En este mundo sobre ofertado, ser único es valioso, y esa unicidad la entrega la declaración de un propósito
Nuestro planeta hoy esta enfrentando cambios acelerados, y como sabemos, si hay aceleración se generan las fuerzas gatilladas por esta variable que nos proyectan a una nueva sociedad.
Para poder comprender la naturaleza de estas fuerzas nos centramos en el mundo de la innovación, poniendo especial atención en los cambios que provocan innovaciones potentes. En términos generales, son cuatro fuentes de donde surgen estos cambios que nos obligan a innovar.
El primero es demográfico, donde surgen nuevas costumbres, comportamientos del consumidor y requerimientos. Actualmente, existe la posibilidad de vivir fuera de los polos urbanos gracias al trabajo híbrido, transformándose incluso en una necesidad debido a los altos costos de vida de las capitales, sumado a las constantes alzas en las tasas de interés, que encarecen aún más la opción tradicional.
El segundo factor es macroeconómico, donde empresas pueden aprovechar, por ejemplo, fluctuaciones del tipo de cambio para internacionalizarse. Al mismo tiempo, pueden existir diversos factores que escapen de su control, como las políticas monetarias, las expectativas de riesgo y los precios de los commodities.
El tercero dice relación con los marcos regulatorios. Basta un cambio de ley en una industria para que el negocio desaparezca y surjan soluciones adaptadas a la nueva realidad. Lo que esta pasando con el cambio climático es muy potente. Por ejemplo, el alineamiento de la industria financiera dejará sin financiamiento a proyectos que no estén en sintonía con la reducción de emisiones.
Por último, el tremendo aporte que es la tecnología, sin duda un acelerador del cambio de paradigma, con un componente habilitador para miles de nuevos entrantes que son verdaderas antenas tecnológicas y que saben capturar el valor proveniente de los datos, las plataformas, la biotecnología y la educación, entre otras.
Para tener a la vista la magnitud, revisamos algunas tendencias de futuro, que se darán en ocho años, como máximo.
La revolución del tiempo real marcará la era de una economía al instante. Más del 80% del planeta estará conectado a una velocidad inaudita, a bajo costo y vía remota.
La economía de la escasez, donde las necesidades irán más rápido que la oferta para satisfacerlas.
La convergencia del mundo real con el virtual, las meta dimensiones serán parte de nuestra cotidianeidad.
La educación será un gran desafío, debido a la necesidad de aprendizaje constante a todo nivel.
La convergencia de la biología y la tecnología marcará la incorporación de elementos exógenos para mejoras no sólo del entorno, sino que del ser humano, que supondrá nuevas discusiones éticas.
Y la revolución de la sostenibilidad, que debe ser considerada dentro del modelo de descarbonización radical.
Al mundo empresarial le toca el turno de comprender las fuentes de innovación y conocer las tendencias de futuro, así como de ser un actor relevante y renovado. Debe entender que los stakeholders no sólo son importantes, sino que no esperan. Cada uno quiere algo por lo que lucha y se la juega, y sus demandas son muy diferentes.
El arte consiste en hacer converger los intereses de las partes para generar valor a cada uno. Las empresas que caben en esta nueva sociedad son las que se adecúan a los nuevos estándares y paradigmas.
En este mundo sobre ofertado, ser único es valioso. Y esa unicidad la entrega la búsqueda y declaración de un PROPÓSITO, que permite alinear a los incumbentes, detectar prontamente los cambios y ser un aporte a esta nueva sociedad.
*El autor es el director ejecutivo del Centro de Innovación UC Anacleto Angelini
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