Si por algo es conocido Calvin Klein es por sus jeans 'de marca', su ropa interior y sus famosas publicidades
Judío y neoyorquino, del Bronx para más señas, Calvin Klein tuvo claro desde un primer momento que “el menos es más”, y solo había que demostrarlo.
Sus protagonistas, entre los figuran Brooke Shields, Kate Moss, Justin Bieber, Mark Wahlberg o Maluma, son ya historia de la casa que, como su creador, va unida a la polémica.
Hoy, a punto de cumplir 80 años, el diseñador pasa sus días en su Nueva York natal, donde lleva una intensa vida social. Mientras, la goma con su nombre, que remata las prendas íntimas de la marca, sigue acompañando a generaciones.

Con 26 años años de edad Calvin Klein creó su propia marca y abrió una tienda en la Séptima Avenida de la ciudad de Nueva York, en la que el minimalismo de sus prendas, con sus líneas limpias y colores neutros, pronto cautivan a público y crítica.
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Con 27, ya se hablaba de él como el Yves Saint Laurent norteamericano, y con 30, recibe el tercer Premio Coty, que viene a ser como el Oscar de la moda.
El espaldarazo definitivo no le llega sin embargo hasta la década de los ochenta, cuando irrumpe en el mercado de los jeans —“Es divertido ver mi etiqueta en el trasero de alguien, eso me gusta”, comentó en una ocasión— y en el de la ropa interior, donde sus piezas andróginas rivalizan con la lencería de encaje y el célebre Wonderbra, tan de moda entonces.
Nada hubiera sido igual, sin embargo, si sus colecciones no hubieran venido acompañadas de una peculiar manera de entender la publicidad basada en unas campañas sugerentes —para unos— o agresivas —para otros— pero de fuerte impacto en el espectador.
“¿Qué hay entre mis Calvin y yo? Nada”

Todo empezó en 1980 cuando, en un anuncio dirigido por el fotógrafo Richard Avedon, una jovencísima y sugerente Brooke Shields, de 15 años, enfundada en unos ceñidos jeans, pronunciaba la famosa frase de “¿Sabes lo que hay entre mis Calvin y yo? Nada”.
Las imágenes encendieron la moral de los sectores más conservadores y fueron prohibidas en cines y en varias cadenas de televisión. Pero tuvieron tal éxito, provocado en parte por la controversia creada, que no hay colección que desde entonces no vaya unida a una sugestiva campaña publicitaria.
Son muchos los modelos y artistas que han confiado en Calvin Klein después de ello, empezando por Kate Moss o Mark Wahlberg (“La mejor prevención contra el SIDA es dejarte los Calvin puestos”, alegaba el actor), catapultados ambos al éxito por la marca; pasando por iconos adolescentes como Justin Bieber o la colección Erótica de 2016 protagonizada por Kendall Jenner, y concluyendo con el cantante latino Maluma.
Su última campaña, “This is love”, es un homenaje a la inclusión y la diversidad sexual. En ella aparece Roberte Bete, un modelo trans brasileño, que posa embarazado junto a su pareja, Erika Feeh, en la cama. “Muy Calvin” también.
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Pero Calvin Klein no es sólo famoso por su forma de entender la publicidad. Empresario con recursos, en 1992 el diseñador rozó la bancarrota, reflotó el negocio, diversificó su oferta y creó un sistema de licencias que gozan de un enorme prestigio hoy en día.
La más famosa, su línea de perfumes, donde destaca el célebre CK One, el primer perfume unisex de la historia y uno de los más vendidos actualmente.
El “padre del minimalismo norteamericano” dotó, además, a la pasarela de Nueva York del lugar que necesitaba para competir con Milán y París. Y, sobre todo, se convirtió en uno de los personajes más sólidos del panorama social neoyorquino.
Los escándalos personales

Asiduo de Studio 54, la discoteca de moda de entonces, tocó techo con las adicciones y famosas fueron sus curas de desintoxicación. En 2003 vendió su empresa al fabricante de camisas Phillips-Van Heusen, siendo sustituido por directores creativos de la marca hasta 2017, año en el que el belga Raf Simons tomó el mando.
Hoy, al cumplir 80 años —los celebra el 19 de noviembre—, Calvin Klein sigue disfrutando de una intensa vida social en su Nueva York natal, sólo o en compañía.
Casado en dos ocasiones, en 1964 contrajo matrimonio con su compañera de estudios Jayne Centre, con quien tuvo a su hija, Marci Klein, quien fue secuestrada cuando tenía 11 años por su niñera. En 1986 se casó por segunda vez, esta vez con Kelly Rector, relación que concluyó en 2006. Entre 2010 y 2013 mantuvo un romance con el joven actor porno Nick Gruber, momento en el que reconoció abiertamente ser gay.]
Su última conquista conocida es Kevin Baker, un joven de 34 años con quien el diseñador se dejaba ver el pasado junio. Pero puede que este esteta de los cuerpos perfectos no haya dicho su última palabra. Esperaremos.
EFE