Su misión es erradicar del planeta al cáncer y todas las enfermedades crónicas

Deténgannos si han escuchado esta anécdota. Elon Musk, Jeff Bezos y Naveen Jain entran a un bar. El cantinero mira hacia arriba y dice: “¿Qué es esto, me están tomando del pelo?”

Aunque cada una de estas personalidades descomunales es bien conocida por su trabajo pionero en ampliar las fronteras del espacio, lo que podría ser más impresionante son sus esfuerzos colectivos para escapar de la gravedad en este lado de la estratósfera, es decir, aquí mismo en la Tierra.

Y es en esto último que Naveen Jain realmente eclipsa a los demás. Incluso en este grupo extraordinario, solo Jain es tan audaz como para creer que realmente puede eliminar la enfermedad de la faz de nuestro planeta. Llamémoslo el verdadero y definitivo viaje a la luna.

“Todos conocemos a personas que han perdido a seres queridos por cáncer, enfermedades cardíacas, diabetes o Alzheimer”, explica Jain. “Todas estas enfermedades nos están matando y cada vez son más frecuentes y aparecen en personas cada vez más jóvenes”.

Es cierto. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cada año mueren 41 millones de personas a causa de estas afecciones en todo el mundo, poco más del doble de la población total de Chile. Además, la enfermedad y la muerte son costosas. Según estimaciones del Foro Económico Mundial, entre 2010 y 2030, el costo total para los sistemas de salud del mundo por cuenta de estas condiciones de salud se acercará a los US$ 50 billones.

Cada gran avance comienza en la vida como una idea loca e imposible, hasta que realmente se hace”

NAVEEN JAIN

Curiosamente, la mayoría de las causas de muerte son lo que hemos llegado a entender como “relacionadas con la edad”: cuanto más vivamos, más probabilidades tenemos de desarrollar, por ejemplo, patologías cardíacas, cáncer o Alzheimer.

Sin embargo, hace 100 años ¡la gente moría mucho antes de que cualquiera de estas enfermedades se manifestara! En 1900, la esperanza de vida promedio era de solo 47 años. En ese entonces, las personas tenían muchas más probabilidades de morir de enfermedades como tuberculosis, infecciones gastrointestinales, difteria y otras enfermedades infecciosas que en gran parte han sido erradicadas.

Pero estas comparaciones no pintan claramente el cuadro. El mundo ha llegado a sufrir de un tipo muy diferente de epidemia en forma de enfermedades crónicas, que ahora se llevan a muchos más de nosotros. Si bien las enfermedades infecciosas han estado disminuyendo a nivel mundial durante décadas, los problemas de salud crónicos compensan con creces la tendencia: son, con mucho, la principal causa de mortalidad en el mundo y representan casi las tres cuartas partes de todas las muertes. Definitivamente, la muerte es un hecho de la vida.

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Pero fue la curiosidad innata de Jain y su descarado sesgo hacia la ‘posibilidad radical’ lo que lo llevó a imaginar un mundo sin enfermedades. ¿Qué pasaría, reflexionó, si pudiéramos comprender completamente la dinámica que opera dentro del cuerpo humano que lleva a las enfermedades crónicas? ¿Podríamos prevenir e incluso revertir sus efectos? “¿Qué pasaría si fuera posible”, pregunta (con un énfasis apasionado en el ‘qué pasaría si’), “crear un mundo en el que estar enfermo sea una cuestión de elección?”

Si fuera posible, redefiniría no solo cómo pensamos sobre la calidad de vida, sino también la esencia misma de lo que entendemos como el “estándar de atención” tal como lo practican los profesionales de la salud en la actualidad. En resumen, un avance tan radical cambiaría por completo todo el complejo médico-industrial. Pero Jain fue más allá de considerar la posibilidad: se atrevió a poner la visión en movimiento.

Tras la pista de la innovación accidental

Irónicamente, fue la empresa espacial de Jain, Moon Express, la que lo puso en este camino más terrenal. Mientras trabajaba con la NASA y otros laboratorios nacionales para Moon Express, Jain estuvo expuesto a mundos ocultos de la tecnología que si pudieran ver la luz del día podrían aprovecharse para un beneficio humano tremendo.

“Y, sin embargo, allí estaban”, recuerda, “simplemente sentados, sin desarrollar y sin usar. Fue alucinante. Cada año, el gobierno de los Estados Unidos gasta miles de millones de dólares de nuestros impuestos en financiar la investigación científica. Cuando me di cuenta de que nadie estaba trabajando para explotar estas innovaciones, tuve mi momento eureka”.

¿Qué vio exactamente? Resulta que el Laboratorio Nacional de Los Álamos, una de las muchas instalaciones que visitó en el contexto de su trabajo de exploración espacial, estaba lidiando con un problema intrigante en biodefensa: cómo desarrollar un método para identificar de forma rápida y precisa cualquier patógeno que pudiera estar presente en el cuerpo humano.

Jain cree que la humanidad debe explorar posibilidades para vivir en otros planetas. Por eso su otra empresa es Moon Express, que paradójicamente fue la que le abrió los ojos para iniciar con Viome.

Con estos fines, el venerable laboratorio invirtió muchos millones de dólares y años de trabajo para comprender y analizar el cuerpo hasta el nivel molecular.

“Lo que se les ocurrió”, explica Jain, “fue un sistema que analiza los fluidos corporales de una manera notable y determina qué patógenos están activos y causan problemas. De hecho, proporcionó una visión completa de todo lo que sucede dentro del cuerpo. Se me ocurrió que podríamos aplicar esta tecnología para el bienestar. Si sabemos lo que sucede dentro del cuerpo, podemos modificarlo y mantener a las personas saludables, más aún aplicamos el aprendizaje profundo y otras formas de inteligencia artificial a todos los datos biológicos complejos”. Con esa idea, Jain obtuvo la licencia de la tecnología central y formó la empresa a la que llamó Viome.

Lo que nos lleva de vuelta a la pura audacia de la visión de Jain: erradicar todas las enfermedades crónicas, incluido el cáncer. Es aquí donde Jain se pregunta, como lo hace sobre todos sus esfuerzos: si esta empresa tiene éxito, ¿ayudará a mil millones de personas a vivir una vida mejor?

La mentalidad exponencial

Esta, entonces, es la escala en la que piensa Naveen Jain. Mientras que muchos empresarios persiguen el Santo Grial de alcanzar el estatus de ‘Unicornio’ –esas legendarias empresas que alcanzan valoraciones de mil millones de dólares– el concepto de valoración de Jain se mide en términos de miles de millones de personas beneficiadas. Pero, ¿está hablando del fin de la enfermedad? ¿No es ir demasiado lejos? Después de todo, suena loco.

“Es una locura”, exclama Jain con su exuberancia característica. “El hecho es que cada gran avance comienza en la vida como una idea loca e imposible, hasta que realmente se hace”. Es una mentalidad que recuerda el famoso comentario de Niels Bohr al también físico Wolfgang Pauli: “Todos estamos de acuerdo en que su teoría es una locura. ¡La pregunta que nos divide es si es lo suficientemente loco como para tener la posibilidad de ser correcto! A lo que Jain agrega: “Si la gente no piensa que tu idea es una locura, entonces eso es una pista de que no estás operando en el terreno de un ‘lanzamiento a la luna’”.

Ahora, la mayoría de las personas podrían sentirse tentadas a pensar que la “locura” acabará con sus posibilidades de obtener financiación incluso antes de comenzar. Jain nos enseña a pensar de nuevo. “Como he aprendido y demostrado una y otra vez, si puedes inspirar a un equipo de personas talentosas que se dedican a resolver grandes desafíos, el dinero llegará”. Y seguir ese principio fue lo que hizo.

No siga el dinero, siga la visión

Viome ha tenido mucha suerte”, explica Jain, “porque hemos podido formar un equipo increíble. El Dr. Stephen Barrie, por ejemplo, es uno de los pioneros fundadores en el campo del microbioma. El Dr. Emmanuel Hanon llegó a nosotros desde su puesto como exjefe global de I+D para el grupo de vacunas de GSK. Nuestro consejo asesor incluye luminarias como George Church de Harvard, Emeran Mayer de UCLA, el legendario Dr. Deepak Chopra y otros. Nuestro director científico es el Dr. Momo Vuyisich, la misma persona que desarrolló la tecnología innovadora en Los Álamos. Esa tecnología, por primera vez, puede analizar la expresión de genes humanos y microbianos y ayudarnos a comprender la forma en que todos los microbiomas en el cuerpo humano interactúan entre sí. Es todo muy emocionante. Entonces supe que las posibilidades para esto serían infinitas y que al ser capaces de analizar estas dinámicas en cada individuo podríamos trazar un mapa de la progresión de una enfermedad crónica centrándonos en lo que sucede activamente en el interior”.

“Si la gente no piensa que tu idea es una locura, entonces eso es una pista de que no estás operando en el terreno de un ‘lanzamiento a la luna’”

NAVEEN JAIN

Jain explica que esto es en realidad mucho más que un nuevo giro en la “medicina personalizada”, una frase que ha perdido gran parte de su significado debido a la comercialización excesiva, las dietas de moda y los diagnósticos basados en Internet. En consecuencia, las personas en la comunidad de financiación de riesgo se han dado cuenta de que Viome está aportando ciencia y tecnología verdaderamente innovadoras al problema. “Khosla Ventures, Bold Capital, WRG Ventures, WR Hambrecht Ventures, todos ellos”, dice Jain, “están involucrados. Y, por supuesto, son lo mejor de lo mejor en inversión para atención médica. Pero es la visión compartida lo que nos ha permitido recaudar más de US$125 millones hasta ahora”.

La empresa ha vinculado socios estratégicos, incluidos los grupos de alimentos Nutresa (Colombia) y Ezaki Glico (Japón). También cuenta entre sus aliados al gigante farmacéutico GSK, New York Medical College, Advent Health y Mayo Clinic, entre otros.

En Latinoamérica, el socio colombiano de Veronorte, Felipe Valencia, administra el fondo de inversión Nutresa Ventures. Su objetivo ha sido crear relaciones que generen cooperación entre empresas que a su vez ayudarán a resolver algunos de los problemas más serios que enfrenta América Latina.

Ya hemos visto cómo las enfermedades crónicas y el cáncer afectan a las poblaciones y las economías. Pero fue la conexión de Jain con la Singularity University lo que unió a los dos hombres. “Singularity University”, dice Valencia, “es un lugar donde se discuten constantemente tecnologías exponenciales y Naveen está en la junta directiva allí. En uno de sus eventos globales a los que asistí en 2016, Naveen fue el orador principal. Explicó la visión detrás de Viome mientras nacía. Entonces, con Sura Ventures terminamos siendo inversionistas en Bold Capital, que es uno de los grandes inversionistas en Viome”.

Posteriormente, se formó Nutresa Ventures, proporcionando el vehículo necesario para facilitar la inversión más directa en Viome.

Viome ha logrado desarrollar una tecnología que permite enfrentar patologías crónicas e inclusive el cáncer con éxito. Esta tecnología fue desarrollada en el Laboratorio Nacional de los Álamos.

Otra cosa que todos los inversores reconocieron fue que las disrupciones que Jain estaba trayendo al cuidado de la salud estaban acelerando una tendencia que ya era evidente: que las personas comenzaron a hacerse cargo de su propia salud. Y en el mundo de Jain, eso significa permitir condiciones para una buena salud que, a su vez, impidan, en primer lugar, el desarrollo de enfermedades crónicas.

El sistema médico actual, sin embargo, no funciona de esa manera. “Analiza los problemas de salud desde el lado equivocado del campo de aplicación”, explica Jain. “Todo el sistema está orientado a tratar los síntomas de un problema. La oportunidad de disrupción radica en la posibilidad de detectar y eliminar los problemas mucho antes de que tengan la oportunidad de manifestarse como síntomas. Ese simple cambio de punto de vista es a la vez radical y empoderador. De hecho, lo cambia todo”.

Es un cambio, por supuesto, que ha tardado mucho en llegar. Si el sistema médico actual tuviera un lema, bromea Jain, sería: “Dame la enfermedad y te daré la píldora”. De hecho, la enfermedad crónica es rentable: “Proporciona suscripciones de por vida para la supresión de los síntomas”, continúa Jain. “Curar al paciente significa perder al cliente. Ahora, maximizar el valor de por vida del cliente es un objetivo clave en los negocios, pero no debería ser el objetivo en el cuidado de la salud. Pero, lamentablemente, ese es el modelo que tenemos hoy y, en consecuencia, tenemos una pandemia de enfermedades crónicas. No nacemos con ellas, no las atrapamos, las desarrollamos y el complejo médico-industrial se beneficia”.

Los clientes de Viome reconocen esta desconexión fundamental. “En resumen”, dice Jain, “más de 300.000 personas se han unido a nosotros porque se identifican con nuestra ‘loca’ misión y están buscando mejores respuestas a los problemas de salud que están experimentando, problemas que a menudo son causados por una nutrición y hábitos de vida deficientes. También reconocen que la misión es más grande que ellos mismos: los cientos de miles de personas que se han suscrito a nuestro servicio no solo se benefician al volverse más saludables, sino que también ayudan a que todos los demás se vuelvan más saludables al contribuir con datos a nuestro motor de Inteligencia Artificial (IA) que pueden predecir el desarrollo de enfermedades antes de que sucedan. Todo el mundo gana.

Además, a medida que los clientes de Viome vuelven a realizar la prueba, la empresa también está generando importantes datos longitudinales que, como explica Jain, “si ocurre una enfermedad con el tiempo, podremos encontrar un biomarcador predictivo para ella. En el contexto de una enfermedad como el Alzheimer, creemos que podremos detectarla, y posiblemente curarla, 20 años antes de la aparición de los síntomas”. Tal es el poder de los datos. Es en este sentido que Jain también piensa en Viome como una empresa de tecnología de la información. Y naturalmente así es.

El cuidado de la salud como un problema de Big Data

Las raíces de Jain en la tecnología de la información son profundas. Inició su carrera en Microsoft, donde su trabajo en Windows 95 le valió patentes y elogios por su destacada labor de gestión de programas. A partir de ahí, se aventuró a fundar el seminal InfoSpace, que se convirtió en uno de los negocios de Internet más grandes de Estados Unidos. Luego pasó a fundar una serie de empresas tecnológicas, incluidas Inome, Intelius y TalentWise. En resumen, Jain lo sabe. Y es fundamental para su trabajo en Viome, que se basa en torrentes masivos de datos. “Al final”, explica Jain, “comprender las enfermedades y los cánceres humanos es realmente solo un problema de big data aplicado a la biología humana”.

En particular, la persona a cargo de todo lo relacionado con la gestión y el análisis de todos esos datos es el Dr. Guruduth “Guru” Banavar, CTO y Head of Discovery AI de Viome. El Dr. Banavar fue director de computación cognitiva en IBM, donde supervisó el proyecto Watson.

Usted es lo que come

En resumen, Viome es, en última instancia, una plataforma que permite a las personas ser agentes de una revolución reverberante que expande la salud. No debería sorprender que la dieta sea fundamental para lograr esta revolución. Jain explica: “Al proporcionar recomendaciones precisas y altamente personalizadas de alimentos y suplementos, y el intercambio masivo de datos, en realidad podemos prevenir la aparición de enfermedades crónicas, simplemente al poder identificar las causas fundamentales de afecciones como la obesidad, la diabetes, las enfermedades cardíacas, la depresión, la ansiedad e incluso los distintos tipos de cáncer. En resumen, simplemente tomamos la palabra de Hipócrates cuando dijo: ‘que el alimento sea tu medicina y la medicina sea tu alimento’”.

Pero aquí está el problema: resulta que la comida de alguien puede resultar un veneno para otra persona. “Lo que ahora hemos aprendido”, dice Jain, “es que no existe una dieta universalmente saludable y eso incluye los suplementos. La comida que podría ser buena para ti no es necesariamente buena para mí. Y la comida que es buena para mí hoy puede no serlo dentro de cuatro meses. Esa espinaca que pensabas que era tan saludable, el 30% de nosotros no puede digerirla correctamente, lo que tiene como consecuencia la inflamación. También es cierto que el 50% de las personas que creen que le están haciendo un favor a su cuerpo al comer arándanos, frambuesas o nueces en realidad no están haciendo ningún bien, o incluso pueden estar haciéndose daño. Sin embargo, tratamos a nuestros cuerpos como una caja negra con poca o ninguna comprensión de lo que realmente sucede dentro de ella. Y todos pagamos el precio de esa ignorancia”.

Para Viome, Jain ha reclutado a los mejores talentos, porque cree firmemente que lograr equipos de trabajo poderosos es la base del éxito del emprendedor

Viome simplemente volvió a imaginar este problema y decidió crear un fármaco para cada persona, en lugar de un fármaco por enfermedad. “Nuestra droga”, explica Jain, “no es más que comida y nutrición, que se personaliza fácilmente. El enfoque de Viome se centra en analizar el microbioma intestinal de cada persona y modular las respuestas inflamatorias con una nutrición precisa y personalizada para reducir sus efectos”.

Aquí es necesario incluir algunas palabras con respecto al microbioma. En el ADN humano hay unos 20.000 genes que codifican proteínas. Si ese número parece impresionante, el gusano nematodo tiene alrededor de 22.000. ¡Pero los microbios en el intestino producen hasta 20 millones de genes! Esa es mucha bioactividad que no es nuestra. Jain explica: “Nuestros cuerpos son en realidad solo un contenedor para los más de 100 billones de microorganismos que viven dentro y sobre nosotros, incluidas más de especies de bacterias. Y son responsables de realizar el trabajo pesado para nutrir nuestras células y permitir el funcionamiento de nuestros sistemas metabólico e inmunológico”.

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Resulta que este “órgano olvidado” es realmente la fuente de nuestro bienestar y, en el lado oscuro, la fuente de muchas de nuestras enfermedades, particularmente las enfermedades crónicas. Curiosamente, su papel en nuestra salud se ha pasado por alto en gran medida hasta hace muy poco. Pero así como la decodificación del genoma humano creó industrias completamente nuevas (imposibles hasta hace muy poco), la comprensión del microbioma está a punto de revolucionar el cuidado de la salud. Y Jain está a la vanguardia de todo, devolviéndonos a su premisa original y esencial: “Si puedes abordar los desafíos globales con este tipo de mentalidad, una mentalidad revolucionaria, entonces comenzarás a pensar en soluciones de maneras muy diferentes; comenzarás a ver las posibilidades de impactar a mil millones de personas en lugar de afectar a unos pocos cientos de miles o incluso a un millón de personas”.

¿Funciona realmente?

De acuerdo con los hallazgos de un cuerpo masivo y creciente de literatura científica, los clientes de Viome sí experimentan una reducción significativa e incluso una reversión en condiciones crónicas. “Aquellos que siguieron nuestras pautas durante solo cuatro meses”, agrega Jain, “vieron que los puntajes clínicos para la diabetes mejoraron en un 30%; la mejora para la ansiedad fue del 32%; para depresión fue del 36% y para ABS del 40%. Y estos grandes cambios provienen solo del uso de alimentos como medicina.

¡Imagínese la disrupción que ocurrirá cuando nuestra medicina no venga de una farmacia, sino de una granja! Cuando eso suceda a gran escala, también veremos mejoras masivas en el sueño, el peso, la energía, la digestión y la salud mental, por no hablar del cambio radical de la industria farmacéutica y su modelo de tratamiento de los síntomas, en lugar de eliminar las causas fundamentales”.

Una hoja de ruta hacia el éxito

Trazar un camino para una visión tan ambiciosa presentó su propio conjunto de desafíos. Después de todo, desde el principio, faltaban muchas piezas. Para lograr esto, Jain y su equipo necesitaban conectar una gran cantidad de tecnologías completamente disímiles, cada una de las cuales avanzaba en su propia trayectoria evolutiva. Sin embargo, Jain pudo ver la convergencia final. Pero no podía esperar.

“Un mundo libre de enfermedades no es algo que hubiéramos pensado que podríamos lograr en un año o incluso en 10 años”, dice Jain. “Para abordar un desafío tan ambicioso, sabíamos que era necesario hacer tres cosas: 1) digitalizar el cuerpo humano, 2) decodificar el cuerpo humano y 3) descifrar el cuerpo humano. Ahora, para que la digitalización y la decodificación fueran factibles, el costo de la secuenciación tenía que reducirse significativamente. Cuando empezamos, la secuenciación del genoma humano tenía un costo de US$ 1.000. Esperábamos que bajara a US$ 100 en los siguientes años. Hoy en día, podemos hacerlo por solo US$ 10. Entonces, aunque anticipamos que la tecnología mejoraría y el costo disminuiría, ¡resultó que éramos 10 veces más pesimistas!”

“Después de la digitalización, el siguiente desafío fue el costo de decodificar estos tesoros masivos de datos digitales. Sin duda, éramos conscientes de los avances en la computación en la nube, pero todavía pagábamos cerca de US$ 40 para procesar la información digitalizada de cada individuo. Esperábamos que el costo de decodificar los datos bajara a US$ 10 en los siguientes años. Lo que nos sorprendió, nuevamente, fue que el costo en realidad se redujo a alrededor de US$ 1. Y una vez más, incluso nuestra perspectiva optimista resultó ser 10 veces pesimista. Y esto se debe en gran parte a la drástica caída en el costo de la computación, una tasa de mejora que en realidad ha superado la Ley de Moore. Lo que hasta hace muy poco requería una supercomputadora para ejecutarse a un gran costo, ahora se puede hacer de manera económica en una computadora de escritorio en red”.

“Finalmente, al descifrar los datos, también sabíamos que tendría que haber mejoras igualmente significativas en la IA para procesar las decenas de miles de algoritmos que operan con petabytes de datos, y también hacerlo de manera eficiente. Eso también ha sucedido, y los algoritmos mejoran a diario”.

Sin embargo, estas mejoras exponenciales pueden ser aprovechadas por cualquier persona con suficiente motivación. Si bien son notables, en realidad no son diferenciadores únicos. Lo que nos lleva a otra cualidad que distingue a Jain: su habilidad para hacer las preguntas correctas. Y eso ha hecho toda la diferencia. Jain cree que las personas que trabajan en el campo de la genética y la salud se han estado haciendo las preguntas equivocadas.

“Las preguntas que todos los demás todavía se hacen”, explica, “se refieren a 1) el ADN de uno y 2) la composición de los microorganismos en el intestino. En otras palabras, en virtud de las preguntas que hacen, buscan comprender qué organismos existen en las personas que padecen enfermedades crónicas y qué organismos existen en las que no. En resumen, sus preguntas asumen una equiparación de la genética y la microbiota con la enfermedad. Pero resulta que estas son las preguntas equivocadas. ¿Por qué? Bueno, en ausencia de intervenciones CRISPR, ¡el ADN de uno nunca cambia! Nuestros genes no cambian cuando nos volvemos obesos no cambian cuando nos volvemos depresivos o diabéticos o desarrollamos una enfermedad cardíaca o Alzheimer o cualquier enfermedad autoinmune. Pero debido a que también sabemos que las personas desarrollan enfermedades crónicas, preguntamos, ¿el mecanismo podría ser no los genes sino la expresión génica? Si eso fuera cierto, y lo es, entonces podrías estar cargado con todos los genes malos del mundo, pero si no se expresan, ¡no importaría! Y si pudieras evitar que se expresen, entonces la presencia de estos genes “malos” realmente sería irrelevante para la salud”.

Es una perspectiva única que replantea completamente el problema. “Si nuestra misión es prevenir y revertir las enfermedades crónicas, entonces debemos medir qué cambia. Y eso es expresión génica. Entonces, la pregunta correcta es ¿qué genes se expresan en el huésped humano a medida que comienza a desarrollar una enfermedad crónica? Del mismo modo, con respecto al microbioma, la pregunta que hicimos se refería a qué genes expresan los microbios, en lugar de simplemente identificar cuáles son los microbios. Esto es importante porque múltiples microorganismos pueden producir los mismos tipos de productos. Del mismo modo, un único organismo puede producir productos completamente diferentes según el ecosistema que lo rodea”. Entonces, ¿adónde va todo esto?

¿Una fuente de juventud?

Un objetivo central de la modificación del estilo de vida y la dieta es ciertamente clave: no es solo reducir la incidencia de enfermedades, sino también promover un envejecimiento saludable y exitoso. Pero la edad biológica de uno no necesita coincidir con la edad cronológica. Las novedosas intervenciones de Viome están demostrando el punto. Consideremos el caso del mismo Jain. “Tengo 62 años”, dice, “pero mi edad biológica ahora es 10 años menor. Lo he logrado en los últimos dos años, simplemente entendiendo cómo funciona mi cuerpo, usando Viome, que me dice qué comer y por qué y qué evitar y por qué. Luego detalla los nutrientes específicos que mi cuerpo necesita para vivir una vida libre de enfermedades”. (Viome es único en el sentido de que fabrica estos suplementos para sus clientes, creando fórmulas individualizadas que combinan los nutrientes necesarios en cápsulas diarias, eliminando así la necesidad de almacenar docenas de suplementos). En con-secuencia, Jain anticipa llegar a los 70 pero con una edad biológica por debajo de los 40. No es que espere envejecer al revés, al estilo de El curioso caso de Benjamin Button. Tampoco se trata de alcanzar la inmortalidad. Más bien se trata de permitir que las personas estén lo más saludables posible mientras vivan.

“Se trata de tener la fuerza, la energía y la vitalidad para hacer lo que quiero hacer, incluso a los 100 años”, concluye. “Eso, para mí, es revertir el envejecimiento. Y eso debería estar disponible para todos”.

En otras palabras, la visión de Jain se preocupa más por la duración de la salud que por la duración de la vida. Y diariamente, su empresa progresa. Apenas el año pasado, la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA) autorizó la solución in- novadora de Viome para la detección de pacientes con cáncer oral y cáncer de garganta, basada en la novedosa plataforma de inteligencia artificial y tecnología de análisis de ARNm de la compañía. De hecho, como parte de su misión de prevenir y revertir enfermedades crónicas, el equipo de Jain ha desarrollado más de 30 biomarcadores de precisión para la detección temprana de cánceres, enfermedades metabólicas, enfermedades autoinmunes, enfermedades neurodegenerativas e incluso condiciones de salud mental, con planes para tomar cada uno de estos biomarcadores, llevarlos a la FDA y obtener aprobaciones de dispositivos innovadores similares.

Lanzamientos a la luna de por vida

Entonces, cerramos el círculo. Moon Express, la otra empresa de Jain y el catalizador improbable de una visión para acabar con la enfermedad, también es una firma preocupada por mejorar la vida en la Tierra. También se preocupa por lograr condiciones amigables para los humanos en la luna, en caso de que sea necesario para garantizar la supervivencia de nuestra especie.

“Moon Express”, explica, “explora el universo hacia afuera; Viome explora el universo hacia adentro”. Para Jain, todo está conectado: el macrocosmos y el microcosmos se encuentran en nuestros esfuerzos por desentrañar los misterios de la naturaleza. “Lo único que estamos tratando de hacer con toda esta tecnología es entender lo que la naturaleza siempre ha creado. La tecnología es una lente por la cual podemos entender la inteligencia de la naturaleza. ¿Cómo se creó el universo? ¿Cómo funciona el cuerpo humano? ¿Cómo funciona el cerebro humano? La naturaleza ya tiene las respuestas. Simplemente tenemos que descubrirlas”.

Llamar a Naveen Jain una inspiración es una subestimación monumental. Una de sus conferencias favoritas, su charla entusiasta sobre tecnologías exponenciales y el espíritu empresarial, sin mencionar el cultivo de la curiosidad y el desarrollo de una mentalidad de posibilidad y abundancia, están resumidas en su libro ganador de múltiples premios, Moonshots, creating a world of abundance.

Es aquí donde concluye: “Si hay algo que he aprendido una y otra vez es que nada es imposible. Una cosa parece imposible hasta que alguien la hace. La historia está repleta de ilustraciones. Tomemos la milla de cuatro minutos, por ejemplo. Nadie corrió una milla en cuatro minutos porque nadie pensó que fuera posible, hasta que una persona, Roger Bannister, lo hizo. Y cuando lo hizo, un año después lo hicieron 30 personas más. Del mismo modo, una vez que cambias tu mentalidad de escasez por una mentalidad de abundancia, comienzas a pensar en el potencial y las posibilidades en lugar de las cosas que no se pueden hacer”.

De hecho, para Naveen Jain, una mentalidad de posibilidad es lo que lo animó a creer que todos pueden disfrutar de una salud de por vida y que la luna puede proporcionarnos una energía infinita para disfrutar de esa larga vida, aquí y en otros mundos.

“La gente suele decir que el cielo es el límite”, dice. “El cielo no es el limite. No hay tal límite. Es un límite artificial. La imaginación es nuestro único límite. Si podemos imaginar algo, entonces podemos lograrlo”.