A pesar de que tienen menos presupuesto, las PyMEs tienen la posibilidad de competir con sus pares y con empresas de mayor tamaño en tiempos de entrega, servicio al cliente y eficiencia de la cadena de suministro. Fernando de Pablo nos desvela cómo.

La logística es una pieza clave en cualquier negocio, más en un mundo donde el comercio digital ha tomado una fuerza cada vez más relevante. Bien lo sabe Jeff Bezos, fundador de Amazon, quien desde sus inicios entendió lo fundamental que era organizar un buen sistema logístico que asegurara el funcionamiento de la gestión de stocks del e-commerce y que, al mismo tiempo, permitiera que éste continuara con su crecimiento.

Por lo general, el mayor foco de los emprendedores está en detectar problemas no resueltos y proponer soluciones con productos innovadores y rentables. Sin embargo, la instancia de la logística en el caso de las pequeñas y medianas empresas (Pymes) puede resultar, a priori, muy cuesta arriba. 

No poner suficiente atención a las cuestiones relacionadas al transporte, los costos de almacenamiento del stock o de la gestión de inventarios es uno de los errores más comunes. Y aunque en ocasiones el foco de los emprendedores se centra en lograr un producto a la altura de sus expectativas, tener una visión integral de estos tres elementos resulta primordial, ya que desde el Banco Interamericano de Desarrollo calculan que el mayor peso del costo logístico se lo lleva el transporte, con un 50% o 60% del valor total. 

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En este sentido, con recursos limitados, y un alcance de mercado regularmente más pequeño que sus competidores, las PyMEs se ven presionadas a optimizar con énfasis el apartado del transporte, algo que, en términos comparativos, se vuelve un gran desafío cuando no se cuenta con la escala suficiente para tener, por ejemplo, una flota de reparto propia.

Sin embargo, esto no es excusa en un contexto donde la economía digital se encuentra en plena expansión: las PyMEs tienen la posibilidad de competir con sus pares y con empresas de mayor tamaño en tiempos de entrega, servicio al cliente y eficiencia de la cadena de suministro. Y es que en este contexto, la tecnología les permite lograr una optimización de los procesos y nuevas oportunidades logísticas para mantenerse competitivas.

La clave está en saber delegar. Apoyarse de aliados que puedan proveer el servicio de última milla en logística, como aquellas soluciones desarrolladas por terceros que benefician  rápidamente a los emprendedores, permitiendo que puedan hacer foco en otras áreas de su PyME y destinar su energía a aquello en lo que tienen mayor expertise. 

Por último, una recomendación no menor es centrarse en el servicio al cliente. Acompañar al consumidor durante todo su proceso de compra es sinónimo de una gran experiencia y un activo que en los negocios es oro: la lealtad de sus clientes. Potenciar estos aspectos pueden impulsar el crecimiento de las PyMEs, mejorar la rentabilidad y crear un éxito sostenible a largo plazo.

*El autor es gerente general de Rappi Chile

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