No existe una única fórmula para el éxito de una startup. Depende del objetivo de cada una, sin embargo, algunas han decidido buscar la rentabilidad desde sus inicios y crecer con capital propio, lo que significa que el camino sea más lento y silencioso.
¿Todas las startups necesitan levantar grandes rondas de financiamiento para crecer? ¿Se puede ir más lento pero lograr la rentabilidad? ¿Cuáles son los desafíos de no depender de inversionistas externos? El ecosistema de capital de riesgo (VC, por sus siglas en inglés) en Latinoamérica registró un crecimiento del 7,14% en 2024, con un total de 4.500 millones de dólares a través de 751 acuerdos, superando los 4.200 millones de dólares invertidos en 826 acuerdos en 2023, según datos de la Asociación de Capital Privado de América Latina (LAVCA). Sin embargo, cada vez son más las exigencias y el detalle de los fondos a la hora de inyectar capital en una startup.
Actualmente, al menos 60 empresas latinoamericanas han levantado más de 150 millones de dólares y podrían ser candidatas para una oferta pública inicial (IPO). No obstante, para que esto suceda, será clave que inversionistas y CEO ajusten expectativas de valuación y garanticen acceso a liquidez.
El foco está en que las empresas sean de impacto, con modelos de negocio sólidos y orientadas a la rentabilidad. No se trata sólo de crecer o “quemar plata”, sino de hacerlo de manera sostenible, manteniendo la rentabilidad y expandiendo su participación en el mercado.
Lee también: Conozca a la primera mujer multimillonaria del capital riesgo
El crecimiento de startups y scaleups en Chile enfrenta un escenario desafiante para el venture capital. “Levantar capital es más difícil y costoso, lo que ha llevado a muchas empresas a buscar alternativas de financiamiento, abriendo posibilidades de deuda con bancos u otras instituciones, crowdfunding e incluso apertura en bolsa, a través de plataformas como ScaleX”, indica Camila Postigo, gerente de Selección, Crecimiento y Alianzas de Endeavor Chile.

Según Postigo, muchas están priorizando el crecimiento a partir de su propia rentabilidad, a pesar que eso represente ser menos exponencial al tratarse de un crecimiento orgánico. ¿Cuál es la razón? “Permite construir empresas más sanas, con foco en sus hitos, en el fortalecimiento de sus estrategias y modelos de negocio, y sin perder de vista su visión global. También hay compañías que están apostando por el crecimiento inorgánico, pero a través de fusiones y adquisiciones (M&A), en lugar de recurrir al capital de riesgo”, agrega.
Lo que resalta la representante de Endeavor es que no existe una única fórmula para el éxito. Cada startup tiene una estrategia distinta según su objetivo. Las empresas que quieren crecer rápidamente suelen apostar por ganar relevancia global de manera acelerada y esto requiere grandes volúmenes de capital y, “aunque en una primera etapa pueden no ser rentables, luego ajustan su modelo para alcanzar la rentabilidad”. Este enfoque les permite posicionarse, generar impacto y, en muchos casos, marcar tendencias dentro de su industria. Sin embargo, está el riesgo de depender demasiado de la inversión y de retrasar la rentabilidad.
Por otro lado, aquellas que buscan rentabilidad desde el día uno, suelen crecer de forma más lenta, “pero financiera y operativamente más sanas”, señala. El desafío es mantenerse competitivas frente a compañías que pueden escalar más rápido y ganar mayor relevancia o cuota de mercado.
FOCO RENTABILIDAD: KURA BIOTECH

Un ejemplo de una startup que asegura ser rentable desde sus inicios y fue levantada con capital propio es Kura Biotech. Eduardo Wallach, su CEO, dice a Forbes Chile que el secreto estuvo en “no marearse y seguir operando con un estilo muy frugal, que mantenemos hasta el día de hoy”. Tardaron ocho años en comprar el primer microscopio, pues antes de eso arrendaban el que usaban; y en la actualidad siguen comprando equipos usados en remates en Estados Unidos.
“Creo que la libertad de operar sin capital externo nos obliga a mantenernos con los pies en la tierra y ser muy creativos. Además, nos ha entregado muchos más beneficios que costos”, resalta.
En los últimos años se han expandido a dos industrias nuevas: los reactivos enzimáticos para genómica y una solución para la detección de patógenos en alimentos, como Listeria y Salmonella. “Que no hayamos accedido a capital externo no significa que lo hayamos hecho de forma artesanal, en ambos casos nos tomó más de tres años llevar un producto al mercado, con inversiones de varios millones de dólares en cada uno. Sin embargo, hoy podemos ofrecer soluciones realmente de vanguardia a nivel mundial, que ya están siendo utilizadas por algunas de las mayores salmoneras de Chile y universidades de prestigio internacional”.
“Operar con capital interno no es sinónimo de operar con poca ambición. Kura es hoy el mayor productor mundial de reactivos enzimáticos para detección de drogas y no vemos razones para no aspira a lo mismos en todas nuestras unidades de negocio”, añade.
ACID LABS: “VIVIR SIN EL APLAUSO FÁCIL”

“Trabajar sin capital de riesgo fue como pilotar un avión con el combustible justo: cada maniobra contaba. El primer reto fue ‘si queríamos dinero, había que vender'”, cuenta a Forbes Chile Gert Findel, Fundador de Acid Labs, que da soluciones de desarrollo de software e infraestructura tecnológica.
Ajustaron precios, cuidaron cada peso y descartaron cualquier idea que el cliente no estuviera dispuesto a pagar. El segundo desafío fue “vivir sin el aplauso fácil. Mientras otras scaleups aparecían en los diarios por sus rondas millonarias, nosotros dedicábamos ese tiempo a mostrar demos funcionales y escuchar feedback real. También desarrollamos una creatividad frugal: usamos software de código abierto, compartimos oficina y exprimimos al máximo cada suscripción. Esa disciplina nos permitió crecer durante 16 años solo con utilidades y, hoy, reinvertir y contratar talento sin pedir permiso ni ceder participaciones”, relata.
Para Findel la rentabilidad siempre es la meta. La decisión es cuándo ponerla al frente. “Nosotros elegimos ser rentables desde el primer día, porque somos una empresa de servicios y queríamos movernos sin pedir permiso. Esa disciplina nos da hoy la libertad de apostar por nuevas líneas de negocio y de invertir como ángeles sin depender de rondas externas”.
Para el emprendedor, se puede retrasar la ganancia si existe un plan concreto y medible para recuperarla. “Lo peligroso es quemar capital sin saber quién pagará la cuenta. Nosotros preferimos validar el modelo con un MVP que genere caja, reinvertir lo ganado y escalar de manera sostenible”, subraya.
SERVIALL: “EL LEVANTAMIENTO DE CAPITAL NO GARANTIZA EL ÉXITO”

Esta empresa partió hace 15 años con 10.000 dólares. El financiamiento inicial lo dieron los bancos: “No sé bien cómo, pero nos miraron y nos creyeron”, cuenta Ignacio Bascuñán, director comercial de Serviall, proveedores de servicios sanitarios y jurídicos a distintas entidades.
Bascuñán asegura que estos años han mantenido niveles de crecimiento sobre el 40% promedio anual y que actualmente venden más de 35 millones de dólares. “Ese nivel de crecimiento ha sido difícil de mantener sin financiamiento externo. Nos ha obligado a priorizar y ser eficientes en el uso de recursos, a enfocarnos en proyectos que permitan mantener el crecimiento y la expansión, establecer metas claras y alcanzables al corto y largo plazo y mantener una preocupación permanente de ser eficientes en los costos y optimizar procesos”.
“Muchas veces nos quedamos con los titulares, empresas que son capaces de levantar grandes cantidades de plata, que parece un tremendo éxito ante el mercado y el mundo, sin embargo, muchas veces esas luces no garantizan el éxito”, dice el emprendedor.
Incluso, estas empresas que han tenido grandes inversiones han estado a punto de la quiebra, o directamente han terminado fracasando. “Creo que las razones tienen que ver con el foco absoluto en un rápido crecimiento y éxito, sin generar ingresos permanentes, no puede tener un largo plazo. En muchos casos, los inversores presionan para lograr sus propios objetivos, que no siempre coinciden con los de los emprendedores y su negocio. A eso se suman gastos innecesarios y falta de control, muchas veces equipos con poca experiencia y cultura”, suma.
Bascuñan señala que es distinto tener la caja para la operación diaria, desarrollos tecnológicos y para la internacionalización, etapa que inició Serviall en México, en 2024. “El autofinanciamiento tiene cosas buenas y malas, como todo en la vida. Lo bueno es mantener el control y la dirección de su negocio, sin tener que navegar al ritmo o con el enfoque de terceros, lo que permite conservar la independencia y la flexibilidad. Lo malo, es que en algunos casos puede frenar la velocidad del crecimiento y hacer lento el alcanzar los objetivos y ser más vulnerable a riesgos externos”, finaliza.
Lo que es seguro es que a menor inversión y mayor selectividad, los emprendedores han tenido que adaptar y redefinir sus estrategias de crecimiento y modelo de negocios. La misión es lograr identificar la solución al problema y el mercado objetivo para así, con un poco de suerte, asegurar la sostenibilidad del modelo de negocio.