Los estándares ESG permiten alcanzar condiciones preferentes de acceso a ciertos inversionistas

Por Nicholas E. Rodríguez y Ricardo A. Villalba*

Recientemente se ha evidenciado que las empresas han incrementado su interés en los criterios ambientales, sociales y de gobierno corporativo (usualmente denominados ESG por sus siglas en inglés).

Por lo general, estos estándares permiten alcanzar condiciones preferentes de acceso a ciertos inversionistas institucionales (por ejemplo, fondos ESG) y fuentes internacionales de financiamiento (por ejemplo, entidades multilaterales de crédito); del mismo modo, la banca comercial, cada vez más frecuentemente, ofrece financiamientos flexibles a deudores en capacidad de acreditar ciertos estándares ESG.

Para los inversionistas, estos criterios representan mejores niveles de resiliencia ante escenarios de alta incertidumbre, refuerzan la capacidad de las empresas para alcanzar metas de largo plazo y les permiten alinear sus portafolios con objetivos de impacto.

Siendo así, las finanzas sostenibles ofrecen oportunidades para ejecutar operaciones de refinanciación en Latinoamérica, en especial en sectores con importancia estratégica ambiental y social (energía, hidrocarburos, financiero, infraestructura).

Resulta usual que los procesos de refinanciación constituyan un desafío corporativo significativo, en especial bajo condiciones de mercado desfavorables que afectan la liquidez y el acceso a las fuentes tradicionales de financiación.

En este contexto, las credenciales ESG son un factor de diferenciación que evidencia procesos robustos de mitigación de riesgos, la madurez de la responsabilidad social corporativa, mecanismos de divulgación de indicadores y la alineación con inversionistas institucionales.

En la actualidad existen varias iniciativas para aumentar la participación del sector financiero en la financiación de proyectos con incidencia ESG. Por ejemplo, en 2021 Naciones Unidas lanzó Net-Zero Banking Alliance para alinear las operaciones de préstamo e inversiones a los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), y en particular la transición hacia una economía baja en carbono.

A la fecha, participan de esta iniciativa 122 bancos que representan el 40% de los activos bancarios globales (US$ 72 billones) en 40 países, incluyendo Brasil, Chile, México, Colombia y Estados Unidos.

Debido al interés creciente del sector financiero, los instrumentos de finanzas sostenibles han demostrado su utilidad para llevar a cabo procesos de recomposición de los portafolios de deuda.

Estas operaciones pueden orientarse a la financiación o refinanciación de proyectos que cumplan con los principios y taxonomías ESG. De igual manera, las compañías pueden optar por destinar los recursos a la financiación o refinanciación de obligaciones crediticias atadas a las necesidades generales de caja, sin necesidad de indicar proyectos específicos, bajo las denominadas operaciones “vinculadas al desempeño sostenibles” (sustainability linked).

Estas últimas requieren contar con indicadores claves (key performance indicators) basados en el objeto social del deudor y asuntos ESG, teniendo en cuenta que su cumplimiento impacta las características financieras del instrumento (por ejemplo, tasas de interés, eventos de incumplimiento).

Así mismo, a pesar de tratarse de operaciones poco usuales, una transacción podría combinar tramos independientes para refinanciar proyectos específicos y la actividad general de la empresa, pero esto implicaría un despliegue mayor en la etapa de estructuración, sindicación (perfiles distintos de inversionistas) y posiblemente la administración de cada tramo bajo principios y estándares independientes.

Ahora bien, luego de la crisis global generada por el Covid19, varias compañías latinoamericanas han ejecutado procesos exitosos de recomposición de su endeudamiento con una visión holística de los criterios ESG que maximiza los beneficios sociales y económicos generados por el negocio.

Para los inversionistas y prestamistas estos procesos también permiten que la estrategia corporativa del deudor se enfoque hacia la creación de valor en un horizonte de largo plazo.

Así, por ejemplo, durante 2022 se han ejecutado varias operaciones de finanzas sostenibles en sectores estratégicos en Latinoamérica1. En febrero, Sacyr refinanció la deuda de un proyecto vial en Colombia combinando varias modalidades crediticias, incluyendo un bono social por US$ 262 millones bajo la Regla 144A/RegS.

En julio, Petrobras suscribió un préstamo vinculado a la sostenibilidad (Sustainability-Linked Loan) por US$ 1.250 millones para reforzar su operación baja en carbono en Brasil.

En agosto, Innergex Renewable Energy Inc. realizó la refinanciación (US$ 803 millones) de sus activos de energías renovables en Chile mediante la emisión de un bono verde.

Finalmente, en octubre elmfideicomiso mexicano Fibra Uno realizó una refinanciación mediante un préstamo vinculado a la sostenibilidad (Sustainability-Linked Loan) por US$720 millones.

Europa también presenció operaciones de refinanciación bajo finanzas sostenibles en 2022. En abril, Mango (multinacional española de la industria de la moda) refinanció su deuda mediante un crédito sindicado vinculado a la sostenibilidad (€ 200 millones) para el recorte de gases contaminantes y el uso de insumos con menor impacto ambiental.

En julio, SPIE (líder europeo del sector energético) completó una refinanciación con un préstamo por € 1.200 millones ligado a objetivos sociales y ambientales.

En octubre, Porterbrook Rail Finance Limited (empresa británica del sector transporte) informó la refinanciación de su deuda a través de un crédito vinculado a la sostenibilidad (€ 500 millones) alineando su estrategia corporativa a metas ESG.

Conforme lo anterior, se observa que las finanzas sostenibles tienen un rol sobresaliente no sólo para alcanzar los objetivos ESG, sino también para contribuir a la recuperación económica de Latinoamérica luego de la pandemia del Covid19.

Debido al creciente interés de los inversionistas y el estímulo estatal a los proyectos sostenibles (por ejemplo, energías renovables), las iniciativas ESG constituyen una ventaja competitiva para acceder al mercado financiero, en especial cuando se requiere recomponer la deuda enfrentando factores adversos como el aumento de las tasas de interés, la devaluación y el riesgo político.

* Nicholas E. Rodriguez es socio del despacho de abogados Winston & Strawn
*Ricardo Villalba es foreign legal advisor del despacho de abogados Winston & Strawn

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