Porteando a su bebé de meses de nacida, se presentó en el Congreso Futuro para hablar de Ciencia y desde enero es la primera mujer científica chilena que dirige el séptimo laboratorio de óptica cuántica del país.
La física chilena Carla Hermann tenía el sueño de convertirse en profesora y hacer ciencia desde su propio laboratorio. Pero también soñaba tener una familia, hijos, un hogar, algo no siempre compatible en el mundo científico, pero que Hermann -con mucho esfuerzo- ha demostrado que es posible. La científica viajó a hacer un doctorado en la Universidad Pierre et Marie Curie, en Francia, donde realizó investigación experimental pionera con átomos de Rydberg atrapados en chips superconductores y regresó el 2017. En 2018, entró a la Universidad de Chile a impulsar el área de óptica cuántica y el 17 de enero de 2025 esta casa de estudios inauguró el laboratorio de óptica cuántica de la institución, que ella misma dirige, convirtiéndose en la primera profesora mujer en hacerlo. A la par, la científica formó una familia y ahora es madre de tres hijos; ha logrado su sueño: hacer lo que ama en todos los ámbitos de su vida.
“Yo he tenido que redefinir lo que significa el éxito para mí. Cuando partí estudiando, el éxito tenía que ver con cuantos papers publicaba, y hoy estoy alejada de esa visión. Es importante publicar, porque es la forma que tenemos [los científicos] de comunicar la ciencia de calidad que hacemos, pero también tiene que ver con el rol de formar a las siguientes generaciones para que no queden traumatizadas con la ciencia. Usamos recursos públicos, pagados por los chilenos, y se vuelve algo muy importante contar a la comunidad qué estamos haciendo y por qué es importante, eso ayuda a incentivar a más mujeres, niñas y niños, a seguir carreras científicas”, dice Hermann en entrevista con Forbes Chile, mientras portea a su bebé de meses de nacida.
Lee también: Isabel Allende: “Tenemos que ser muchas mujeres las más leídas y las más vendidas, no solo una”
De hecho, Hermann llevó a cabo así su charla en el Congreso Futuro como una de las mujeres líderes de la ciencia en Chile. Con su hija dormida en el porta bebé y haciendo énfasis en una vida científica “desde una vereda más humana”.
“El tener mi laboratorio y mi grupo de investigación es un sueño. Es increíble estar en este punto de mi carrera donde puedo dirigir un equipo. Estoy muy orgullosa desde el punto de vista más humano porque soy mamá de tres pequeños”, resalta.
Con su trabajo Hermann también ayuda a que otras mujeres se sientan motivadas de entrar a carreras de ciencias. Aunque la física cree que todavía Chile está muy lejos de la equidad de género en esta área, a pesar de los avances. A nivel local, se han desarrollado políticas de inserción de cupos especiales por equidad de género que, según Hermann, han funcionado, pero todavía falta e insiste en buscar cada vez más canales, como las redes sociales, proyectos de divulgación, y charlas para mostrar e ir con sus hijos y dar el mensaje: “Puedes alcanzar estas posiciones de más éxito compatibilizándolo con una vida personal saludable”, recalca.
El séptimo laboratorio de óptica cuántica de Chile
La óptica cuántica es una de las ramas de la mecánica cuántica, que estudia específicamente la interacción de la luz (fotones) con la materia. Esta analiza cómo interactúa la luz con átomos y diferentes materiales y se estudia de forma teórica y experimental.
Cuando Hermann llegó a Chile y se integró al Departamento de Física de la Universidad de Chile, se dedicó a investigar la teoría y conseguir el dinero para, de a poco, comprar implementos e ir formando el equipo que conformaría el laboratorio.
Hoy en sus instalaciones trabajan diez personas -tres post doctorados, un estudiante de doctorado, un investigador y cuatro estudiantes de magíster-. Se trata de un laboratorio de 42 m2 con aislamiento acústico, que tiene tres mesas ópticas y láseres que trabajan con una temperatura pareja de 20 °C y cuya habilitación requirió una inversión de 140 millones de pesos. El capital provino del Estado, la universidad y del Instituto Milenio de Investigación en Óptica.
“Lo que queremos hacer en el laboratorio es avanzar en ingeniería de estados cuánticos. Queremos explorar cómo poder manipular la luz y sus propiedades a voluntad para que estos estados de la luz luego sean usados en otro tipo de experimentos. Dentro de eso se abren dos aristas: la exploración hacia lo que se conoce como metrología cuántica, que son medidas de alta precisión con recursos cuánticos; y la otra es hacia la generación de luz cuántica intensa. Ese es un tema muy bonito, en el que hay muy poco hecho experimental y nosotros queremos avanzar en cómo poder generar luz cuántica con muchos fotones y que sea útil para diferentes experimentos, desde metrología, computación, información cuántica, comunicaciones, etc.”, detalla Hermann.
El equipo de Hermann investiga el desarrollo de sensores ultraprecisos, en línea con la metrología cuántica, que pudiesen originar, por ejemplo, detectores de contaminación del agua con una precisión mejorada con estados cuánticos de la luz.
Como otro ejemplo -que ya hicieron- es la detección de las ondas gravitacionales, “que son estas perturbaciones del espacio tiempo que vienen viajando a la Tierra y perturban interferómetros, dispositivos donde la luz transmite una onda gravitacional. Lo que se hace es modificar estas distancias, pero esa modificación es un millón de veces más pequeña que el tamaño de un protón, entonces son distancias muy chiquititas. Hoy es posible la detección de ondas gravitacionales porque se usan recursos cuánticos para poder hacer medidas de alta precisión en los interferómetros como el LIGO”, explica Carla Hermann.

Chile ¿un posible protagonista de la óptica cuántica a nivel global?
Para la científica -que cuenta con más de 18 publicaciones arbitradas y ha obtenido reconocimientos como el Premio L’Oréal-UNESCO para Mujeres en Ciencia 2017- en Chile se desarrolla ciencia fundamental de alto nivel con los recursos que tienen, “que no son comparables con Europa, Estados Unidos, menos con China”.
“Nuestros grupos e investigaciones están a la par de los internacionales, y ahora que tenemos esta masa de físicos y laboratorios haciendo ciencia fundamental de óptica cuántica, tenemos la oportunidad de convertirnos en un referente en lo que es esta transición tecnológica. Hay que ser muy inteligente para pensar en qué áreas podemos destacar a nivel mundial, cómo solucionar problemas con mecánica cuántica y cómo se puede exportar. Tenemos una oportunidad de ser parte de los protagonistas de esta historia y no ser observador, que es lo que ha pasado en Latinoamérica históricamente”, considera la física chilena.
Para esto, deben existir políticas públicas, inversión privada y la participación académica, añade. Y, precisamente, Hermann se ha preocupado de ser parte del lado político. El año pasado la científica formó parte de la comisión experta en tecnologías cuánticas para asesorar al Gobierno sobre cómo Chile se puede preparar para esta transición tecnológica. “Alguien podría verlo como ¿para qué pierdes el tiempo si lo que importa es hacer ciencia? y yo no estoy de acuerdo con eso, creo que es importante meterse en estos temas y verlo desde un gran angular más amplio”, añade Hermann.
La científica también se siente orgullosa de ocuparse de cuidar a su equipo en términos humanos. Trata de nunca enviar un mensaje por WhatsApp después de las 6:00 de la tarde o durante los fines de semana. “Me preocupa mucho la salud mental y emocional de mi gente, que estén contentos trabajando donde están; cuidar sus tiempos de reposo, familiar, de amigos, de diversión. Me siento orgullosa de poder estar generando un ambiente de trabajo sano, donde avanzamos y hacemos ciencia, pero que no sea a costa de una explotación, que se da mucho en ciencias, sobre todo en estudiantes. Avanzo más lento pero seguro”, confiesa la física.
Ahora Carla Hermann tiene otro sueño. Le encantaría avanzar en generación de luz cuántica intensa, y, por ejemplo, que una ampolleta de la casa pueda tener propiedades como medidas de alta precisión. “Eso es un sueño y es terreno de nadie. Hay que desarrollar formas de detectar esto, de producir, manipular estas fuentes de luz”, comenta. Para ello, tiene su laboratorio y su forma de hacer ciencia.

