La economía se enfrenta a un duro enfriamiento que puede hacérnoslo pasar mal por más tiempo
Llevamos algunas semanas sin publicar nuestra columna y hemos de señalar que, atendiendo a este contexto de extrema volatilidad que vivimos hoy, el escenario en el que nos encontramos dista bastante del que veíamos hace meses, o mejor dicho, semanas.
La excepcional incertidumbre a la que nos enfrentamos dificulta la visibilidad a los analistas y ese escenario que veían estos hace escasas semanas, atendiendo a los pronósticos que ofrecen hoy los organismos, las agencias de research, entre otros agentes, ha quedado muy atrás, dando paso a un pesimismo que pone los pelos de punta y a unos Gobiernos que, inmersos en una recuperación económica, podrían verse inmersos en una posible recesión en cuestión de meses.
El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional, la OCDE (…) numerosos organismos señalan la posibilidad de que pronto llegue una crisis, y esos crecimientos que destacábamos hace escasos meses hoy son cosa del pasado.
Atendiendo a las declaraciones del Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, la economía se enfrenta a un duro enfriamiento que puede hacérnoslo pasar mal por más tiempo. Y ha sido el propio Banco Mundial el que ha dicho que este enfriamiento económico, atendiendo a las debilidades que presentan regiones como América Latina, podría acentuarse al contagiar a la región.
En resumidas cuentas, y como señaló la agencia de calificación crediticia Moody’s, América Latina presenta un futuro incierto, pero muy problemático y difícil.
La inflación está obligando a los Gobiernos a retirar los estímulos y a frenar la demanda, en tanto en cuanto no remite y su presencia ahoga a una ciudadanía que viene de pasarlo mal, para pasarlo peor. Y ello, como ya hemos advertido en numerosas columnas, está frenando drásticamente una economía que hoy debe readaptar sus pronósticos bruscamente.
Combatir la inflación, como dijimos, pasa por frenar el crecimiento económico, y ello, en un escenario de recuperación, y aunque tengamos que frenar la inflación, es muy peligroso para muchas economías que, atendiendo al análisis, no han recuperado su nivel prepandémico y podrían estancarse antes de que eso sucediese.
Esta situación, como vemos hoy en las previsiones, está provocando reajustes que están tirando abajo todos los cuadros macroeconómicos, en tanto en cuanto se desequilibran los presupuestos de los distintos Gobiernos.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), por ejemplo, se dispone a rebajar de nuevo las previsiones de crecimiento de la economía mundial para 2023 y alerta, como hemos señalado, del riesgo de recesión. Para hacernos una idea de lo que comento, o de la magnitud de lo que estoy exponiendo, basta con mirar la rebaja de la que hablo, que ha pasado de prever un crecimiento del 6% de la economía mundial para este año y un 5% para el siguiente, para prever un crecimiento del 3,2% para 2022 y al 2,9% para 2023.
Como vemos, hablamos de un asunto bastante relevante.
Los ministros de Economía de todo el mundo están citados la semana próxima en Washington para la asamblea anual del FMI y este encuentro será testigo de esta rebaja que ha anunciado la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, en un encuentro en el que, señaló que “la economía es un barco que en estos momentos se encuentran en aguas turbulentas”.
También destacó, en línea con lo que dijo su predecesora en el cargo y actual presidenta del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, que la situación, lejos de mejorar, irá a peor, dejando la puerta abierta a un recesión intensa si la actuación de los Bancos Centrales se excede y la economía se estanca.
Y hemos de señalar otro momento en el que aprovechó para hablar de los peligros de
la deuda y del endeudamiento público que acaba incurriendo en importantes déficits. De acuerdo con la directora general del FMI, “mientras la política monetaria está pisando el freno, no debería haber una política fiscal que esté pisando el acelerador. Esto supondría un viaje muy duro y peligroso”.
En otras palabras, los Gobiernos deben evitar la deuda y el incremento del gasto pues se vienen tiempos convulsos, tiempos de mucha incertidumbre, y un escaso fondo de maniobra podría dejar al borde del abismo a muchas economías en el planeta; economías que, dicho sea de paso, se encuentran sobre endeudadas.
En relación con estos comentarios, así como con los reajustes que ha realizado el FMI
en sus pronósticos, hemos de señalar que el Banco Mundial, la OCDE, la UNCTAD, así
como numerosos organismos públicos y privados comparten este sentir del organismo
con sede en Washington DC.
La economía se desacelera y la tendencia es que pretende desacelerarse más. En eso coinciden todos, y ese optimismo que respirábamos hace escasos meses hoy se ha esfumado con la llegada de nubarrones que siguen sin dejar salir al sol.
La economía sigue sin ver la luz del túnel y la poca luz que veíamos parecía ser un espejismo ante todo lo ocurrido.
Éramos optimistas pero hoy debemos serlo menos. Se vienen tiempos difíciles y debemos estar atentos a los sucesos para adaptarnos rápidamente a ellos. Se vienen curvas y debemos tener el vehículo a punto para no salirnos en una de ellas.