Los CIO han asumido un rol mucho más estratégico en las compañías pero a la vez desafiante. Nicolás Cánovas, de AMD, da a conocer las armas que los actuales CIO deben tomar para enfrentar los desafíos de la organización moderna.

Al evaluar los aprendizajes que nos dejó la pandemia a nivel tecnológico, observamos que las empresas tuvieron que adaptar nuevos esquemas de asignación de recursos para poder sobrellevar el trabajo híbrido. Hoy en día, con el panorama mucho más estable, es hora de consolidar esos esfuerzos en políticas sólidas que nos permitan soportar las nuevas formas de las organizaciones. 

Con la obligada aceleración de la transformación digital, los desafíos de los Chief Information Officers (CIO) se redoblaron, teniendo que hacer frente a un escenario desconocido y amenazante para la continuidad operacional. Mayor seguridad, equipos utilizando más recursos, y soporte a distancia fueron algunos de los problemas iniciales. Sin embargo, este escenario de gestión de la red informática corporativa, aunque se fue normalizando, fue haciéndose cada vez más complejo con el paso del tiempo.  

Es ahí donde el CIO pasó del apartado técnico a tener un rol mucho más desafiante, debiendo atender y equilibrar las solicitudes que llegaban desde las distintas áreas de la organización.  

Debemos valorar al CIO como un integrador y facilitador de operaciones. En la actualidad, su rol apunta a propiciar entendimientos y alineación dentro de los equipos. Sabemos que muchos de ellos están trabajando para crear una infraestructura y un ecosistema que impulse la transformación digital, pero si no están alineados con las necesidades inmediatas y futuras de la empresa, los problemas de adopción y bloqueo surgirán por montones, pues no se sentirán identificados. Además, la cultura de la compañía debe apoyar y recompensar la innovación a través de programas de capacitación que desarrollen el conocimiento técnico, como la colaboración y las habilidades de DevOps.

Por esto, es clave que, en este rol integrador, el CIO se reúna con las diferentes áreas. Conociendo ese pulso diario podrá dirigir estrategias mayores que sigan las necesidades del negocio. Además, al integrar a la organización para mostrarle casos de éxito escalables a su realidad, derribará prejuicios y ampliará la visión de sus colaboradores.  

Ahora es cuando los líderes de tecnología deben ser el ejemplo de innovación, desarrollando e implementando tácticas de forma ágil y flexible, en congruencia con la misión y visión de la empresa.  

Los directores de TI también deben empoderarse del papel de evangelizadores digitales y asesores estratégicos. Según un estudio de Logicalis, en 2018 el 61% de los directores de TI se medían por la cantidad de dinero que podían ahorrar. En la actualidad, casi la mitad (46%) de los directores de esta área se miden por su capacidad para ofrecer nuevos servicios innovadores.  

Asimismo, la consultora Gartner reveló que el 81% de los directores de TI está liderando iniciativas más allá de la gestión tradicional de la misma. Los CIO impulsaban la eficiencia y el crecimiento mediante la administración de la infraestructura tecnológica para respaldar la misión empresarial. Actualmente, su rol se ha ampliado hasta crear estrategias e iniciativas comerciales, utilizando su experiencia técnica para ofrecer soluciones que impulsen un valor agregado y ventajas competitivas. 

Cambios de rol, adaptación, e innovación son las armas que los actuales CIO deben tomar para enfrentar los desafíos de la organización moderna. De esta forma, podemos concluir que la transformación digital también está transformando el liderazgo. 

*El autor es director general de AMD para América Latina.