Sí prohibió actividades mineras en los glaciares, entre los 499 artículos aprobados
La Convención Constitucional concluyó el sábado la redacción del borrador de nueva Constitución y en una de sus últimas votaciones rechazó reformas importantes a la industria minera, entre las que figuraba el fortalecimiento de la propiedad estatal en los yacimientos del mayor productor mundial de cobre.
Por otro lado, aprobó un artículo que prohíbe la actividad minera en “los glaciares, las áreas protegidas, las que por razones de protección hidrográfica establezca la ley, y las demás que ella declare”.
El borrador de nueva Constitución pasará desde el lunes a la Comisión de Armonización, que tendrá hasta el 9 de junio para proponer mejoras a la redacción y coherencia jurídica, detectar posibles contradicciones y eliminar contenido repetido del borrador.
En la última jornada de votaciones, el pleno de la Convención rechazó el Artículo 27 propuesto por la Comisión de Medio Ambiente, Derechos de la Naturaleza, Bienes Naturales Comunes y Modelo Económico de la entidad, que originalmente otorgaba al Estado derechos mineros exclusivos sobre litio, metales raros e hidrocarburos y una participación mayoritaria en las minas de cobre.
El artículo, que enfrentó fuerte oposición del sector minero y ya había sido rechazado la semana pasada, establecía que “el Estado desarrollará de manera exclusiva la actividad minera sobre los hidrocarburos en estado líquido o gaseoso, litio y tierras raras. En el caso del cobre, el Estado explorará y explotará por sí mismo, y podrá hacerlo en asociación con particulares siempre resguardando la participación mayoritaria del Estado”.
La comisión de Medio Ambiente sometió a votación múltiples variaciones del artículo ante el pleno de la asamblea durante la tarde del sábado, pero también fueron rechazadas.
El plenario, sin embargo, autorizó enunciados sobre la exclusión de la actividad minera en los glaciares y áreas protegidas, el “acceso equitativo y no discriminatorio a la energía”, el estatus de las playas y la protección del territorio chileno antártico, entre otros.
En total son 499 artículos los que conforman el borrador, muchos orientados a aumentar los derechos sociales: crear un sistema universal de salud, fortalecer la educación pública, la corresponsabilidad de género, proteger del medioambiente o engrosar los derechos de los pueblos indígenas, que hasta ahora no habían sido incluidos en ningún proceso constituyente.
Entre aplausos y emoción, los 154 miembros de la Convención dieron por concluida la redacción del contenido borrador, que ahora pasará a la etapa de armonización.
“Estamos muy felices de anunciar formalmente que ya tenemos el borrador de nueva Constitución. Hoy, después de 103 sesiones del pleno, muchas de ellas maratónicas, cerramos finalmente el debate constitucional”, celebró la presidenta de la Convención, María Elisa Quinteros. “Esta fue una labor tremendamente democrática y participativa”, agregó.
“Hoy hemos concluido una etapa. ¡Vivan los pueblos de Chile!”, exclamó también la expresidenta de la Convención y académica mapuche Elisa Loncón.
Menos esperanzados se mostraron los menos de 40 constituyentes de la derecha, que acusan al texto constituyente de “indigenista” y “partisano”, y algunos llaman incluso a rechazarlo en el plebiscito de salida el próximo 4 de septiembre.
“Queda pendiente la elaboración de una propuesta de nueva Constitución para Chile, que una y no segregue. Porque esta Convención, ese trabajo, no lo hizo”, indicó la conservadora Marcela Cubillos, exministra de Medio Ambiente.
El lunes, y en un guiño hacia la descentralización del país, la Convención se reunirá en las ruinas de Huanchaca, en Antofagasta (norte), donde entregará el texto a la Comisión de Armonización.
En paralelo a la armonización del texto también trabajarán la Comisión de Preámbulo, encargada de elaborar el texto que abre la Carta Magna, y la Comisión de Normas Transitorias, a cargo de los artículos transitorios necesarios para la transición entre una Constitución y la otra.
Posteriormente tendrán lugar las votaciones finales, que se podrían alargar hasta 29 de junio, según el cronograma oficial, para presentar el texto a la ciudadanía el 4 de julio.
En caso de aprobarse en el plebiscito de salida, el próximo 4 de septiembre, la nueva Constitución sustituiría a la actual, redactada bajo dictadura y considerada por sus críticos como origen de las grandes desigualdades del país.
Este proceso constituyente nació como vía política para desarticular el estallido social de 2019, una masiva protesta contra la desigualdad en el país que dejó una treintena de fallecidos, miles de heridos y removió los cimientos de Chile.
AGENCIAS