La pandemia revolucionó nuestro estilo de vida. Lo que durante muchos años consideramos normal de pronto dejó de serlo. Puntualmente, en el momento en que debimos trasladar nuestro espacio laboral y mudar todo de la oficina a la casa, la línea entre lo laboral y lo personal se volvió más delgada, al punto de ser […]

La pandemia revolucionó nuestro estilo de vida. Lo que durante muchos años consideramos normal de pronto dejó de serlo. Puntualmente, en el momento en que debimos trasladar nuestro espacio laboral y mudar todo de la oficina a la casa, la línea entre lo laboral y lo personal se volvió más delgada, al punto de ser un límite inexistente para algunas personas.

Hoy en Chile las encuestas advierten que la salud mental y emocional de nuestros trabajadores se está viendo mermada, tal como ocurre por ejemplo con el reporte de la consultora Ipsos, que nos sitúa en el segundo lugar con mayor decaimiento en la salud emocional a nivel global entre los países evaluados. Otros informes revelan que el 59% quiere renunciar a su empleo actual. Ante este escenario, la pregunta que surge es, qué estamos haciendo como empleadores para incrementar el bienestar de los colaboradores y que disfruten su empleo.

Así como la tecnología ha sido nuestra principal aliada para el crecimiento y la mejora de nuestros negocios, también debe ser una herramienta que sirva para la gestión inteligente del capital humano y tomar decisiones con impacto positivo en la calidad de vida de lo trabajadores.

Las empresas deben poner foco en su fuerza laboral y colocarla en el centro de su operación. Este cambio de mindset es un valor que debería ser prioridad: conocer las necesidades de cada persona, potenciar sus talentos, acompañar su desarrollo de carrera, buscar que su propósito esté alineado con los objetivos corporativos y desplegar estrategias para que este feliz en su lugar de trabajo.

De la misma manera que realizamos análisis enfocados en la oferta de valor y en diferenciadores hacia clientes y consumidores, debemos hacer lo propio con quienes trabajan con nosotros. En ese sentido, existen productos de software que nos ayudan a tomar acciones para que nuestros colaboradores se sientan a gusto y respaldados no solo en lo profesional, sino también en lo personal.

En la empresa en la que trabajo somos conscientes de que potenciar una cultura y un clima organizacional saludable está relacionado de manera directa con nuestra capacidad para entregar experiencias y emociones positivas. Algunas de las mejores prácticas que llevamos adelante incluyen una comunicación honesta y transparente, un liderazgo basado en la influencia, una cultura de aprendizaje continuo y de reconocimiento del trabajo del otro, y un ambiente diverso e inclusivo que dé el espacio para escuchar opiniones diferentes y nuevas ideas.

A modo de ejemplo, una de últimas iniciativas que lanzamos fue implementar el Día Mundial de la Salud Mental, jornada en la que, a nivel global, todos los colaboradores nos tomamos un día libre.

En la medida que más empresas pongan a sus colaboradores en el centro de sus estrategias de gestión de personal, lograremos revertir los problemas que desencadenan las enfermedades mentales y la fuga de talento. Trabajadores felices poseen una mayor satisfacción laboral, están más involucrados y comprometidos, tienen niveles de compromiso más alto y poseen menores tasas de estrés y ausentismo. Y todo eso redunda en mejores resultados para la empresa. Un verdadero círculo virtuoso de bienestar.

El autor es gerente general de SAP Chile.
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