La IATA afirma que luego de tres años consecutivos de pérdidas, finalmente la industria obtendrá 23.300 millones en dólares en ganancias este año. No obstante, en Latinoamérica la industria registra 600 millones de dólares en pérdidas.
La industria aérea mundial finalmente ha vuelto a la rentabilidad, tras tres años consecutivos de pérdidas ocasionada por la pandemia.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés), está estimando que la industria registre una ganancia neta de 23.300 millones de dólares en 2023 (un margen de 2.6%), casi seis veces más que lo que habían proyectado a finales del año pasado y el doble de lo que le habían apuntado a mitad de este año.
“El 2023 ha sido un buen año ya que la recuperación cobró impulso”, dijo Willie Walsh, director de la IATA, en una conferencia de prensa en Ginebra (Suiza). “Nos sorprendió gratamente la reapertura de China, lo cual fue un avance positivo. Pero aun así fue un año frustrante para las aerolíneas en muchos sentidos”.

La resiliencia de la industria también saluda al 2024, año para el que están proyectando ganancias de 25.700 millones de dólares (un margen de 2,7%). Sin embargo, el margen de ganancia no parece ser el suficiente.
“Aunque la recuperación es impresionante, un margen de beneficio neto del 2,7% está muy por debajo de lo que aceptarían los inversores en casi cualquier otra industria”, comentó Walsh. “Por supuesto, muchas aerolíneas están superando esa media, y muchas están luchando. Hay algo que aprender del hecho de que, en promedio, las aerolíneas retendrán solo 5,45 dólares por cada pasajero transportado. Eso es aproximadamente suficiente para comprar un ‘grand latte’ básico en un Starbucks de Londres, pero es demasiado poco para construir un futuro que sea resistente a los impactos para una industria global crítica en la que depende el 3,5% del PIB y de la cual 3,05 millones de personas obtienen directamente sus ingresos para vivir”.
Entre tanto, para Latinoamérica el panorama es complejo. Con un crecimiento de la capacidad que se espera supere al crecimiento de la demanda en 2024, se está anticipando que las condiciones del mercado seguirán siendo desafiantes. Se espera que la región de América Latina tenga pérdidas en ambos años, 2023 y 2024, aunque con una reducción de las pérdidas
La IATA estima que en 2023, las aerolíneas de la región tendrán pérdidas de 600 millones dólares (-1,5%) y que en 2024 perderán 400 millones de dólares (-0,8%). La entidad indica que mientras que algunos mercados son fuertes (como México, por ejemplo), otros enfrentan una agitación económica y social que está afectando negativamente el rendimiento de las aerolíneas.
“América Latina siempre es desafiante debido a la gran cantidad de eventos y diversidad”, mencionó Andrew Maters, director de política y economía de la IATA. “Hay muchas aerolíneas que realmente están luchando, conocemos su situación económica, lo que también crea un entorno operativo muy desafiante. Cuando consideramos lo que está sucediendo económicamente, observamos una mejora en el rendimiento financiero, pero aún vemos una pérdida modesta”.
Para Walsh, las aerolíneas van a competir ferozmente por sus clientes, pero hay varias barreras que las limitan.
“Siguen demasiado cargadas por regulaciones onerosas, fragmentación, altos costos de infraestructura y una cadena de suministro llena de oligopolios”, anotó.
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EXPECTATIVAS A LA VISTA
Del lado del transporte de pasajeros, se están proyectando para 2024 ,717.000 millones de dólares en 2024, 14% más de los 642.000 millones de dólares. De con una encuesta hecha por la IATA en noviembre de este año, un tercio de los pasajeros a nivel mundial afirman que están viajando más que lo que lo hacían antes de la pandemia, el 49% indicó que sus hábitos de viaje siguen similares y un 18% afirmó que está viajando menos.
El 44% considera que va a viajar más en los próximos 12 meses que en los últimos 12 meses, frente a un 7% que dice que viajará menos y un 48% que espera mantenerse al mismo ritmo.
Del lado del transporte aérea de carga, proyecciones de la IATA muestran que el auge parece estar llegando a su fin, con el comercio internacional en dificultades y disminuciones en las rendimientos. Según las nuevas previsiones, se espera que los ingresos de la industria caigan a 111.000 millones de dólares en 2024, después de alcanzar niveles extraordinariamente altos de 210.000 en 2021, aunque aún se encuentran por encima de los niveles pre-pandémicos de 101.000 millones de dólares en 2019,
Se espera que el precio del combustible promedie 113,8 dólares en 2024, lo que se traduce en un gasto total de combustible de 281.000 millones dólares, representando el 31% de todos los costos operativos. Se prevé que las aerolíneas consuman 99.000 millones de galones de combustible en 2024.
En un esfuerzo por abordar las preocupaciones ambientales, la IATA prevé un notable aumento en la adopción de Combustibles Sostenibles para Aviación (SAF, por sus siglas en inglés) y créditos de carbono dentro del sector de la aviación. Según sus proyecciones, se espera que la producción de SAF aumente al 0.53% del consumo total de combustible de las aerolíneas para 2024. Se prevé que este paso contribuirá con 2.400 millones de dólares adicionales a los gastos de combustible de la industria para el próximo año.
Además, la IATA destaca la importancia del Esquema de Compensación y Reducción de Carbono para la Aviación Internacional (CORSIA, por sus siglas en inglés), un mecanismo global basado en el mercado diseñado para mitigar las emisiones de la aviación internacional. Los costos asociados con la implementación de CORSIA se estiman en 1.000 millones de dólares para 2024.
Así mismo,la IATA asegura que la industria de la aviación es frágil y suceptible friente a diversos riesgos. Indicadores económicos, como la reducción de la inflación y la sólida demanda de viajes, se ven contrarrestados por posibles tensiones, especialmente en China, donde el lento crecimiento, el alto desempleo juvenil y las incertidumbres en el mercado inmobiliario podrían afectar el ciclo comercial global.
Los impactos operativos de conflictos como las guerras en Ucrania e Israel-Hamas se mantienen limitados a desvíos de rutas, pero el aumento vertiginoso de los precios del petróleo plantea un desafío financiero para las aerolíneas. Las continuas interrupciones en la cadena de suministro, que incluyen problemas de mantenimiento imprevistos y demoras en las entregas de aeronaves, restringen la expansión de la capacidad. Además, se vislumbran riesgos regulatorios, con posibles aumentos en los costos de cumplimiento y gastos adicionales relacionados con los derechos de los pasajeros, iniciativas medioambientales y requisitos de accesibilidad.
La industria de la aviación no solo abre camino en los cielos, también navega entre incertidumbres económicas, tensiones geopolíticas y desafíos operativos.
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