Minga Ventures empezó con un capital de US$ 500.000 y ha invertido hasta el momento en dos startups del mundo de pagos: Neat y Fintoc.
En Chiloé, al sur de Chile, existe una tradición muy antigua que se mantiene hasta el día de hoy. Cuando una familia o integrante de la comunidad requiere mudarse de sitio, sus mismos vecinos ayudan a mover la casa —desde sus bases— con la ayuda de una yunta de bueyes. Al finalizar la reubicación, la ceremonia continúa y celebran con comida y música típica de la zona. Una comunidad de pares que se ayuda. Eso fue lo que les hizo “clic” a Rodrigo Lafuente, Matías Menich, Francisco Barreda y Óscar Quevedo al pensar en el nombre de este fondo de venture capital lanzado en junio: de fundadores para fundadores, apoyando al ecosistema y creando comunidad.
Lafuente, el mentor del equipo, ha fundado tres empresas: ISC, una compañía de ingeniería y servicios comunicacionales; Methodo, un software gastrónomico para restaurantes; y es socio de la aceleradora de negocios Imagine Ventures. Además, lleva casi una década como inversionista ángel.
Barreda es abogado y fundador de Barreda Legal Tech, que ofrece asesorías legales a empresas tecnológicas y, a su vez, participa en un fondo de inversión inmobiliaria. Mientras que Óscar Quevedo y Matías Menich son fundadores de la plataforma de pagos QVO que, posteriormente, fue adquirida por el unicornio latinoamericano Kushki.
“Nosotros creemos que de ustedes se puede aprender un mundo”, dice una de las fundadoras de una startup mexicana durante uno de los pitches. Es viernes y como casi todos los viernes desde hace un año (cuando se venía gestando la idea de formalizar el fondo) se reúnen, cocinan y escuchan las presentaciones de los emprendedores, en un ambiente de integración y compartir. Los cuatro fundadores se iniciaron emprendiendo y luego invirtiendo de manera individual, hasta que decidieron unirse y potenciar la ayuda.
“Con el Mati siempre tuvimos la intención, cuando nos compraron QVO, de apoyar a las startups y Rodrigo es un referente para mí porque lleva años haciendo esto y es muy generoso con su tiempo, con su conocimiento; se empezó a generar una sinergia súper entretenida, nos hicimos amigos de las startups y las apoyábamos sin necesariamente invertir. Resulta que, cuando empezamos a tener capital e invertir, achuntamos. Les empezaba a ir bien a esas startups y crecieron. Otros emprendedores se nos acercaron y querían invertir con nosotros.” cuenta Quevedo, general partner de Minga Ventures.
Minga Ventures empezó con un capital de US$ 500.000 y ha invertido hasta el momento en dos startups del mundo de pagos: Neat y Fintoc. Pero tienen planes de hacer otro fondo de US$ 3 a US$ 5 millones.
Fintoc es una de las startups chilenas que pasó por Y Combinator y levantó una ronda de US$ 3,5 millones en 2021, liderada por el fondo de inversión Monashees.
Por su parte, Neat ha recibido financiamiento de Corfo y han cerrado alianzas con Banco Falabella y Mastercard.
Para los cuatro miembros del fondo es importante invertir en startups que sean del área en la que ya ellos emprendieron y han recorrido, de esta manera pueden ofrecer su experiencia y conocimiento. Precisamente por esto, las dos que han seleccionado pertenecen a la industria de pagos.
El fondo invierte en etapa temprana y, por lo tanto, son minuciosos con saber quiénes son los que están detrás de la empresa. “Es demasiado relevante que estén metidos en el proyecto, que estén involucrados, su track record, recorrido. Las ideas buenas por sí solas no son garantía de nada. Entonces en esta etapa temprana es fundamental estar seguro de que estas invirtiendo en un equipo idóneo para la solución que están proponiendo resolver”, refiere Barreda.
En cuanto al mercado con mayor proyección para invertir, si bien afirman que están más concentrados en las startups chilenas, no se cierran a otras en la región, sobre todo que tengan expansión y alcance en Chile.
Por otro lado, prefieren invertir en aquellas startups que ya tengan un producto con opción a escalar, pero no descartan invertir sólo en ideas. “Estamos evaluando siempre”, dice Quevedo.
“Nosotros queremos dar vuelta un poco al paradigma del venture capital que recibe fondos de cualquiera y se sienta a esperar el resultado de esa startup. Acá existe un compromiso desde los fundadores hasta los inversionistas para ir acompañando ese crecimiento y mover, así como una minga, la startup de un lugar a otro”, añade Barreda.
Pero no por casualidad en Minga Ventures decidieron recibir dinero sólo de fundadores, aclara Menich. Es por el círculo virtuoso que buscan crear a través del acompañamiento en este ecosistema emprendedor y porque entienden el camino y las decisiones que tienen que tomar siendo los responsables del crecimiento de sus empresas.
Además, resalta Menich, también hay un componente que es parte de la ecuación: la intuición con base en la experiencia.
Buen momento para la Minga
La empresa de análisis de negocios y database CB Insights calificaba el 2021 como un año récord en el mundo para la inversión en emprendimientos. En su informe State of Venture 2021, indicaba que la inversión mundial en venture capital fue de US$ 621.000 millones, lo que supuso un alza de 111% al compararlo con los US$ 294.000 millones de 2020 y en Latinoamérica la cifra ascendía aproximadamente a los US$ 20.000 millones. Sin embargo, las cifras cambiaron en 2022 y 2023, y el trabajo de selección de inversión es mucho más detallado.
Pero, para Rodrigo Lafuente, el venture capital no está en riesgo y menos con Minga porque, además de aportar dinero, “agarramos parte del timón de la startup con temas de producto y orientación. Una cosa que me fascina es crear e iniciar cosas; uso mi tiempo para eso y me junto con startups donde yo también pueda influir y agregar un poquito de mi creatividad. Me encanta eso”, dice.
Esta es la principal motivación de Lafuente para seguir en este mundo de startups, emprendimiento e inversión.
En esta línea coincide Quevedo, quien señala que crear cosas y cambiar las cosas es su motivación, además de afianzar el espíritu de la generosidad y apoyar a otros que también lo quieren lograr.
Por su parte, Menich considera que “lo que nosotros pudimos generar tenía que ver con que se estaba armando este círculo virtuoso de generosidad y esta es la base para lograr muchas cosas. Creo que existe mucho potencial, no sólo en Chile, sino también en Latinoamérica, de lograr cosas que tienen impacto gigante a nivel mundial”.
“Siempre he asesorado startups desde su origen hasta la venta, de poder aportar al fundador en su crecimiento desde la óptica legal y el modelo de negocios, así que esto es lo que me motiva”, finaliza Barreda, el abogado del equipo.
