La Viña Santa Rita fue seleccionada como la 'Mejor Experiencia Enoturística' de Chile este año

En el inicio de un fin de semana largo, mientras miles se dirigen por carretera a los destinos de playa más populares en el litoral central, tomamos una ruta distinta por el Acceso Sur hacia el Valle del Maipo y a solo 45 minutos de Santiago llegamos a un exclusivo paraíso para desconectar del trabajo, la ciudad, y conectar con una experiencia gourmet bañada en vinos, en una casona rodeada de naturaleza: el Hotel Casa Real de la Viña Santa Rita, en Alto Jahuel.

La Viña Santa Rita, además de ser una de las más grandes de Chile, fue seleccionada recientemente como la “Mejor Experiencia Enoturística del País” por los Premios Enoturismo Chile 2022, un reconocimiento que describió este paraje tan cerca de Santiago como “un tesoro en el Valle del Maipo”.

Ya en 2020 y 2021 este bastión de Santa Rita había sido calificado como una de las mejores viñas turísticas del mundo, según el ranking World’s Best Wineyards.

La joya de la corona en esa experiencia es su hotel boutique Casa Real, ubicado en la antigua casona de verano del fundador de la viña, Domingo Fernández Concha.

LEA TAMBIÉN: El restaurante chileno ‘Boragó’ se coloca entre los 10 mejores de Latinoamérica

Se trata de 16 habitaciones de lujo dentro de una casona del siglo XIX remodelada a mediados de los años noventa, ubicada dentro del enorme parque de 40 hectáreas diseñado por el paisajista francés Guillermo Renner, quien también diseñó el Parque O’Higgins, los jardines del ex Congreso Nacional, del Club Hípico y de la Viña Concha y Toro.

De hecho, cualquiera que haya visitado Concha y Toro sentirá inmediatamente que está en un lugar familiar cuando pise estos jardines en Santa Rita, del mismo creador.

En esta viña todo se presta para un viaje al pasado y entrar en un capítulo importante de la historia de Chile.

Ese capítulo comienza en la antigua casona de la patriota Paula Jaraquemada, que data del siglo XVIII, donde en 1818 se escondió un grupo de 120 soldados comandados por el libertador San Martín, quienes derrotados por fuerzas realistas en Cancha Rayada durante la Guerra de Independencia y en retirada encontraron refugio en esta estructura, que alberga el restaurante Doña Paula, el wineshop y la cava privada con 10.000 botellas de la viña.

La antigua casona de Doña Paula Jaraquemada. FOTO: Viña Santa Rita

Hoy la viña y su parque son monumentos históricos y la gerencia se esmera en preservarlos, cuenta Juan Vila. gerente general del hotel.

Toda esta zona, incluyendo la antigua panadería de la hacienda, hoy convertida en el café La Panadería, está abierta al público de martes a domingo y los tours comienzan en 20.000 pesos para adultos y 3.000 para niños y jóvenes hasta los 18 años, a pie o en un carro bar a pedal. Los precios dependen de los recorridos y la categoría de los vinos a degustar.

Como atracción única, en el predio también se puede visitar el Museo Andino, un edificio de 1.500 m2 que alberga unas 3.000 piezas arqueológicas de pueblos precolombinos que habitaron el territorio, coleccionados durante 40 años por el fallecido empresario Ricardo Claro y María Luisa Vial de Claro, y cuya entrada es gratuita para todo público. Esta es una experiencia única no disponible en otra viña

La experiencia de lujo

Pero la experiencia más exclusiva comienza al dejar esta zona y entrar por un pequeño portón al parque de la viña, que solo pueden visitar algunas personas con guías o los huéspedes del hotel Casa Real sin restricción alguna.

“Nos gusta decir que este es el jardín privado de nuestros huéspedes”, nos cuenta Vila.

FOTO: Viña Santa Rita

Si se llega en auto, se entra directo a la cochera del hotel, donde a primera vista se impone el hechizo de esta histórica casona.

El hotel tiene dos programas para los húespedes: full board y bed & breakfast. El bed & breakfast incluye el alojamiento, desayuno, acceso libre al parque, gimnasio, piscina y acceso al Museo Andino.

El full board incluye todo lo anterior más almuerzo en el hotel, en el restaurante Doña Paula o un picnic gourmet en los terrenos del parque; cena en el hotel, aperitivos y un sunset, que es una degustación en la terraza con vista al parque durante la puesta del sol. Además, es posible disfrutar de un tour premium por la viña con degustación incluida. Las bebidas, espumantes y vinos premium forman parte de la carta de ofertas de estos paquetes para huéspedes.

LEA TAMBIÉN: Cuatro restaurantes chilenos seleccionados en la lista de los 100 mejores de Latinoamérica en 2022

Desde el primer momento en que se hace la reserva, en el hotel Casa Real se esmeran en ofrecerle al huésped un servicio híper personalizado, una atención que convierten esta estadía en una experiencia particular.

Nuestro garzón —que no quiso ser identificado para la historia “no soy el protagonista”, nos dijo— cuenta que cuando un huésped hace una reservación, intentan familiarizarse con sus gustos: si es vegetariano, si le gusta tomar un café en su habitación antes de desayunar, qué tipo de vino prefiere, y tratan de complacerlo en todo lo posible.

El punto de partida de los tours para el público. FOTO: Viña Santa Rita

El check-in, por supuesto, comienza con una copa de vino cortesía de la casa en lo que se completa el proceso.

Las habitaciones se clasifican en Casa Real Room o Casa Real Suite. Las habitaciones tienen un tamaño de entre 30 y 50m2 —bastante por encima del estándar de cualquier habitación de hotel, nos cuenta Vila—, pero claro este no es cualquier hotel. Las suites tienen un tamaño de 70m2, con salas de estar o galería independiente, y todas las piezas tienen vista al parque o al patio interior.

En esta ocasión, Vila nos ofreció una suite que debe ser una de las mejores del hotel sino la mejor de toda la casona: con una amplia cama matrimonial, baño y una enorme sala de estar con sofá, sillones, escritorio y cafetera espresso, con una privilegiada vista al parque. Por supuesto, cada habitación incluye una botella de vino. La decoración es clásica y elegante, decorada a tono con la casona, mientras los baños son modernos e incluyen cosméticos de Cabernet Sauvignon, por ejemplo.

Sala de estar de la suite con vista al parque. FOTO: Forbes

Una vez instalados en la habitación, nos preparamos para un día a puro vino.

Las degustaciones y el tour

Comenzamos la experiencia con un tour premium por el parque del hotel, durante el cual el guía nos muestra la capilla del siglo XIX construida por el mismo arquitecto que diseñó la casa, el alemán Teodoro Burchard, y donde hoy se llevan a cabo los matrimonios y un ciclo de conciertos de cámara —uno por cada estación— para el público general.

También se lleva a cabo un concierto especial para niños de escuelas cercanas a la viña, como parte de uno de los cinco patrimonios que promueve Santa Rita, en este caso el patrimonio cultural.

Los otros son el patrimonio vitivinícola (la viña como tal); histórico (la relevancia del lugar y de los personajes que por aquí pasaron en la historia de Chile); gastronómico (los restaurantes), y natural (el parque).

Por el parque, entre árboles centenarios como cipreses, araucarias, abetos, sequoias y cedros, y árboles frutales, caminamos junto a lagunas, un baño romano y cisnes de cuello negro hacia las instalaciones en donde se elabora el vino, más de 100 millones de litros anuales, según el guía.

Alcanzamos a ver solo una parte de la operación pues, siendo una de las viñas más grandes de Chile, las instalaciones son enormes. De ahí visitamos la cava privada y aprendimos más sobre la historia de los 120 patriotas, que presenció el mismísimo futuro presidente de Chile, Manuel Montt, quien visitaba a su madrina Doña Paula cuando ocurrió el famoso hecho.

El tour termina con una degustación de los vinos ultra premium de Santa Rita, como los de la Colección de Origen: Triple C, Pewen de Apalta y Floresta, acompañado por una tabla de quesos. Como huésped del hotel, la viña siempre ofrecerá lo mejor de sus bodegas.

La degustación de vinos premium. FOTO: Forbes

De vuelta al hotel por el parque, con pausas para reposar, tomar fotos y contemplar la naturaleza, regresamos a tiempo para refrescarnos del calor primaveral y retomar luego las degustaciones mientras se pone el sol entre una araucaria tapizada desde el tronco por una enredadera de trompetas.

FOTO: Forbes

Así, mientras el sol se acuesta, los garzones preparan otra tabla con aperitivos que degustaremos con nuevas variedades de vino, siempre preguntándonos qué vinos hemos probado anteriormente, invitándonos a probar otras variedades en la carta o para repetir esas cepas que más nos gustaron.

En este momento los garzones y el encargado del hotel se turnan para cada uno conversar con los huéspedes ya no solo de vinos, sino de la historia de la viña, las otras atracciones que ofrecen, sugerencias y hasta de la vida misma.

Es parte de la experiencia personalizada en donde se toman el tiempo de conocer más a los huéspedes y prepararlos para la cena y el desayuno, tomando en cuenta los gustos de cada quien.

Aperitivos durante el sunset. FOTO: Forbes

La carta de los restaurantes es variada y con ricas fusiones de ingredientes chilenos únicos. En el caso de Doña Paula, que está abierto solo para el almuerzo, probamos una entrada de tártaro de atún, osobuco con cremoso de mote y para endulzar el paladar, una creme bruleé con el crocante en su justa medida.

Otros platos de la carta son el fricasé de filete, plateada en su jugo, costillar a la chilena, fetuccini con salsa de mariscos y la pesca del día.

En el restaurante del hotel, en un elegante y luminoso comedor con enormes ventanales y vista al patio interior con su fuente, la carta varía dependiendo de los ingredientes más frescos del día y en cada caso el sommelier o garzón recomienda los mejores vinos para el maridaje, repasando si es que hay algún vino que el huésped no haya probado.

Salón comedor del hotel. FOTO: Forbes

Entradas de ostiones, pulpo y salmón, y fondos de cordero, costilla de ternero, mero confitado o ravioles de arveja y ricota son algunos de los ejemplos de la carta más reciente, todos acompañados de vinos blancos o tintos ultra premium.

Tras la cena se puede reposar en algunos de los elegantes salones de la casona, como la biblioteca o el salón de pool, todos llenos con recuerdos de la familia y fino mobiliario original. En cada momento los garzones se preocupan por que los huéspedes siempre estén bien atendidos.

La sala de pool de la casona. FOTO: Forbes

Las mañanas invitan a caminar o a trotar por el extenso parque, o a tomar una de las múltiples mountain bikes que el hotel pone a disposición de los huéspedes —sin costo adicional— para explorar la viña, idealmente con un chapuzón en la piscina al terminar de hacer ejercicio.

Por lo general los huéspedes toman desayuno en el comedor del restaurante, pero si alguno desea tomarlo en su habitación o suite, mirando al parque o al patio interior, el personal no duda en atenderlo como quiera.

El full board incluye almuerzo en el hotel, en Doña Paula o un picnic de lujo en donde el huésped elija en el jardín.

El hotel es un lugar perfecto para descansar y degustar vinos durante el fin de semana y permite tanta interacción entre huéspedes como ellos quieran, pues es tan íntimo que invita a la conversación entre desconocidos, y su parque tan enorme como para apenas ver a alguien durante la estadía.

En esta ocasión el garzón facilitó la conversación entre dos grupos de personas del mismo país que terminaron tomando desayuno en la misma mesa y quién sabe, hasta forjaron una nueva amistad.

LEA TAMBIÉN: Un paseo por la Viña Vik: la obsesión con el terroir y con producir los mejores vinos del mundo

El Casa Real está abierto todo el año y es un destino sumamente cómodo tanto para una rápida escapada local como para el extranjero de paso que quiere una completa y lujosa experiencia enoturística sin tener que viajar grandes distancias.

En esta ocasión, la mayoría de los huéspedes son, de hecho, turistas extranjeros en cortas estadías. A juzgar por las declaraciones en el libro de visitas, de visitantes chilenos, europeos, norteamericanos y latinoamericanos, la experiencia no los defraudó. De hecho, el hotel cuenta con la máxima puntuación en Tripadvisor.

De vuelta a Santiago, el turista llega de la viña con las pilas recargadas y sin dejar la energía en el interminable taco de regreso a la capital desde la costa.

BOTÓN GOOGLE NEWS