La IA puede marcar una diferencia significativa en el ámbito laboral y supone una oportunidad para abordar las desigualdades de género. Y es que la IA puede contribuir a cerrar las brechas a través de la capacidad para analizar datos de forma objetiva, según Mónica Taher.

En los últimos años, la Inteligencia Artificial (IA) ha surgido como una herramienta poderosa con el potencial de transformar diversos aspectos de nuestra sociedad. Uno de los ámbitos en los que la IA puede tener un impacto significativo es en la promoción de la igualdad de género. A través de su capacidad para analizar grandes cantidades de datos y tomar decisiones basadas en algoritmos, la IA puede ayudar a identificar y abordar los sesgos de género que persisten en diferentes ámbitos.

No obstante, la igualdad de género no incrementará si problemas básicos aún persisten. De hecho, sólo el 9,1% del total de los programadores en Inteligencia Artificial son mujeres. 

Esta disparidad se debe a muchas razones. Existe un gran número de estereotipos que se gestan desde que las niñas están en la escuela primaria lo que previene que muchas de ellas accedan conscientemente a campos STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Encima de eso, muchas mujeres que sí estudiaron programación no pueden ejercer su carrera debido a que son responsables de la mayoría de las tareas del hogar, y de sus hijos, haciendo casi imposible que trabajen en su campo fuera de casa. Otras veces, algunas mujeres no logran encontrar empleos como programadoras, ya que no son contratadas debido a los patrones culturales en nuestros países: el machismo, la errónea noción que los hombres son mejores a la hora de programar, etc. 

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La falta de mujeres programadoras en la IA creará un sesgo de género quizá más potente en el mundo virtual que el que ya existe en el real ya que si carecemos de mujeres que desarrollen este tipo de software, la IA estará minada por estereotipos, no se tendrán perspectivas diferentes a las masculinas y las respuestas que nos de la IA estarán contaminadas por nociones tendenciosas y falsas. Como ejemplo, un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Boston encontró que los algoritmos utilizados en la contratación de personal pueden estar sesgados hacia los hombres. 

En 2023, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) designó Por un mundo digital inclusivo: Innovación y tecnología para la igualdad de género” como lema para el Día Internacional de la Mujer. La razón es simple: crear conciencia sobre la brecha digital de género y el hecho qué al minimizarla, se crearán un mundo de oportunidades para la mujer. 

Tanto la UNESCO como el Foro Económico Mundial coinciden que la IA puede marcar una diferencia significativa en el ámbito laboral. Se estima que la automatización impulsada por la IA podría eliminar alrededor de 26 millones de empleos en todo el mundo para el año 2030. Sin embargo, también se espera que la IA cree alrededor de 12 millones de nuevos empleos, especialmente en áreas relacionadas con la tecnología y la ciencia. Esta transición hacia una economía impulsada por la IA brinda una oportunidad para abordar las desigualdades de género en el lugar de trabajo y garantizar que las mujeres tengan acceso igualitario a estas nuevas oportunidades.

Otro aspecto importante es la lucha contra la violencia de género. La IA puede desempeñar un papel fundamental en la identificación y prevención de casos de violencia de género. Por ejemplo, se pueden desarrollar algoritmos de IA para analizar patrones de comportamiento y detectar posibles situaciones de violencia doméstica o abuso sexual. Esto permitiría una intervención temprana y una mayor protección para las víctimas.

La IA tiene el potencial de promover la igualdad entre hombres y mujeres al abordar los sesgos y desafíos relacionados con la discriminación contra la mujer. A través de su capacidad para analizar datos de manera objetiva y tomar decisiones basadas en algoritmos, la IA puede ayudar a superar barreras tradicionales y fomentar la inclusión y la diversidad en diversas áreas. Sin embargo, sólo lograremos esa meta si las mujeres somos una parte activa del proceso de principio a fin.

*La autora es accionista y VP de marketing de RocketFuel, ex dir. de Tecnología e Innovación de Negocios en InvestSV en el Gobierno de El Salvador.