 

Un tercer problema proviene de nuestros bugs cognitivos, como aceptar como razonables varias pseudo explicaciones que la psicóloga Woo-kyoung Ahn ha documentado. Por ejemplo, explicar algo aludiendo a grandes y muy inusuales eventos, como los del 11 de septiembre en Chile y en EE.UU., o bien a inusuales eventos recientes, como el del 18 de octubre. Los LLM podrían fácilmente aprender a dejarnos satisfechos con pseudo explicaciones que nos hacen sentido, pero que no son lógicas ni causales.

En suma, si bien aún hay importantes desafíos por resolver, la IA es una tecnología de enorme potencial, de una magnitud sólo comparable a la invención de la escritura. Con la IA hay grandes posibilidades de volver a crecer al 10%, la tasa de la revolución industrial, y alcanzar un nuevo nivel de desarrollo sostenible y bienestar. Lograremos ciudadanos analfabetos, conectados permanentemente a la IA, más eruditos y correctos que nunca antes en la historia de la humanidad.

Además: ¿Puede Blockchain acelerar las ‘ficciones de fans’ y proteger al derecho de autor de la amenaza de la IA?

¿Quieres conocer la experiencia informativa Forbes Chile? Descarga nuestra revista.

*El autor es Profesor Titular del CIAE, de la Universidad de Chile