Cuando hablamos de transferencia tecnológica, nos estamos refiriendo a un conjunto de conocimientos y tecnologías que se originan al interior de centros de investigación y universidades, las que requieren de un proceso de conexión y participación de otros actores para que esa investigación pueda transformarse en productos o servicios que beneficien a los usuarios, mejoren […]
Cuando hablamos de transferencia tecnológica, nos estamos refiriendo a un conjunto de conocimientos y tecnologías que se originan al interior de centros de investigación y universidades, las que requieren de un proceso de conexión y participación de otros actores para que esa investigación pueda transformarse en productos o servicios que beneficien a los usuarios, mejoren la calidad de vida de las personas, generen impacto social, y mejoren la economía al ser una herramienta estratégica que permita mejorar la competitividad de las empresas.
Entendido este punto, podemos afirmar que durante 2022, los beneficios de la transferencia tecnológica se hicieron muy patentes en Chile a través de algunos sectores e industrias, entre las que podemos destacar la construcción, alimentación, educación, salud, economía circular, integrando tecnologías en las áreas de inteligencia artificial, biotecnología y nanotecnología entre otras.
En educación, diversas instituciones trabajaron tecnologías alineadas con el sistema educativo del ministerio que apuntaron a mejorar el aprendizaje y la comprensión lectora, factores fundamentales en la renovación de la calidad educativa que reciben niños, niñas y jóvenes.
Los alimentos también vivieron cambios, con la incorporación de fórmulas ricas en proteínas, carnes cultivadas o productos plant based que se originan en base a transferencias tecnológicas y desarrollos que crean cambios disruptivos en la industria completa y en salud de las personas.
La energía, la sustentabilidad y la economía circular también han avanzado, centrando el desarrollo tecnológico en cómo las empresas pueden aprovechar sus residuos y convertirlos en productos finales, y cómo podemos aprovechar fuentes de energía renovables en mayor escala para generar un impacto transversal en todas las industrias productivas. Todo ese proceso se complementa con investigaciones tecnológicas de distintos tipos, las que luego pueden ser traspasadas al sector privado y aplicadas en productos y servicios que generen impactos relevantes.
Durante 2023, esta tendencia de colaboración tecnológica entre la academia, el estado y las empresas seguirá aumentando y necesitará de los hubs en su rol de articuladores, ya que los factores que gatillan el uso de nuevas tecnologías están cada vez más presentes. El cambio climático requiere de nuevos modelos mucho más sustentables y resilientes a los cambios; la educación demanda mejoras para reducir las brechas sociales y aumentar el acceso a oportunidades de forma más pareja; la creciente automatización y reducción de costos exige una mayor preparación de la fuerza laboral que permita integrar un mayor uso de IA y otras herramientas. El sector privado necesita de la ciencia y la tecnología para poder adaptarse y cumplir con su función de manera más óptima, y las instituciones generadoras de conocimiento, necesitan del sector privado para que este sea aplicado y genere el impacto deseado.
Otra de las aristas de la transferencia de tecnología y conocimiento tiene que ver con la formación de emprendimientos de base científica-tecnológica, los que esperamos continúen su crecimiento y expansión ya que son capaces de transformar las tecnologías en productos y servicios y escalar su impacto, que permiten cubrir las brechas en el ecosistema siendo el “músculo”, muy importante, tanto para nuestra economía como para el potencial de impacto que la transferencia tecnológica puede tener en la sociedad.
La transferencia de conocimiento y tecnologías no es algo abstracto. Cuando las empresas son capaces de incorporarla, pueden ser más eficientes, más escalables, contar con mejor efectividad en la solución de problemas complejos y con nuevos modelos de valor. Un caso concreto: En HUBTEC, el trabajo que estamos realizando con universidades y empresas del área de la construcción -una de las industrias más contaminantes-, ha permitido que el uso de distintos tipos de materiales y capacidades de manufactura disminuyera entre diez y quince veces los tiempos de construcción de asfalto de carretera y caminos en la minería, permitiendo que el proceso fuese 3 a 4 veces más económico y las emisiones de gases de efecto invernadero bajaran más del doble.
La invitación es a trabajar fuertemente, para aumentar la incorporación de I+D+i en la industria, para contar con más ejemplos que ayuden a visibilizar el aporte de la ciencia y la tecnología que se desarrolla en Chile y su impacto positivo en el entorno. Mientras más accesibles sean los avances científicos y tecnológicos para un mayor número de usuarios, estos se traducirán en mayor rendimiento, calidad y nuevas aplicaciones que aporten directamente al bienestar de las personas, y además a mejorar la rentabilidad y competitividad de las empresas y organizaciones.
*El autor es director ejecutivo de HUBTEC Chile.
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