El unicornio intentará replicar el éxito que ha logrado en México en estos tres países
Carlos García Ottati vivía en Bogotá cuando le salió un nuevo trabajo en Ciudad de México e intentó vender su carro sin éxito, por lo que se lo dejó encargado a un amigo que tardó seis meses para poder venderlo. Estando ya instalado en México, decidió comprar un carro usado, pero luego descubrió que tenía varias irregularidades mecánicas.
“Me di cuenta de los riesgos que existen al no haber transparencia ni garantía en las transacciones”, dijo a Forbes García Ottati, un venezolano de 39 años que es el fundador y CEO de Kavak. “En ese momento, me di cuenta de la oportunidad que había en ese mercado”, añadió.
Kavak surgió en octubre de 2016, cuando Carlos, junto a sus cofundadores Loreanne García y Roger Laughlin, y un equipo de 15 personas, decidió iniciar una empresa en México con la aspiración de crear un producto que eliminara el problema del fraude y garantizara la reparación mecánica para que los clientes pudieran sentirse satisfechos con sus carros.
Ahora, es la startup más valiosa de América Latina, con una valoración privada de US$8.700 millones, a la que llegó luego de pasar a tener más de 5.000 empleados en la región y 40 centros de reacondicionamiento que convierten en seminuevos los carros usados, con la misión de corregir las ineficiencias de ese gigantesco y fragmentado mercado, con un modelo de negocio que busca garantizar transacciones seguras y transparentes.
La expansión internacional es un paso natural para las empresas emergentes que crecen a esta velocidad, aún en tiempos de incertidumbre económica en la que muchas compañías están frenando sus planes, Kavak ha decidido abrir operaciones en Chile, Colombia y Perú.
A pesar de sus fronteras, los países latinoamericanos comparten el dolor de cabeza de pasar por procesos complejos, riesgosos e inseguros para quienes quieren comprar carros seminuevos. En los primeros días de la compañía, Carlos detectó que esta industria en diferentes economías emergentes, comparte dos principales problemas. Por un lado, las transacciones son muy vulnerables al riesgo del fraude; por el otro, el acceso a un automóvil está limitado por las pocas opciones de financiamiento disponibles.
“En Latinoamérica, ningún jugador formal tiene más del 1% del mercado capturado y el 90% de las transacciones ocurren entre particulares, causando que algún tipo de irregularidad afecte a más del 40% de estas y aumente el riesgo para el usuario de ser víctima de fraude financiero, mecánico o en su propia integridad. En estas condiciones es complicado que las instituciones tomen el riesgo de financiar los automóviles, generando así barreras prohibitivas que impiden a los ciudadanos mejorar su calidad de vida al no poder adquirir un coche”, sostiene García Ottati.

En mercados más desarrollados como Estados Unidos, menos de 10% de las transacciones de autos seminuevos ocurren en la informalidad, y más de 90% de las ventas son financiadas, lo que permite que siete de cada diez ciudadanos estadounidenses cuenten con un automóvil. Por el contrario, en América Latina apenas 1,5 de cada 10 habitantes ha podido acceder a un carro, de acuerdo con cálculos propios que ha hecho el equipo de investigación de la empresa.
“En países con economías emergentes hay poca visibilidad legal en la transacción de los autos, además de que la baja tasa de acceso a financiamiento nos indica que solamente las personas que ya poseen un auto son quienes pueden adquirir otro. Por eso, la prioridad dentro de la industria en Latinoamérica es romper esas barreras que afectan al 90% de las personas que no pueden mejorar su calidad de vida, porque no pueden acceder a un auto”, complementa el CEO de Kavak.
Con esta enorme informalidad en el mercado de los carros usados, García Ottati reinventó el negocio creando un modelo que controla todas las etapas del proceso, que va desde la inspección (240 puntos mecánicos en cada auto), pasando por la compra, reacondicionamiento, venta del vehículo, garantía y servicios de posventa.
No obstante, se dio cuenta de que para liderar la transformación de la industria, necesitaba soportar con tecnología de datos e inteligencia artificial (IA) la enorme complejidad del modelo operativo. Fue así como nació el algoritmo de Kavak, una herramienta de tecnología avanzada que se alimenta de la información pública de la industria automotriz y de los datos propios que se generan con cada una de las transacciones, y que, además, es capaz de predecir los precios del mercado de automóviles seminuevos, para establecer valores justos y actualizados para los usuarios tanto en sus procesos de compra como de venta.
“Desde el principio Kavak nació con el objetivo de resolver los problemas de fondo de esta industria tan fragmentada, y sabíamos que si éramos capaces de formalizar con éxito el mercado mexicano –un territorio que contabiliza más de seis millones de transacciones anuales, y en donde solo el 5% de las ventas de autos seminuevos reciben financiamiento–, nos permitiría cambiar la vida de los mexicanos, y, más aún, llevar nuestras soluciones a toda Latinoamérica y al resto del mundo”, agregó Ottati.

En sus primeros cuatro años, Kavak enfocó sus esfuerzos en construir su operación en México para consolidar un modelo de negocio exportable a territorios con complejidades similares. Para lograrlo, García Ottati condujo a la compañía a desarrollar una solución financiera propia que facilitara opciones de financiamiento a los usuarios, a partir del cálculo de su capacidad de pago mediante algoritmos de datos e IA, con lo que, finalmente, la empresa logró construir la infraestructura necesaria para formalizar el mercado de autos seminuevos en países con economías emergentes.
Este modelo fue un imán para algunos de los fondos de inversión más importantes del mundo, entre los que se encuentran SoftBank, Greenoaks, Kaszek Ventures y General Atlantic. En las primeras tres inyecciones de capital, la compañía recibió US$500 millones, rompiendo récords en levantamiento de capital de riesgo y convirtiéndose en el primer unicornio mexicano, tras superar una valoración privada de US$1.150 millones en octubre de 2020.
Tan solo un año después, a través de las rondas de inversión en series D y E, la compañía obtuvo más de US$1.100 millones, alcanzando una valuación de US$8.700 millones. Fue así como logró convertirse en la startup privada más valiosa de Latinoamérica.
Con los primeros recursos, se expandieron en 2020 a Argentina, donde se fusionaron con la startup Checkars, mientras que en 2021 empezaron a hablar también en portugués con la llegada a Brasil, mercado en el que decidieron invertir US$500 millones y en donde construyeron el centro de reacondicionamiento vehicular más grande de la región, ubicado en Sao Paulo.
“Nuestra visión es global, y nuestro reto es edificar una plataforma lo suficientemente atractiva y confiable, para que cualquier ciudadano pueda solucionar sus problemas de movilidad, pero que también le permita utilizar el auto como herramienta que mejore su situación financiera”, comenta García Ottati en su charla con Forbes.
A la conquista de Latinoamérica
García Ottati dice que la estrategia para garantizar el acceso seguro a un automóvil no se enfoca en dominar los mercados de mayor tamaño, sino en resolver las problemáticas de industrias fragmentadas de países con economías emergentes, pues es allí donde las soluciones de Kavak pueden representar cambios significativos en la calidad de vida de las personas.
“El automóvil es un activo capaz de cambiar la vida de las personas. Para familias de bajos ingresos, poseer un coche aumenta la posibilidad de obtener trabajo y, de forma automática, su poder adquisitivo, ya que el carro puede ser utilizado como una herramienta financiera, que a diferencia de un inmueble, puede ser transaccionado en numerosas ocasiones, ya sea para una emergencia o para adquirir más bienes y servicios”, añadió el CEO de Kavak.
Las soluciones de Kavak han consolidado a la empresa como una de las instituciones de inclusión financiera más importantes de Latinoamérica, al conseguir que más de 50% de sus ventas reciban un financiamiento de la compañía, en comparación con el 10% promedio de la industria tradicional dentro de la región.

“Se ha convertido en un ícono en la industria tecnológica automotriz en la región por su constante foco en crear valor a sus usuarios, como así también por su valentía para enfrentar los millones de desafíos que implica montar una operación tan grande y compleja como lo es Kavak hoy en día”, refirió a Forbes Nicolás Berman, socio de Kaszek, el más importante fondo de inversión latinoamericano, que creyó en la startup en etapa temprana.
“A diferencia de otras compañías, Kavak ha tenido que innovar en múltiples industrias, lo que implica innumerables desafíos y altísima complejidad, desde estar resolviendo revisiones de carros utilizando machine learning, ruteos de vehículos optimizados por inteligencia artificial, hasta un algoritmo de calificación crediticia para los productos financieros, entre cientos de innovaciones que han sido necesarias para generar real valor al consumidor”.
Para Berman, que conoce de cerca a todo el equipo fundador, este es apenas el comienzo. En Chile, Colombia y Perú, la compañía ha anunciado una inversión inicial de US$120 millones, para completar su presencia en lo que representa el 80% de la industria automotriz en América Latina.
La operación allí está encabezada por Jaime Macaya, CEO de Kavak para Argentina y la región andina. De forma local, los tres nuevos territorios de la empresa serán liderados por expertos con más de 15 años de experiencia en la industria: Andrés Vizcarrondo, antiguo director de Marketplace de Dafiti, ocupará la posición de country manager de Kavak para Chile; Luis Eduardo López, exdirector de Sudamérica en Linio, liderará la operación en Colombia; y Alonso Núñez, exdirector general de PedidosYa! conducirá la compañía en Perú.

De cara al desembarco de la empresa a Chile, Andrés Vizcarrondo indicó a Forbes que “la llegada de Kavak revolucionará la industria automotriz local, ya que no solo mejoraremos la experiencia de compra y venta de autos usados, sino que además, miles de personas podrán acceder a una opción de financiamiento para adquirir su primer automóvil, teniendo la garantía de que el vehículo está en perfectas condiciones”.
En Bogotá abrieron tres centros de experiencia, ubicados en los centros comerciales Plaza Central, Atlantis Plaza y Paseo Villa del Río, con un inventario de 500 autos totalmente reacondicionados y listos para su comercialización.
En relación con las operaciones en Perú, Alonso Núñez, gerente general de Kavak en ese país, añadió que “la compañía busca transformar la experiencia de los clientes brindándoles seguridad a lo largo del proceso de compra y venta, buscando que cuenten con el respaldo de Kavak para construir confianza en nuestro proceso de reacondicionamiento de autos. Estamos comprometidos a que más personas puedan tener su primer carro y renueven sus automóviles con nosotros”.
Para afianzar su liderazgo en la región andina, un mercado de más de tres millones de transacciones y con un valor de más de US$24.000 millones anuales, Kavak instalará los mayores centros de reacondicionamiento vehicular en Chile, Colombia y Perú, los cuales tendrán la capacidad para procesar más de 3.000 autos al mes, cifra que prevén incrementar conforme avance la operación. “No hay nadie en la industria que ofrezca garantías reales para autos usados, y por eso el mercado es profundamente ineficiente. La problemática que viven todos estos países en Latinoamérica es similar: falta de seguridad, baja transparencia en las transacciones y escasez de acceso a financiamiento”, concretó García Ottati.
“Ésta es precisamente la problemática que nosotros estamos resolviendo, para que los ciudadanos puedan adquirir uno de los activos más importantes de sus vidas, y por ello no descansaremos hasta conseguir la transformación de la industria”.