"Me impactó que con los 10% —de los retiros de las AFP— se estaba comprando de nuevo en las galerías"

Las inversiones en arte han estado aumentando a paso lento pero seguro en Chile, impulsadas por dinero fresco provisto por los tres retiros parciales de fondos de pensiones autorizados por el Congreso, y los jóvenes son quienes más invierten, dijeron a Forbes galeristas y expertos en este mundo.

“En pandemia me impactó que con los 10% —retiro de los fondos de las AFP— se estaba comprando de nuevo en las galerías de arte y eran jóvenes, que tienen mucho más incorporado esa conexión con el arte”, afirma Alfonso Díaz, cofundador de Fundación Antenna, dedicada al desarrollo del arte y la cultura, y que a través de su programa de experiencia —que ha realizado 300 sesiones en cinco años—ha vendido más de CL$ 1.000 millones en obras de arte exhibidas en galerías, museos y centros culturales de Chile.

Carolina Musalem, directora de la galería Factoría Santa Rosa y presidenta de la Asociación Gremial de agentes culturales Arte & Punto, coincide en que con estos retiros de los fondos de pensiones aumentaron las ventas y la participación de los jóvenes en el mercado.

“Gente joven que empezaron comprando obras de CL$ 500.000 años atrás y ahora hacen pareja y entre sus prioridades de viajar y tener un departamento, también está el arte. Por ejemplo, conozco uno que al principio compraba fotografías y recién compró una obra del artista Gonzalo Cienfuegos, que vale US$ 20.000. Todos podemos comprar arte y ha sucedido”, dijo Musalem.

Para Marcelo Aravena, director de la galería VALA, el escenario ha sido complejo porque el mercado es “oscilante”, sin embargo, “el arte siempre ha sido refugio de inversión”. El galerista, con más de 18 años de experiencia, explica que hay dos clases compradores en Chile. Los coleccionistas A, que saben del tema y compran obras sobre los 5-10 millones de pesos, y los coleccionistas B, que buscan decoración, pero buenas obras que van del millón a dos millones de pesos.

“Hubo un aumento en pandemia porque la gente pasaba mucho tiempo viendo paredes y después se volvió a recuperar con los retiros de las AFP. La gente sintió que estaba comprando algo que no estaba bajo la volatilidad del mercado, que no se deteriora y va adquiriendo valor”, complementa.

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Si bien en galería VALA no crecieron tanto las ventas en comparación con años prepandemia, Aravena señala que sí ha visto el creciente interés por conocer obras de artistas nacionales. “Hay una generación de jóvenes profesionales que dentro de sus recursos tienen una sensibilidad muy importante y están comprando obras de artistas emergentes o artistas que antes no estaban en el mercado del arte. Empiezan a comprender el valor del arte”.

Esto también pasó en galería NAC, en la que hubo un aumento por inversión, pero también de gente que no estaba tan relacionada al arte. “La gente, a raíz de la pandemia, entendió el arte desde otra manera, no sólo como decoración y se conectó más con la cultura, eso hizo que llegara más público interesado a las galerías y pospandemia se ha mantenido ese interés”, dice Nicole Andreu, su directora.

Por su parte, Musalem asegura que en Chile es muy poca la gente que colecciona por inversión, sino que compra por gusto y comenta que, si bien la pandemia entregó herramientas como ventas online, en las que se tuvieron que fortalecer las herramientas digitales, “el arte es una experiencia en la que la presencialidad es fundamental. No es lo mismo ver una obra de 2 por 1.50 metros en una pantalla, que de forma presencial. Eso no se puede suplir si vas a invertir entre 20.000 a 30.000 dólares”.

En Factoría Santa Rosa, con 12 años de trayectoria, se incrementó la compra de obras de maestros —piezas con valores más elevados— y ese fenómeno no se daba tanto en Chile, considera Musalem; por lo que hubo menos cantidad de ventas que en años prepandemia, pero de montos más elevados.

“Factoría Santa Rosa nació para romper el paradigma que el arte era sólo para una elite y nuestro lema era democratizar el arte de verdad, con CL$ 100.000 podías tener una original. Ahora estoy rodeada de galerías en el Barrio Franklin. En 2021, tras la reapertura de todo, comenzamos a ver ventas de obras sobre los 25.000-70.000 dólares. Acá en Chile no se vendía eso”, cuenta la galerista.

Sesión Iván Navarro. Foto: Cristián Aninat / Fundación Antenna

Los obstáculos

Aravena menciona que hay un gran problema en Chile porque la internación de las obras de arte cuesta un 32% y eso hace que nadie traiga obras nacionales. “Es un impuesto que es una brutalidad y no se da en otro país. Hay una propuesta que esperamos que este nuevo gobierno modifique. Es el mismo impuesto de lujo, cosa que la vemos muy ridícula”.

Si se logra reformar esto, y logran apoyo y fomento por parte del Estado para repatriar obras, el galerista considera que se tendría un mercado más claro y más tangible.

Por otro lado, Chile no tiene mercado de subasta y el valor de las obras está fijado por las galerías de arte, que Aravena destaca como un “trabajo muy profesional”. Sin embargo, espera que exista una casa de subastas en el país que ayude a expresar los precios tal cual son.

Desde Fundación Antenna, Díaz comenta que una obra de Iván Navarro en su exposición en galería Madre costaba US$ 25.000, mientras que en Miami cuestan US$ 60.000 dólares las mismas pinturas. “El precio afuera es totalmente distinto y ese es un desafío en Chile”.

“El mercado en Chile ha crecido gracias a estas instancias de galerías que trabajan con artistas jóvenes, a precios mucho más económicos. Es fundamental la participación de galerías chilenas en ferias internacionales y es fundamental la participación de nuestros artistas nacionales en bienales importantes, porque el nombre de Chile en el arte contemporáneo ha ido creciendo en el extranjero de a poco”, agrega Musalem.

Participación de empresas

Fundación Antenna, que nació hace siete años, ha registrado un salto exponencial en torno a cómo las empresas se están involucrando con las artes visuales y la cultura. En 2020 contabilizaron ocho proyectos por casi 150 millones de pesos y en 2021 pasaron a 10 proyectos por más de 300 millones de pesos.

“2021 ha sido el año más potente en el área de proyectos. Las empresas hoy día nos llaman para ayudarlos en cómo, desde el arte, podemos solucionar un problema de sustentabilidad, marketing, fidelización”, cuenta Díaz.

Actualmente tienen proyectos con Falabella Sodimac, Bank of America, Grupo Gryphus, Sencorp y Sura Investment Management, que van desde la creación de murales en colegios y otros espacios, hasta premios que fomentan y apoyan el arte de mujeres mayores de 65 años.

Díaz está convencido de que el usuario busca algo más en el producto y ese algo más tiene que ver con la preocupación como empresa, con el entorno, medioambiente, con la sociedad. “Las empresas tienen una gran oportunidad, a través del arte y la cultura, de poder conectar con sus usuarios”.

“No es al azar que en un año como este nuestra inversión en proyectos se haya duplicado, con las nuevas generaciones que tienen el arte y la cultura mucho más incorporada, es una inversión a largo plazo para las empresas. La cultura te permite conectar, tiene una forma de construir un vínculo distinto al comercial al político, entras desde el afecto”, puntualiza Díaz.

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