El paquete apunta a impulsar la inversión en al menos cinco puntos porcentuales durante 2023
El gobierno de Chile lanzó el lunes un plan para fomentar la inversión hacia 2023 en momentos en que la economía atraviesa un fuerte ajuste tras la recuperación pospandemia y se prevén caídas de la actividad hasta al menos mediados del próximo año.
Entre las medidas figuran la implementación de estímulos tributarios a privados, mejoras en acceso a financiamiento y a la inversión pública, promoción al capital extranjero y mejoras a la eficacia de procedimientos regulatorios.
El paquete apunta a impulsar la inversión en por lo menos cinco puntos porcentuales durante 2023, dijo el ministro de Hacienda Mario Marcel en una ceremonia junto con el presidente progresista Gabriel Boric.
“Las líneas de trabajo agrupadas en este plan ‘Invirtamos en Chile’ reúnen esfuerzos de gestión, de recursos públicos, cambios reglamentarios y normativos, todos de rápida implementación, lo que nos lleva a esperar que podamos ver la mayoría de sus efectos durante el 2023”, dijo Marcel.
Gobierno busca mejorar colaboración con sector privado
Con los anuncios el Gobierno también buscar mejorar la colaboración y coordinación entre organismos de orden público y entes productivos. A mediados de agosto, las mineras en el país pidieron al gobierno actuar para detener una “escalada de delincuencia” que ha afectado a operaciones en el vasto norte del país, donde se concentra la actividad del sector.
“Chile tiene muchísimas oportunidades. Si logramos ponernos de acuerdo entre el sector político, los gremios, los trabajadores y trabajadoras y el sector privado, tenemos la oportunidad de salir adelante”, señaló el presidente Gabriel Boric durante una actividad en el aeropuerto de Santiago.
Entre los beneficios impositivos se cuenta un fondo de US$ 500 millones de créditos tributarios contra impuestos a la actividad empresarial a proyectos con alto contenido verde, entre otros requisitos, así como la aplicación de mecanismos de depreciación instantánea por todo el próximo año.
Estos aspectos serán incorporados por el Gobierno a las indicaciones que prepara para estos días a su proyecto de reforma tributaria, en el que también está incluido un royalty a la minería que se discute hace años en el Congreso pero que el Gobierno espera empujar en el marco de la reforma.
Las medidas del Gobierno también contemplan que los nuevos proyectos de minería de cobre estarán exentos de un componente ad-valorem propuesto para el royalty por cinco años.
“Se incentivarán los nuevos proyectos y los proyectos de expansión de yacimientos, a la vez que se mantiene una tributación en que la renta del cobre se reparte de manera justa entre el Estado y los privados”, dijo el Gobierno en una nota, sin dar más precisiones.
Para fines de este año el Gobierno también planea reabrir oficinas de inversión en Europa y América del Norte y fortalecer los equipos de promoción de las inversiones extranjeras, así como instalar mesas de trabajo público-privadas en sectores como construcción, energía, transportes y minería.
La semana pasada, el Banco Central dijo que prevé una caída de la inversión del 3,3% este año y 4,7% en 2023. En su más reciente Informe de Política Monetaria (IPoM), el banco dijo que la economía crecerá este año pero enfrentará un panorama más complejo en 2023 con una contracción de entre 1,5 y 0,5%.
Desde la OCDE confirman la desaceleración
El país, por otro lado, fue el país de la OCDE cuyos indicadores compuestos avanzados dieron la señal más fuerte de desaceleración económica durante el pasado mes de agosto, en línea con lo que ya venía ocurriendo en los meses precedentes.
Su indicador, que señala por anticipado inflexiones en el ciclo económico, sufrió un bajón de 57 centésimas hasta 96,69 puntos, netamente por debajo del nivel 100 que marca la media de largo plazo, indicó el lunes la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) al publicar esos datos.
En el conjunto de la organización el descenso en agosto fue de 17 centésimas a 98,90 puntos.
Los responsables de estas estadísticas explican que las variaciones deben considerarse como una indicación de la fuerza de la inflexión en el ciclo económico en el horizonte de unos seis meses más que como una medida del crecimiento económico que se puede esperar.
Es decir, que el fuerte descalabro constatado en Chile no significa necesariamente que el país vaya a tener una progresión económica de las más bajas de los países miembros, pero sí que el cambio de tendencia a la baja es muy claro.
“Uno no puede negar las condiciones difíciles, externas e internas, en las que estamos hoy económicamente en el mundo y en Chile. Pero no basta con decir cuáles son las condiciones difíciles, tenemos que hacernos cargo proactivamente. Torcerle la mano al pronóstico y para eso se necesita la colaboración firme con el sector público y privado”, agregó, por su parte, Boric.
FORBES STAFF /AGENCIAS