La WEF diferencia cuatro tipos de brecha de género: de participación y oportunidades económicas; de logros educativos; de salud y sobrevivencia; y de empoderamiento político.

De acuerdo con el reporte global de brechas de género del Foro Económico Mundial (WEF por sus siglas en inglés), publicado en 2022, con el ritmo actual de progreso tomará 132 años cerrar las brechas de género a nivel mundial. Y si bien es cierto que América Latina y el Caribe están más adelantados a ese respecto que el promedio mundial (68 años), sobra decir que no es un dato demasiado alentador. No podemos quedarnos tranquilos asumiendo que ni la generación de nuestras hijas ni la de nuestras nietas llegará a experimentar una plena igualdad; que las oportunidades y posibilidades no serán las mismas para ellas que para los hombres. O, dicho en otras palabras, que no podrán gozar de sus derechos humanos en plenitud.

La WEF diferencia cuatro tipos de brecha de género: de participación y oportunidades económicas; de logros educativos; de salud y sobrevivencia; y de empoderamiento político.  

Aunque no hay un solo país que haya cerrado por completo las brechas de género, los cinco países más evolucionados en ese sentido son Islandia (que ha cerrado sus brechas en más de un 90%), Finlandia, Noruega, Nueva Zelanda y Suecia. Cabe destacar que estos países se encuentran entre los más desarrollados del mundo; con mejor calidad de vida, bienestar y oportunidades. La correlación positiva entre sociedades más igualitarias y economías más prosperas tiende a ser bastante clara.

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Es por ello que organizaciones con una tradición y enfoque muy marcado económico como el Fondo Monetario Internacional se muestran cada vez más explícitos al respecto, por medio de pronunciamientos formales como el siguiente:

 «Eliminar las disparidades de género que frenan a las mujeres es lo correcto. Garantizar la igualdad de oportunidades y el potencial para participar en la economía puede ser un catalizador para una recuperación más rápida de las crisis recientes y un fuerte motor de crecimiento para economías más resilientes, sostenibles e inclusivas en el futuro. La igualdad de género va de la mano con la estabilidad macroeconómica y financiera, puede estimular el crecimiento económico, impulsar el desempeño del sector público y privado y reducir la desigualdad de ingresos».

Un día para conmemorar, 364 para actuar

Como es ampliamente conocido, durante el mes de marzo de cada año se conmemora el día internacional de la mujer. Sin embargo, la eliminación de las brechas de género debe abarcar todo el año, sin descanso. Las acciones deben cubrir todas las escalas, desde lo macro hasta lo cotidiano.

A nivel macro, el FMI recomienda cuatro medidas concretas para reducir las brechas de género: invertir en el capital humano de las mujeres, promover activamente que las mujeres trabajen fuera de sus hogares y/o emprendan negocios, enfrentar los sesgos estructurales e incrementar las posiciones de liderazgo de las mujeres.

Si bien es cierto que muchos de los avances para reducir estas brechas deben surgir de las políticas públicas (es decir, de estrategias consolidadas desde los gobiernos), existen también muchas oportunidades para reducirlas en el sector privado. Y el tamaño no es excusa, ya que muchas de las acciones pueden tomarse tanto en corporaciones multinacionales como en pequeñas empresas locales. He aquí cuatro acciones que cualquier empresa, incluso una pequeña, puede ejercer para reducir estas brechas.  

  • Eliminar los sesgos de contratación. Revisar las políticas de contratación (o crearlas desde cero) con el fin de minimizar e, idealmente, eliminar sesgos. Para ello, deben incluirse revisiones y medidas que los mitiguen a lo largo de todo el proceso de contratación: desde el control del lenguaje que se emplea para comunicar la vacante, hasta la definición del comité de selección.  Como parte de la estructuración de las políticas de empresa, también se pueden determinar objetivos respecto a la diversidad y el equilibrio del equipo en materia de género.
  • Opciones de Cuidado. Toda empresa que intente «nivelar el terreno» para sus colaboradores, no solo logrará una lealtad y compromiso mayores, sino que incrementará el desempeño de quienes en ella trabajan. Existen muchas maneras para ofrecer esquemas de cuidado (guarderías) para los hijos e hijas de los colaboradores, ya sea por medio de alianzas con dichos centros, negociando descuentos o incluso incorporando los servicios en las empresas.
  • Políticas de compras. Una de las maneras más potentes en las que las pymes pueden evolucionar es colaborando entre sí. Si las empresas asumen el compromiso de contar con políticas de compras, aunque sean sencillas, y si dentro de ellas se incluyen criterios para asegurarse de que haya igualdad en la toma de decisiones, se podrían generar cambios importantes. 
  • Gobernanza y liderazgo. Cada vez existe más evidencia de que las empresas que tienen más representatividad de mujeres en juntas directivas y altos cargos tienden a tener un mejor desempeño. Contar con planes de carrera y sucesión que incluyan criterios de igualdad es clave para disponer de equipos más resilientes y sólidos.

Intención y acción, hoy

Resulta evidente que hay muchas oportunidades y alternativas para cerrar las brechas de género que tanto dañan a la sociedad. Independientemente de que los procesos con mayor repercusión sean aquellos que surjan de políticas públicas, la responsabilidad de actuar en la cotidianidad para disfrutar de una sociedad más próspera e igualitaria es de todas y todos. Pasemos de la intención a la acción. Todos los días.

Por Daniel Buchbinder

*El autor es Fundador y Director General de Alterna.

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