Uri Levine, cofundador de Waze, habló con Forbes sobre los orígenes de la exitosa app.
En 2013, Google compró Waze por US$1.100 millones. Desde entonces, el israelí Uri Levine, uno de sus cofundadores, recorre el mundo dando conferencias de innovación, comenzando nuevas compañías, respaldando otras e impulsando el uso del transporte público, a pesar de que la intención de la aplicación que lo llevó a la cima fue para ayudar a quienes conducen carros, a evitar el tráfico.
“La movilidad es bastante retadora”, dijo Levine a FORBES durante su paso por Bogotá para ser parte de Wobi World Business Forum. “El problema con la movilidad es que cuando vamos en carro estamos ocupando una vía. Para que esa vía sea ocupada por más personas al mismo tiempo, tenemos que cambiar la proporción, y la solución para eso es el transporte público o el carro compartido”.
LEA TAMBIÉN: Lista Forbes: las Top 100 startups de Chile
Levine, de 57 años, lleva años vistiendo una camiseta negra en la que lleva un mensaje en inglés: fall in love with the problem, not the solution (‘enamórate del problema, no de la solución’) que terminó siendo también el título de un libro que escribió. Sostiene que esa es su premisa para crear startups todo el tiempo y que está trabajando en una nueva iniciativa para optimizar el uso de los estacionamientos.
Qué necesita una startup para ser exitosa
“Hay muchas startups pero no todas solucionan problemas reales. Para que una startup sea exitosa hay que mirar el tamaño de mercado, cuántos clientes van a usarla, si funciona y el verdadero valor que van a crear para los usuarios. Una de las razones porque Waze es exitosa es porque es usada todos los días por sus usuarios”, comentó Levine. “Cuando te has enamorado tanto de un problema, estás listo para dar un salto de fe, para iniciar un nuevo viaje, para arriesgarte a salirte de tu empleo actual. Si vas a intentar cosas nuevas, tienes que estar dispuesto a fracasar”.
El israelí cuenta que al prinicipio, cuando llegaban a las ciudades a promocionar Waze, la gente descargaba la aplicación porque les gustaba la promesa, pero la ensayaban y no les gustaba, por lo que tuvieron que hablar con conductores para entender por qué no les funcionaba.
“Las startups se mueren en el desierto porque no encontraron el encaje del producto en el mercado, no crearon valor a sus clientes”, apunta Levine. “Si usted no crea valor, si no discierne en ese encaje del producto en el mercado, se va a morir. Todas las aplicaciones que ustedes están usando en el celular tienen la misma funcionalidad desde la primera vez que la usaron. Hoy buscamos en Google igual a la primera vez, hoy usamos Whatsapp, hoy usamos Uber, hoy usamos Rappi igual que la primera vez. Si usted encuentra un encaje en el mercado, no lo cambie, puede agregar funciones o mejoras, pero la proposición principal al usuario continúa igual. Si no creamos valor no tenemos derecho a existir”.
LEA TAMBIÉN: ¿Cuál es la mejor ciudad para las startups en Latinoamérica?
Para este emprendedor serial, la mayoría de las disrupciones ocurren con emprendedores que no tienen nada que perder y para irrumpir hay que empezar asumiendo una frase: “lo que estamos haciendo actualmente está equivocado”. En su concepto, el invierno que se está viviendo en las startups con el mercado bajista, causado por las alzas tasas de interés y la alta inflación, se traduce en que muchas nuevas empresas cambien sus estrategias de llegada a mercados y que otras mueran.
La sequía de inversiones en startups
“Ahora es muy difícil conseguir capital. Obviamente a los emprendedores les gustaría revisitar su plan de negocios para volverse rentable lo antes posible. Las valuaciones del año pasado ya no son relevantes ahora”, anotó a FORBES.
Levine insta a jóvenes que todavía no saben qué estudiar a que se inclinen por la ingeniería de sistemas y la programación de software. Dice que esa es una de las razones por las que Israel es el país con más unicornios per cápita.
“Es una combinación de múltiples cosas. Del lado de las startups tienes a emprendedores, inversionistas e ingenieros. En Israel si inviertes en una startup, no pagas impuestos. A mi me gusta pagar impuestos, pero esa es una buena medida”, concluye. “También se trata de regulación y colaboración entre distintas entidades, incluyendo a los medios. Si los medios le dicen al mundo que los emprendedores son héroes, habrá más emprendedores”.