Los titulares sobre la economía de Chile, por muy catastróficos que sean, se pueden matizar

La economía chilena protagoniza numerosos titulares que pueden poner los pelos de punta a aquellos que desconocen el funcionamiento de la economía, así como el análisis de la economía de Chile.

Atendiendo a las previsiones con las que trabaja la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (por sus siglas, CEPAL), Chile será el país con el peor desempeño económico durante el ejercicio 2023.

Y a estas previsiones con las que trabaja la CEPAL debemos añadir lo mencionado por el Fondo Monetario Internacional (por sus siglas, FMI) en sus previsiones, en las que señalaba
que Chile será la única economía de América Latina que sufrirá una contracción durante el próximo ejercicio.

Como digo, este tipo de titulares pueden generar numerosas inquietudes en aquellos ciudadanos chilenos que los hayan leído. La economía chilena, atendiendo a lo que dicen los organismos, pareciera que se encuentra al borde del apocalipsis. Y las previsiones, en las que Chile se descuelga de todas las economías de la región, nos llevan a ser muy pesimistas en lo que respecta al año próximo; año en el que esta economía pretende contraerse, tal y como estima el FMI, más de un 1%.

No obstante, debemos subrayar algunos matices que afinan el análisis de brocha gorda que tan mal sitúa a Chile frente al resto de economías en la región.

En este sentido, y como he resaltado en otros artículos, es preciso señalar que, al hablar de Chile, hablamos de la quinta mayor economía de América Latina, por detrás de Brasil, México, Argentina y Colombia, en términos de producto bruto interno (PIB).

Esto quiere decir que hablamos de una economía que sitúa en el top de entre las economías que conforman la región. Además, afinando más con el indicador, Chile también es la economía que posee el PIB per cápita más elevado de toda América Latina, siendo, a su vez, de las pocas economías del continente que pertenece a la categoría de países de ingresos altos en la clasificación que realiza el Banco Mundial.

Para empezar, esto que comento ya sitúa a Chile por encima de otras economías que, pudiendo crecer a un ritmo más acelerado, presentaban un punto de partida bastante alejado, y a la baja, del que partía la economía chilena.

En materia de desempleo, por ejemplo, Chile es una economía que se encuentra entre las economías que menor desempleo posee de todo el continente. Un dato que podríamos decir que también se encuentra relacionado con el dato de renta y, especialmente, con el dato de pobreza, donde Chile se posiciona como ejemplo para otras economías de América Latina.

Además, es preciso señalar que la economía chilena presenta índices muy destacables en materia de competitividad, libertad económica, desarrollo financiero, entre otros aspectos que muestran el potencial y las fortalezas de una economía que, como me gusta decir, está desmarcada del resto de economías que conforman esta región emergente.

Y a todo esto, también debemos añadir que hablamos de una economía plenamente recuperada del duro shock registrado como consecuencia de la pandemia. Analizando el comportamiento de Chile en los últimos años, podemos destacar que Chile experimentó un crecimiento del PIB el pasado ejercicio del 11,7%, debido a los estímulos y la capacidad para aplicarlos con los que contó la economía chilena en aquel momento.

En otras palabras, hablamos de la recuperación más rápida de América Latina, así como una de las recuperaciones más rápidas de entre las economías que se encuentran en el mundo.

Por todo esto que comento, los titulares que veíamos al inicio, pese a lo catastróficos que puedan ser, se pueden matizar. Venezuela puede crecer el año que viene más que la economía chilena, e incluso la economía chilena podría verse inmersa en una recesión. No obstante, la economía chilena seguiría muy por delante del resto de economías.

Los indicadores, como puede apreciarse, así lo reflejan, y ese punto de partida que mencionaba, en una comparación como la realizada en los titulares, es determinante para entender si estamos ante una situación por la que preocuparnos, o que simplemente debamos atender.

Y debemos señalar que Chile se encuentra en un escenario en el que la excepcional incertidumbre se ha visto reforzada con un proceso constitucional que generó más inquietudes en la ciudadanía, las empresas, así como el conjunto de agentes económicos que, en general, desarrollan su vida y/o su actividad en el país. No obstante, ni este proceso puede frenar a la economía chilena.

Debiendo señalar, a modo de conclusión, que las mismas previsiones que prevén eso que mencionan los titulares, muestran que la economía chilena pretende seguir creciendo durante el siguiente ejercicio; y atendiendo a todo lo que rodea a esta economía, podemos apreciar que hablamos de una economía que sigue contando con un gran potencia

El autor es economista, responsable de educación económica y financiera en Rankia

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