Hoy no basta con tener una buena idea que responda a un dolor o una necesidad insatisfecha. Es indispensable saber cómo amplificar la audiencia, llegar con los mensajes correctos, nutrirse de nuevas herramientas.

Este 29 de abril se celebra el Día Nacional del Emprendimiento, fecha propicia para reflexionar sobre el impacto que genera la actividad de todas aquellas personas que se atreven a innovar con una idea de negocio.

El primer concepto que siempre surge al hablar del emprendimiento -un tema que me apasiona- es que se trata de un activo importantísimo para la economía, una afirmación avalada con datos. Según el SII, el año pasado las Mipymes concentraron el 79% del total de empresas que tributan en Chile y dieron empleo dependiente al 44% de las personas.

El segundo concepto que valoro mucho tiene que ver con la confianza que estos emprendedores generan, un liderazgo que trasciende el plano de los negocios, contribuyendo positivamente a la cohesión social, un aspecto vital para mejorar la convivencia y la vida en comunidad.

De acuerdo con un estudio hecho a comienzos de este año por la Fundación Camiseteados e Ipsos Chile, los emprendedores son el segundo grupo (46,3%) que genera más confianza entre los chilenos, solo superado por la familia (78,5%).

Estas cifras nos hablan del doble impacto del emprendimiento, por un lado, el económico y, por el otro, uno social, que es quizás tanto o más importante al generar en las personas un alto grado de certidumbre y confianza, un beneficio intangible para la comunidad, que tiene un enorme peso en la construcción de un ambiente colaborativo donde la innovación pueda desenvolverse sin complejos.

Para los emprendedores esto puede resultar un espaldarazo, sin embargo, sabemos que crear un emprendimiento desde cero es un camino donde la confianza en el proyecto propio es puesta a prueba casi minuto a minuto. Los tropiezos generan dudas e incertezas. Y en ese contexto donde los emprendedores se enfrentan a un sinnúmero de desafíos, debemos preguntarnos cómo desde el mundo de la tecnología podemos apoyarlos y acompañarlos para que puedan seguir creciendo.

Hoy no basta con tener una buena idea que responda a un dolor o una necesidad insatisfecha. Es indispensable saber cómo amplificar la audiencia, llegar con los mensajes correctos, nutrirse de nuevas herramientas.

Por su visibilidad y bajo costo, el canal digital es el gran aliado de los emprendimientos. De hecho, de acuerdo a un estudio hecho por Artool, el 68% de los chilenos confía en la tecnología y el e-commerce como una herramienta útil para impulsar las economías locales.

Esta es la bandera que las empresas de tecnología debemos tomar y asumir, una responsabilidad que nos compromete a acompañar a los emprendedores e impulsarlos a desarrollar su negocio con confianza, utilizando todas las herramientas del comercio electrónico.

Estamos convencidos que la tecnología y la innovación son los principales catalizadores del progreso y desarrollo sostenible en la región, posibilitando así que un círculo virtuoso de confianza entre estas herramientas, los emprendedores y las personas sigan creciendo cadavez más.

*El autor es gerente general de Rappi Chile

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