Los estados norteamericanos ahora podrán prohibir o permitir el aborto como lo deseen

El Tribunal Supremo de EE.UU. anuló este viernes el derecho al aborto vigente en ese país desde 1973, en una decisión histórica que permitirá a cada estado decidir si mantiene o prohíbe el procedimiento.

De inmediato, tres estados —Kentucky, Luisiana y Dakota del Sur— prohibieron el procedimiento y otros 23 podrían hacerlo rápidamente, según el Instituto Guttmacher, dedicado a la investigación de derechos reproductivos.

Los estados de Arkansas, Idaho, Mississippi, Missouri, Dakota del Norte, Oklahoma, Tennessee, Texas, Utah y Wyoming ya tienen leyes que prohíben el aborto y que entrarán en vigor tras la decisión del Supremo, mientras que en Idaho, Tennnessee y Texas las prohibiciones no entrarán en vigor hasta dentro de 30 días, según datos del Instituto.

Otros estados, como Arizona, Georgia, Iowa y Michigan, tienen restricciones preparadas que ahora pueden entrar en vigor.

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En estos momentos, sólo 16 estados (California, Colorado, Connecticut, Delaware, Hawaii, Illinois, Maine, Maryland, Massachusetts, Nevada, Nueva Jersey, Nueva York, Oregon, Vermont, Rhode Island y Washington), así como el Distrito de Columbia, han adoptado leyes que refuerzan la protección del derecho al aborto, y varios de estos han declarado sus intenciones de convertirse en santuarios del derecho a abortar, ofreciendo servicios a las mujeres que lo requieran y puedan viajar a los mismos.

¿Qué dice la última opinión del Supremo?

El fallo señala que la Constitución “no otorga” este derecho a las ciudadanas y devuelve la autoridad para poder legislar sobre el aborto al “pueblo” y sus “representantes electos”.

La decisión publicada hoy revoca tanto la opinión conocida como Roe versus Wade, emitida hace 49 años, que protegía el derecho al aborto en todo el país, como la opinión de Planned Parenthood versus Casey (1992), que reafirmaba dicha protección pero permitía a los estados establecer regulaciones sobre el proceso.

“Es el momento de acatar la Constitución y devolver la cuestión del aborto a los representantes electos de los ciudadanos”, dice literalmente el fallo redactado por el juez ultraconservador Samuel Alito, en una frase que ya recogía también su borrador, filtrado a los medios en mayo.

La decisión ha salido adelante por mayoría, con seis votos a favor -aunque con uno de ellos con una opinión separada- y tres votos en contra.

Los que han votado a favor insisten en no considerar el aborto un derecho constitucional ni tampoco un derecho apoyado por la “historia o la tradición” estadounidenses.

Además, consideran que Roe versus Wade fue “ofensivamente incorrecto” y “chocaba” con la propia Constitución. Y añade que el otro fallo que ratificaba el derecho al aborto, Planned Parenthood versus Casey, “perpetuaba” esos errores.

Las opiniones contrarias

Los tres jueces progresistas del Supremo votaron, como se esperaba, en contra de esta decisión.

“Con pena para este tribunal, pero sobre todo para los millones de mujeres estadounidenses que han perdido hoy un derecho fundamental constitucional, disentimos”, señalaron en la opinión contraria que han firmado conjuntamente Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan.

La decisión de Planned Parenthood versus Casey, que ratificó el derecho al aborto pero permitió a los estados regular el proceso siempre que no lo impidiera, abrió la puerta a que estados conservadores aprobasen leyes para restringir el derecho al aborto, de forma más intensa en los últimos años.

Protestas tras la decisión frente a un tribunal aislado

Una vez conocida la opinión, cientos de personas se concentraron frente a la sede del Supremo en Washington, para protestar contra la decisión.

Muchos de ellos estaban pertrechados con carteles que rezan “Revocar Roe, ¡Por Dios, no!” y “Aborto a la carta y sin disculparse”.

Algunas manifestantes, muchos de ellos jóvenes, lloraban tras la decisión.

El edificio del tribunal está completamente blindado y rodeado con una doble fila de vallas y policías desplegados cada pocos metros.

Durante la protesta, los participantes entonaron lemas como “es una decisión ilegítima” y repartieron pegatinas y pañuelos con los mismos mensajes que los carteles.

“Yo vivo en la realidad, aunque el aborto sea ilegal, los abortos no pararán. Y cuando las mujeres se ven desesperadas harán barbaridades contra sí mismas”, dijo Vanessa, originaria de Nueva York, quien se unió a la protesta frente al Supremo.

“Si ellos están dispuestos a hacernos esta barbaridad, van a ir contra los derechos LGTB -siguió-. Esto se va a hacer lío muy horrible, esto va a afectar a parejas, a la gente que quiera tener hijos y que tengan una complicación”.

Frente a los manifestantes partidarios del derecho a abortar, hay otro grupo en contra de este procedimiento, que están celebrando la decisión judicial con cantos y bailes, aunque no hay tensión entre ambas protestas.

EFE