Airly mide los niveles de CO2 en el aire en un espacio cerrado, determina qué tan ventilado está y cuánto riesgo hay de exposición al virus que causa la COVID-19.
Científicos de la Universidad de Chile inventaron un aparato que indica el riesgo de contagio por coronavirus en un espacio cerrado midiendo los niveles de dióxido de carbono en el aire y esperan comercializarlo para su uso en oficinas o centros educativos.
El aparato, denominado Airly, fue creado por el doctor en Astronomía e investigador del Centro de Modelamiento Matemático (CMM) de la universidad, Francisco Förster, y el doctor en Ingeniería Eléctrica e investigador del Centro Excelencia en Astrofísica y Tecnologías Afines (CATA) de la institución, Ricardo Finger.
Airly mide los niveles de CO2 en el aire en un espacio cerrado, determina qué tan ventilado está y cuánto riesgo hay de exposición al virus que causa la COVID-19.
“El corazón del dispositivo es un sensor que mide la concentración de CO2, emitiendo luz infrarroja que es absorbida por las moléculas de dióxido de carbono en el aire”, explica Förster.
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La medición se despliega en una pantalla y cuando la concentración supera un umbral de 700 partículas por millón, se activa una señal de alarma que permite a las personas tomar medidas de inmediato para ventilar el espacio.
La falta de ventilación es uno de los factores que más contribuyen al contagio de COVID-19 pues el virus del SARS-CoV2 viaja en fluidos corporales por el aire o queda suspendido en aerosoles durante horas.
Por eso el ministerio de Salud aconseja seguir una regla que ha denominado “2-3-30”, que consiste en abrir 2 ventanas o puertas en lugares opuestos, 3 veces al día para que ventilen el lugar durante al menos 30 minutos.

Si condiciones como el frío extremo no permiten tomar esta medida, se sugiere abrir las ventanas de cada habitación durante 10 minutos cada hora y utilizar extractores en habitaciones que no tengan ventanas.
En oficinas y lugares públicos se debe aumentar la ventilación con aire del exterior y aumentar la tasa de recambio de aire en lugares con ventilación forzada.
Finger destacó que la buena ventilación, más que la reducción de los aforos, es esencial para detener la transmisión del virus.
“Actualmente confiamos mucho en el uso de aforos reducidos, pero no está bien dirigido al problema de fondo, que es la recirculación y el reuso del aire que respiramos”, dijo.
“Debemos movernos de un aforo estático, basado en los metros cuadrados la superficie, a un aforo dinámico basado en la calidad del aire medida en el lugar y en tiempo real”, explica Finger.
Por otro lado, Airly, a diferencia de otros sensores, es capaz de enviar sus datos a una central mediante wifi, lo que permite manejar decenas de sensores a la vez y analizar los valores de CO2 a través del tiempo.
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Los científicos destacaron que existen aparatos similares a Airly pero que su costo está sobre los 400.000 pesos y no funcionan conectados a la nube, mientras que este sensor es más barato y asequible para escuelas y otras instituciones.
En Airly calculan que cada aparato costará entre 145.000 y 180.000 pesos, incluyendo el servicio de visualización de datos y almacenamiento del historial.
La empresa confirmó que Airly ya se está probando en centros comerciales, casinos, hoteles, espacios de co-working, hospitales, centros de salud, universidades, centros culturales y colegios.
Por su parte, el rector de la Universidad de Chile, Ennio Vivaldi, destacó el trabajo de los profesores y afirmó que el mismo es producto de la misión de la institución de buscar soluciones para lidiar con la pandemia que ya ha dejado más de 30.000 muertes en el país y 1,4 millones de personas contagiadas.
“Desde el inicio de la pandemia hemos estado a disposición de la comunidad buscando y proponiendo soluciones para abordar la pandemia y sus consecuencias. Dispositivos como este permiten tener evidencia fundamental para evaluar políticas paulatinas que no causen un agravamiento de la situación actual. Esperamos que esta propuesta de investigadores de nuestro plantel sea considerada como parte de las soluciones”, dijo Vivaldi.