Los ciclos económicos tienen periodos de caídas y luego otros de recuperación

“Es hora de ajustarse el cinturón” o “enfrentar un periodo de vacas flacas”, son frases que venimos escuchando en los últimos meses debido a la crisis económica que se vive a nivel mundial y que nos está afectando a todos, incluso a aquellos que nunca antes habían vivido la experiencia, como es el caso de las startups. Fue Y Combinator, la reconocida aceleradora de negocios estadounidense, quien encendió las alarmas cuando en mayo pasado envió una carta a los miembros de su portafolio de empresas recomendándoles “prepararse para lo peor, porque nadie puede predecir qué tan mal se pondrá la economía, pero las cosas no se ven bien”.

No es la idea ponernos pesimistas, porque si miramos los hechos con perspectiva histórica, podemos concluir que los ciclos económicos tienen periodos de caídas y luego otros de recuperación. Pero mientras esperamos, lo que sí podemos hacer es implementar medidas para resistir estos tiempos difíciles y ayudar a que los negocios sobrevivan con éxito, especialmente si consideramos resultados como los de la encuesta de CNBC sobre empresas pequeñas y medianas, donde 8 de cada 10 propietarios espera una recesión durante 2022.

Ante este escenario, uno de los primeros consejos que podemos entregar a las startups y emprendimientos es enfocarse en ofrecer soluciones que resuelvan problemas reales a través de una oferta de productos efectiva, simple y que cuente con una oportunidad de mercado. Es cierto que durante la época de bonanza muchas empresas emergentes obtuvieron millonarias rondas de inversión para sus negocios, pero es ahora cuando veremos si esas ideas son realmente solventables en el largo plazo, por eso es fundamental trabajar con un modelo de negocio realista y escalable. 

También es muy importante destinar los gastos a áreas realmente necesarias y extender las estimaciones de flujo de caja al mayor tiempo posible. Lo ideal para cualquier empresa es crecer, pero si esto no es posible o los ingresos serán variables en los meses siguientes debido a la recesión, la premisa es mantenerse sostenible económicamente, centrarse en la consolidación del negocio y priorizar la resistencia más que las cifras explosivas.

Ahora más que nunca, las nuevas empresas deben también escuchar la voz de quienes tienen mayor trayectoria y han vivido experiencias similares. Inversionistas y empresarios pueden ser muy útiles como mentores y acompañantes en esta transición hacia un entorno más desafiante y que requiere un reajuste de las prioridades estratégicas. 

Otro factor importante a tener en cuenta es la retención del talento. Necesitamos equipos fuertes y sólidos para llevar a cabo nuestros planes y es en los periodos difíciles donde se prueba el temple de las personas. Muchas de las ideas exitosas y rentables que utilizamos hoy, nacieron teniendo todo en contra y pudieron salir adelante gracias a la creatividad e inteligencia de hombres y mujeres que buscaron caminos alternativos o recurrieron a aliados que les ayudaron a concretar proyectos. Por eso es importante valorar a aquellos con quienes trabajamos, escucharnos y fomentar el pensamiento “fuera de la caja”, algo que puede traernos nuevas respuestas para lo que estamos enfrentando. 

Y por último, paciencia y fortaleza. Por más que el panorama se vea adverso, también puede ser una oportunidad para analizar lo que estamos haciendo, adaptarnos a los requerimientos del mercado, planificar los pasos a seguir y estar atentos a las señales. Todas las experiencias sirven para aprender y estoy segura de que los emprendimientos y startups que logren sortear la crisis contarán con más y mejores herramientas para que sus empresas sean solventes, integrales y realmente competitivas.

Gina Ocqueteau
*La autora es CEO Waygroup Chile.

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