Banco Central proyecta finalizar 2023 con una inflación de 4,6% anual, cifra mayor a la prevista en informe anterior
La inflación sigue siendo muy elevada y es un tema de preocupación para el Banco Central de Chile, que este miércoles publicó el Informe de Política Monetaria (IPoM) del mes de marzo de 2023. En él se destaca que, si bien la variación anual del IPC descendió hasta 11,9% en febrero, sigue estando muy por sobre la meta de 3%.
“La parte subyacente del IPC se ubica en torno a 11% anual desde hace un tiempo, acumulando una sorpresa importante en los últimos meses”, indica el informe. Entre las razones que da el organismo para este hecho se indica que la velocidad de ajuste de la economía ha sido menor que la prevista.
El BCCh ha decidido mantener la tasa de interés de política monetaria (TPM) en 11,25% “hasta que el estado de la macroeconomía indique que el proceso de convergencia de la inflación a la meta de 3% se ha consolidado”.
“Pese al mejor desempeño de inicios de 2023, la economía continuará con su proceso de ajuste en los trimestres venideros. La economía chilena se verá afectada por una menor demanda externa y condiciones financieras globales más restrictivas. El escenario actual tiene asociado un grado de incertidumbre superior a lo habitual. Por un lado, destaca el riesgo de un deterioro más abrupto del escenario externo, con mayores implicancias para Chile. Por otro, el lento descenso del consumo interno podría resultar en una dinámica inflacionaria más compleja”, advierte.
De acuerdo con el IPoM, la inflación del país seguirá cayendo en los próximos trimestres finalizando 2023 en 4,6% anual, cifra superior a la prevista en el IPoM anterior y convergerá a la meta de 3% en la última parte de 2024. “La inflación subyacente supera a la estimación previa y alcanzará variaciones anuales del orden de 3% sólo hacia fines del horizonte de proyección, que en esta ocasión corresponde al primer trimestre de 2025”, añade. Esto, considerando que la economía debe ajustar “los elevados niveles de gasto” de 2021 y 2022.
La revisión de las Cuentas Nacionales entre 2020 y 2022 arrojó que el consumo de los hogares fue cerca de US$4.300 millones mayor a lo previamente estimado.
En cuanto a la actividad, el Informe señala que acumulará un crecimiento del orden de 1,5% entre 2023 y 2024, cifra similar a la prevista en el IPoM anterior. Para 2023, el rango de crecimiento se corrige al alza, hasta -0,5 y +0,5% (entre -1,75 y -0,75% en diciembre). Esto responde principalmente a la menor velocidad de ajuste del consumo a fines de 2022 y las sorpresas al alza de inicios de 2023. Para 2024, el rango de crecimiento se reduce en una magnitud equivalente, entre 1 y 2% (entre 2 y 3% en diciembre). Para 2025, se proyecta que la economía crecerá entre 2 y 3%.
Inversión estancada
La inversión muestra un débil desempeño desde hace varios trimestres, señala el informe que, de acuerdo con la revisión de las Cuentas Nacionales muestra que, descontada la estacionalidad, el nivel de la formación bruta de capital fijo se mantiene estancado desde mediados de 2021.
Esto lo explica el escenario en que “el costo del crédito aumentó, las expectativas de los empresarios se deterioraron, y la incertidumbre político-económica local fue elevada”.
“En el último trimestre de 2022, el déficit de la cuenta corriente tuvo un descenso relevante y los datos parciales del primer trimestre de este año apuntan a que el déficit externo seguiría reduciéndose. Considerado el dato de fines de 2022, el déficit acumulado en los últimos cuatro trimestres se redujo a 9% del PIB (10% en el tercer trimestre). En este resultado incidió en forma relevante el saldo positivo de la balanza comercial, tanto por mayores exportaciones como por menores importaciones. En la balanza de servicios destacó la reducción de los costos de transporte y el alza transitoria de las importaciones de servicios”.
El IPoM detalla que los problemas de varios bancos en EE.UU. y Europa abrieron una mayor incertidumbre que ha generado volatilidad en los mercados financieros, lo que redujo el apetito por riesgo y dio paso a una disminución del rendimiento de los bonos de gobierno, anticipando un menor ritmo de alzas de tasas de los principales bancos centrales. También provocó descensos en las bolsas y reducciones en el precio de algunas materias primas.
El informe destaca que el grado de incertidumbre respecto de la evolución de la situación financiera es significativo. Los bancos centrales de los países involucrados adoptaron acciones coordinadas para cautelar la provisión de liquidez en los mercados. La banca privada también ha realizado esfuerzos, particularmente en EE.UU. Sin embargo, persiste el nerviosismo en los agentes de mercado y una alta volatilidad.