Según las Naciones Unidas, sólo 3 de cada 10 personas a nivel mundial que trabajan en tecnología son mujeres

El esfuerzo por lograr la equidad de género en el plano laboral es algo que, afortunadamente, es parte de la agenda global, tanto a nivel público como privado. Pero es claro que aún hay muchísimo en lo que avanzar. Además, las brechas de género son mucho más profundas en algunas industrias, disciplinas y saberes. Ejemplo de esto es lo que ocurre en el ámbito de la ingeniería y tecnología. Y esto es especialmente relevante.

Las oportunidades en el área de la tecnología se multiplican día a día y las compañías que desarrollan innovación están, actualmente, en los primeros lugares de valorización y reputación corporativa.

Se han convertido en las empresas más atractivas para trabajar, y es clave que las mujeres puedan capitalizar esa tremenda oportunidad, que genera inclusión real en un campo en expansión y que requiere personal formado a nivel técnico. Sin embargo, nos encontramos frente a cifras un poco preocupantes. Según datos de la Asociación Chilena de Empresas de Tecnologías de la Información, en Chile sólo el 5% de las mujeres trabaja en TI o que, según el departamento de economía y asuntos públicos de las Naciones Unidas, sólo 3 de cada 10 personas a nivel mundial que trabajan en tecnología son mujeres.

Eso se traduce en una realidad muy concreta: vivimos en un mundo con gran presencia de dispositivos digitales en el cual consumimos tecnología todos los días, pero quienes construyen, crean y dan forma a todos esos algoritmos y softwares, son mayoritariamente hombres.

Esto puede deberse a múltiples factores: patrones históricos, aspectos culturales, estereotipos y modelos de aprendizaje que se van repitiendo a lo largo de décadas… Pero lo que es un hecho, es que en términos generales, las mujeres jóvenes se auto perciben como menos capaces para desempeñarse en determinados empleos o carreras.

De hecho, y según un informe de la UNESCO del 2019 mostró que las niñas pierden interés en las materias STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática) entre los primeros y los últimos años de su adolescencia. Y esto se traduce en menor presencia de mujeres estudiando carreras de IT: sólo un 3% de la matrícula de carreras de informática corresponde al género femenino.

Hoy más que nunca, el rol de la empresa es también involucrarse en estos desafíos y actuar para que los cambios ocurran. Y no por un deber social sino por la convicción de que tomar parte activa del cambio que implica la cuarta revolución industrial, supone que las mujeres tengan un rol protagónico.

Me gustaría contarles sobre un un programa que realizamos en Mercado Libre, que apunta a aportar positivamente en este proceso de cambio: se llama Conectadas, el cual se lleva a cabo junto a Chicas en Tecnología y {reprograma}, y que busca acercar a niñas adolescentes de entre 14 y 18 años, de distintas partes de América Latina, a la tecnología, brindándoles herramientas para crear soluciones innovadoras ante problemas que ellas identifican en sus comunidades. Es un programa 100% gratuito, que se realizó por primera vez en el año 2021 y que este año se desarrolló para: Argentina, Chile, Colombia, México, Perú y Uruguay, con 600 participantes. Y entre julio y octubre pasarán por el programa otras 600 jóvenes en estos países y en Brasil.

A través del trabajo en equipo, las jóvenes van descubriendo el potencial que la tecnología tiene para ellas y para el resto del mundo, ideando proyectos tecnológicos que responden a problemáticas sociales y ambientales. En Chile, fueron 81 adolescentes las que formaron parte de estos encuentros, de casi 40 horas, en las cuales se abordan contenidos de transformación digital, resolución de problemas, diseño de experiencia de usuario, desarrollo de negocios y marketing digital, siendo acompañadas por mentorías especializadas en tecnología.

Esta semana se conmemoró el día mundial del Internet en Chile y otros países del mundo, una instancia para celebrar las múltiples oportunidades que ofrece, en especial cuando incluye a mujeres en un rol activo, que es fundamental para que el desarrollo de la industria sea acompañado por un necesario proceso de inclusión.

Constanza Azzolina.
*La autora es Manager de Educación para la Sostenibilidad e Inclusión de Mercado Libre.

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