La reunión fue la primera oportunidad que tuvieron los accionistas de enfrentarse en persona a la dirección del banco tras su absorción por parte de UBS el mes pasado.

Por Siladitya Ray

El presidente de Credit Suisse, Axel Lehmann, se disculpó el martes ante los accionistas del banco, afirmando que “lo sentía de verdad” por no haber podido frenar su colapso el mes pasado, que provocó su absorción por la entidad crediticia rival suiza UBS por sólo 3.300 millones de dólares (3.000 millones de francos suizos).

En su intervención en la junta anual de accionistas del banco, Lehman dijo comprender “la amargura, la ira y la conmoción” y pidió disculpas por no haber sabido “frenar la pérdida de confianza acumulada a lo largo de los años”.

Lehman achacó los problemas del banco a su incapacidad para “frenar el impacto de los escándalos heredados y contrarrestar los titulares negativos con hechos positivos”.

Lea también:

Lehman dijo que creía que era posible un “cambio exitoso” de Credit Suisse y que la empresa estaba trabajando para lograr ese objetivo hasta que “esa fatídica semana de marzo nuestros planes se vieron interrumpidos.”

PRIMERA REUNIÓN CON ACCIONISTAS

La reunión del martes en Zúrich fue la primera oportunidad que tuvieron los accionistas de enfrentarse en persona a la dirección del banco tras su dramática absorción por UBS el mes pasado, orquestada por el gobierno.

El Gobierno suizo hizo uso de sus poderes de emergencia para llevar a cabo la fusión, lo que le permitió eludir a los accionistas de Credit Suisse, que quedaron prácticamente aniquilados.

El mes pasado, UBS anunció que compraría Credit Suisse, su rival en crisis, por 3.300 millones de dólares, en una operación negociada por el Gobierno suizo. La operación se llevó a cabo en medio de la preocupación de que el colapso de Credit Suisse pudiera convertirse en una bola de nieve y provocar un contagio más amplio que afectara a otros grandes bancos del país y del resto de Europa.

Con la fusión, los accionistas de Credit Suisse recibirían acciones de UBS por valor de sólo 0,76 francos suizos, menos de la mitad de los 1,86 francos suizos que cotizaban las acciones de Credit Suisse cuando los mercados cerraron esa semana. La operación ha sido objeto de intensas críticas por parte de diversos sectores, como los inversores, que afirman que perjudica gravemente la imagen de Suiza como centro financiero y bancario mundial. Líderes políticos y ciudadanos suizos han expresado su preocupación por el enorme tamaño de UBS tras la fusión y por la cantidad de ayuda financiada por los contribuyentes que puede recibir.

Credit Suisse y sus dirigentes han protagonizado multitud de escándalos en los últimos años. En 2021, el banco de inversión registró pérdidas de 5.500 millones de dólares y 1.720 millones de dólares tras las quiebras de los fondos de cobertura estadounidenses Archegos Capital y Greensill Capital, respectivamente.

Un año después, el banco se vio sometido al escrutinio del comité de supervisión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos por su gestión de la información sobre activos vinculados a oligarcas rusos sancionados tras la invasión de Ucrania. En octubre del año pasado, los rumores en las redes sociales sobre la salud financiera del prestamista desataron el pánico en el mercado y provocaron una oleada de retiradas de clientes.

El mes pasado, pocas semanas antes de la adquisición por parte de UBS, el banco reveló que había encontrado “debilidades materiales” en sus procesos de información financiera para 2021 y 2022 que podrían haber dado lugar a “declaraciones erróneas” de los resultados financieros.

BOTÓN GOOGLE NEWS