Las empresas se dirigen hacia un futuro muy diferente del que fueron diseñadas para operar
En los últimos dos años, el ritmo y la escala del cambio han llegado a nosotros posiblemente con la mayor velocidad vista en la historia de la humanidad. Ahora las empresas se dirigen hacia un futuro muy diferente del que fueron diseñadas para operar. La próxima ola masiva de transformación digital es el metaverso, algo del ahora, no sólo del mañana.
El metaverso y la evolución del internet como lo conocemos hoy —la Web3— trae consigo dos importantes innovaciones: primero, el Internet del lugar, con la capacidad de crear y operar experiencias virtuales compartidas. Segundo, el Internet de la propiedad, que crea identidades digitales únicas y verificables para las personas y las cosas, permitiendo todo, desde las monedas digitales hasta los nuevos productos virtuales.
El continuo del metaverso aporta posibilidades aún mayores que la ola de transformación digital que hemos visto hasta ahora. Cuando lleguemos al año 2030, la vida de los seres humanos se extenderá a través de diferentes realidades: reales, aumentadas, virtuales y de otro tipo. En este contexto, todas las empresas deben convertirse en metaversas. Cada organización -y pronto cada individuo- debe estar preparada para entrar en el metaverso y participar en estos nuevos mundos centrados en las personas.
No olvidemos lo ocurrido en 1999, cuando se produjo el boom del dominio “.com”. Muchos líderes empresariales pensaban que el “.com” era una moda pasajera, que no necesitaban una página web o que, si la necesitaban, faltaban años para que fuese imprescindible.
Otros enfocaron la web como una simple digitalización del papel y se limitaron a poner el folleto de su empresa en una página web. De hecho, muchos no adoptaron el negocio digital hasta que la pandemia llegó en 2020. Los que lo hicieron, sobrevivieron y prosperaron. Los que no lo hicieron, se enfrentaron a una aguda brecha digital. Antes del COVID, la brecha entre los líderes digitales y los rezagados era de dos veces. Ahora es de cinco veces, y esa brecha va a aumentar aún más.
Los líderes se encuentran ahora en un punto de inflexión crítico. El metaverso transformará el mundo de los negocios. En primer lugar, cambiará la forma en que las marcas interactúan con sus clientes. Las empresas deberán crear mundos virtuales, en donde las personas puedan interactuar con sus productos y servicios. La tienda metaversa de Nike es un ejemplo. Ha recibido 21 millones de visitantes desde su apertura.
Otro aspecto que cambiará el metaverso es la forma de trabajar. El trabajo ya dejó de ser un lugar. Y esto crecerá en los próximos años. A través de este mundo virtual las empresas tienen oportunidades para que los empleados se reúnan de nuevas formas, como la colaboración en lugares de trabajo virtuales, lugares físicos aumentados y una mezcla de ambos. Un ejemplo es el Nth Floor de Accenture, que permite que nuestros colaboradores en 120 países se reúnan en un solo “lugar”.
Así también surgirán nuevos productos y servicios. En el mundo metaverso se podrán vender activos digitales, lo que representa un importante desafío para todas las industrias para impulsar la innovación. Además, la industria financiera tiene la oportunidad de ofrecer servicios de pago, transacciones virtuales, entre muchos otros.
Finalmente, cambiará la forma de diseñar productos y servicios y cómo se opera el negocio. El
metaverso potenciará los gemelos digitales, los cuales permiten hoy a las empresas hacer réplicas digitales de fábricas enteras y así saber qué fallas podrían producirse y cómo hacer más eficientes las operaciones.
Pronto, todas las empresas se encontrarán en la intersección de muchos mundos nuevos, desde la construcción de nuevas realidades físicas y virtuales hasta la prestación de servicios en entornos creados por otros.
Al igual que Internet evolucionó más allá de los simples sitios web para sustentar muchos de los negocios actuales, sería un error pensar que la experiencia del metaverso se limitará al espacio digital.
*El autor es el Presidente Ejecutivo de Accenture Chile
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