EE.UU. quiere reducir la dependencia de insumos chinos y desarrollar la industria de baterías en el país

El Gobierno de EE.UU. anunció este miércoles la concesión de US$ 2.800 millones en subvenciones para impulsar la producción nacional de baterías para vehículos eléctricos (EV) y los minerales que se usan para fabricarlas, en un intento de que el país deje de recibir suministros chinos.

El departamento de Energía otorgará las subvenciones a un total de 20 empresas para extraer litio, grafito y níquel en el país, para construir la primera instalación de procesamiento de litio a gran escala en EE.UU., construir instalaciones para fabricar cátodos y otras piezas de baterías, y ampliar su reciclaje.

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Una de las empresas beneficiadas será Albemarle Corp, que extrae y produce litio en el Salar de Atacama y que recibirá US$ 149,6 millones para su proyecto en Kings Mountain, Carolina del Norte, que procesará materiales de litio de la mina ubicada en el mismo lugar y que intenta reabrir.

La instalación alimentaría otra planta en algún lugar del sureste que, dijo la empresa en junio, produciría tanto litio para baterías de EV como el que produce toda la compañía en la actualidad.

Albemarle, que también produce litio en Australia, dijo que la subvención “aumenta la velocidad de procesamiento del litio y reduce las emisiones de gases de efecto invernadero del transporte de larga distancia de minerales en bruto”.

Las subvenciones, que se destinan a proyectos en al menos 12 estados, son el último impulso del Gobierno del presidente Joe Biden para ayudar a reducir la dependencia de China y otros países para los componentes de la revolución de la energía verde.

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“A medida que el mundo pasa de una economía basada en los combustibles fósiles a otra de energías limpias, no podemos cambiar la dependencia del petróleo de autócratas como (el presidente ruso Vladimir) Putin por la dependencia de minerales esenciales de China”, declaró un alto funcionario gubernamental al informar a los periodistas sobre el programa.

Los beneficiarios de los fondos fueron elegidos por un comité directivo de la Casa Blanca y coordinados por el departamento de Energía con el apoyo del departamento de Interior.

Los fondos se repartirán entre una serie de empresas, algunas de las cuales podrían autofinanciar sus proyectos y otras verán las subvenciones como un salvavidas financiero para seguir ampliando sus planes en EE.UU. Sin embargo, los fondos no alivian los problemas de regulación a los que se enfrentan algunas empresas mineras.

REUTERS