De tener una deuda de 15 millones de pesos chilenos en 2020, pasó a tener 3 emprendimientos rentables, impactar en sus redes sociales y tener inversiones. ¿Cómo lo hizo? Educando a otros en sus finanzas personales

La buena relación de Francisco Ackermann con el dinero se empezó a construir en 2020, cuando tenía 32 años. Fue una de esas resoluciones de año nuevo que pensó justo el 31 de diciembre de 2019, al tener una deuda de 15 millones de pesos chilenos y conversar con él mismo: “Oye ¿qué te pasa? estás equivocado, hay mucho ego. Partamos de cero”.

Esta mala relación inició desde su infancia y lo que veía en su madre. Su papá murió cuando él tenía 1 año, así que su mamá -que no tenía carrera profesional- tuvo que trabajar de lo que fuese desde muy temprano hasta muy tarde. Logró arrendar el espacio de una cafetería en una clínica privada de Santiago y todo lo que hacía, lo gastaba en Francisco, sus tres hermanos y el abuelo.

“Mi familia era clásica en eso de ‘no se habla de plata’. Sólo veía que mi mamá se sacaba la mugre trabajando para poder pagarnos a nosotros un estilo de vida bueno y nunca ahorró para ella. Su forma de mostrar cariño era gastando absolutamente todo lo que tenía en nosotros, eso me marcó”, cuenta el ahora influencer de educación financiera que ha ganado varios reconocimientos en esta labor en el país y que actualmente tiene más de 400.000 seguidores en TikTok y más de 450.000 en Instagram -de hecho, las redes sociales son su mayor fuente de ingresos y trabaja con siete marcas-.

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Francisco estudió ingeniería comercial y empezó a trabajar en el mundo inmobiliario, llegando a ser gerente comercial en la empresa Capitalizarme. A pesar de tener un buen sueldo, invertir en un departamento, venderlo y ganar buen dinero, gastaba más de lo que adquiría y llegó a endeudarse y no ser capaz de pagarla. “Ocupaba la excusa que había aprendido viendo a mi mamá: es que no puedo ahorrar, me toca cuidarla, tengo que gastar”, y allí se dio cuenta de que si enfermaba o si quería casarse, “no tenía ni uno”. Llegó la noche del 31 de diciembre de 2019 y, finalmente, el punto de inflexión.

APRENDER

Inició con libros de autoayuda, los que antes decía que eran para “gente rara” y leyó los que ahora considera básicos para aprender de finanzas: “Secretos de la mente millonaria”, “Hábitos atómicos”, “Padre rico, padre pobre”. Como también se había propuesto bajar de peso, al salir a caminar escuchaba podcast y audio libros. Además, se ordenó con su pareja para salir a comer sólo una vez al mes y no todos los fines de semana, llevar almuerzo al trabajo y dejar de gastar 10.000 pesos chilenos diarios en café.

“La clave fue aprender a vivir con menos de lo que ganaba, que no tiene mucha ciencia, pero es difícil. El 80% de los chilenos compra su auto con crédito, toma vacaciones con crédito y se endeuda con cosas que no puede costear con lo que gana”, resalta.

Tras cambiar drásticamente sus hábitos de consumo y gastos e irle muy bien en su trabajo, logró ahorrar el 60% de su sueldo y hacer un colchón grueso de estos ahorros en caso de que lo necesitara.

EL CAMINO DE SER INFLUENCER Y EMPRENDER

Al trabajar en una empresa de la industria inmobiliaria y luego de escuchar muchos podcast, decidió crear uno propio para hablar sobre este rubro y lo llamó “Aprende de Educación Inmobiliaria”. Justo en abril de 2020, en plena pandemia por Covid-19, también abrió TikTok y algunas de sus publicaciones sobre estos temas se hicieron virales. Vio que había interés por aprender temas financieros y lo hacía de un modo divertido. “Me pregunté ‘¿Cómo vuelvo el ocio educativo?’ y empecé a crear personajes: Mr. Impuestín, Frank, que era mi ego y mi yo de antes de 2020, pero exagerado y los seguidores crecían de a poco”, recuerda. En 2021 ya tenía más de 100.000 seguidores.

Al poco tiempo le dijo a la empresa que quería dejar la gerencia comercial y dedicarse a la educación. Llegó a asomar la idea de renunciar pero, finalmente, negoció. Trabajaba un día a la semana y le pagaban lo mismo que antes, mientras se dedicaba a crear contenido para redes, atraer clientes para la empresa e iniciar su propio emprendimiento: “The Power Challenge”, cursos intensivos de educación financiera online y en vivo que se vendían en 97 dólares y agotaban los 100 cupos en días.

“Pero mi sueño es llegar a educar a 100 millones de personas en Latinoamérica y que sea accesible para todos; estos cursos tenían un precio muy elevado y me hacían alejarme de ese sueño”. De nuevo, preguntas: ¿Cómo hacía para que la educación financiera cueste lo mismo que un café?

Así nació su segundo emprendimiento en 2023, Finup, otra plataforma de cursos financieros que funciona como una suscripción a Netflix y tiene más de 750 horas de contenido. El valor actual es de 10.000 pesos chilenos pero Ackermann quiere llevarlo a 4.990, “lo que cuesta un café”.

En medio de todo, el emprendedor también publicó un libro con más de 10.000 ejemplares vendidos en Chile, “Peras y Finanzas”, y está preparando el lanzamiento de otro este año. Entre todos los ingresos de sus emprendimientos, Ackermann facturó 70.000 dólares en 2022 y en 2023 aumentó la cifra a 240.000 dólares, junto a un incremento de diez personas que trabajan en su equipo.

“Todo ese mundo siempre estuvo ahí para mi y para el que se mete. Se me abrieron las posibilidades y empecé también a valorarme, si hablamos de amor propio”, dice. Pero primero hay que sanar la relación con el dinero y no es un camino fácil.

“La mayoría de la gente en Chile y Latinoamérica ve el dinero como algo negativo. En las familias no se habla de eso, hay un secretismo y la plata se empieza a asociar a algo malo porque los ínicos ejemplos de los que sí se habla son casos de corrupción , robo, empresarios que no pagan sus impuestos y no de los trabajadores que han hecho esa plata por buenos caminos. Asocian eso de ‘si tiene plata, hizo algo malo’. Y eso es una disociación bien compleja porque si empiezas a ganarla, no la quieres y la gastas”, reflexiona.

A Francisco Ackerman le gusta pensar que si él pudo aprender y recuperarse, luego de estar endeudado y tener malos hábitos con el dinero durante mucho tiempo, puede ser un reflejo y un impulsor para educar a la gente que aún no se atreve o que ya empezó a construir esa relación con las finanzas personales.

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