Tres economistas analizan el panorama ante un nuevo capítulo en la historia de Chile

Este domingo 4 de septiembre se define un nuevo capítulo en la historia de Chile. Los ciudadanos aprobarán o rechazarán la propuesta de nueva Constitución finalizada en julio pasado tras un año de trabajo. El escenario económico post plebiscito es sumamente complejo, de acuerdo con los economistas consultados por Forbes.

Estas elecciones se dan en medio de una incertidumbre económica que sitúa al peso chileno como una de las monedas de peor desempeño global, ante un aumento alarmante del dólar, tras el cual tuvo que reaccionar el Banco Central; una desaceleración de la economía, y una inflación que se ubica en 13,1%, el mayor registro desde marzo de 1994. 

Según economistas entrevistados, el panorama económico seguirá siendo incierto aun después del plebiscito, con variables según la opción que resulte ganadora.

Para Joseph Ramos, economista y profesor del Departamento de Economía de la Universidad de Chile (UC), los próximos 18 meses van a ser difíciles, independiente del resultado del plebiscito.

“La inflación está muy elevada y la economía está sobre calentada debido a los apoyos fiscales y retiros del año pasado, con lo cual se anticipa cero crecimiento por esos 18 meses”, dijo Ramos.

Sin embargo, agrega, “si gana el Rechazo se tranquilizarán bastante los inversionistas, bajando el dólar y aumentando algo la inversión (al menos efectuándose esa que se había pospuesto en espera del resultado)”.

Por el contrario, opina, “si gana el Apruebo, creo que será visto como mala noticia por los inversionistas, elevándose el dólar y frenándose más la inversión al menos hasta que el Gobierno tranquilice, si puede, el ambiente; pero esto tomará su buen tiempo“.

Jorge Berríos, docente de Unegocios de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la UC, coincide con Ramos en que habrá un panorama difícil más allá del resultado, debido a la coyuntura internacional. “Es cosa de ver la inflación en EE.UU. y Europa. Eso está creando una tormenta perfecta en todo sentido y más si agregamos los elementos políticos”.

“Creo que el plebiscito, independiente por lo que voten las personas, no va a cambiar radicalmente el panorama económico”, opinó. “El daño que se ha producido en la economía en los últimos años no es tan superficial como se ve o se cree, al contrario, es bastante más profundo. Se rompieron algunas reglas que permitían una adecuada profundidad y reglas claras en el mercado de capitales. Lo que sí va a pasar, es que uno de los factores de riesgo se va despejar, pero no todos y eso disminuye, en parte, la incertidumbre y riesgo que se ve en el mercado”, profundiza Berríos.

“Mientras no se tengan reglas claras para el mediano y largo plazo, es difícil ver un horizonte de estabilidad”

Jorge Berríos, docente de Unegocios de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la Universidad de Chile.

Para Alejandro Guzmán, economista y también docente de la FEN de la UC, en el caso del apruebo, “si bien se conoce la propuesta constitucional, muchas de las iniciativas (de la propuesta de nueva Constitución) deberán traducirse en leyes a discutir, a lo que se suma el alto costo de la materialización de las principales medidas (fundamentalmente derechos sociales) las que, en su conjunto, no son financiables con la actual estructura de impuestos y de endeudamiento del país. Por lo que ello contribuiría a un clima de incertidumbre alimentado por la discusión respecto a la reforma tributaria, que aún está en fase inicial”.

Guzmán se refiere a que la propuesta de nueva Constitución define a Chile como “un Estado social” que garantiza el derecho a la vivienda, a la seguridad social, a la salud, el trabajo, el acceso a los alimentos, entre varios otros. La carta magna dispone, entre otros, la creación de un sistema de salud universal, público, e integrado con el sistema privado.

El economista, por otro lado, sostiene que “la opción rechazo implica reiniciar un nuevo y largo proceso constitucional generando este otro tipo de incertidumbre, especialmente para los sectores eventualmente más afectados (minería, agricultura, etc.) con las propuestas en discusión”.

Poca claridad en reformas

Al cuestionarle si ve algún cambio radical o muy profundo en la propuesta de la nueva
Constitución, Berríos sostuvo: “creo que va a depender mucho de las propuestas que vengan post plebiscito”. La propuesta de nueva Constitución “propone cambios profundos al mercado de capitales, que fue el sustento de desarrollo del país en los últimos 30 años, pero sin establecer claramente cómo se van a hacer y quién lo va a pagar”.

Uno de los cambios fundamentales propuestos en la nueva ley fundamental es la reforma del sistema de pensiones actual, basado en los ahorros individuales de los trabajadores administrados por Administradoras de Fondos de Pensiones Privadas (AFP).

El sistema actual es la principal fuente de financiamiento local para muchas empresas en el país y sus activos equivalen a cerca de 60% del PIB chileno.

Pero bajo la propuesta constitucional, que ordena la creación de un Sistema de Seguridad Social financiado por trabajadores, empleadores y rentas generales del Estado, se afirma que los recursos que se utilicen para financiarlo el “no podrán ser destinados a fines distintos que el pago de los beneficios que establezca el sistema”.

“Creo que lo que se propone es más que una reingenieria a nuestras bases económicas, sino que una destrucción de las mismas, sin poner sobre la mesa un modelo sustentable que pueda reemplezarlo o hacer viable, en el mediano y largo plazo, nuestra economía. Un ejemplo de ello es el posible cambio al sistema de pensiones y sistema de salud”, amplía Berríos.

Guzmán, por su parte, agrega que en la propuesta “hay materias que se perciben ambiguas, cuya claridad quedará definida en una posterior discusión legislativa. Sin embargo, se observan algunos elementos que debiesen discutirse con mayor precisión, con el objeto de generar mayores certezas. Por ejemplo, las expropiaciones en las que se menciona un pago a ‘precio justo’ y eventualmente a plazo;  el derecho a la vivienda, en el cual no se especifica si este implicará la propiedad de esta y, en materia de seguridad social, lo referido en materia de pensiones en cuanto a que no es evidente —dado lo indicado en el borrador— la continuidad o no de un sistema de capitalización”.

En contraste, Ramos, no ve “ningún Exocet (misil) a la economía, pero casi todos los cambios la erosionan: lo referente a los derechos de agua, concesiones mineras, iniciativa parlamentaria en gasto, autonomía financiera de los territorios, huelgas legales aun firmados y vigentes convenios colectivos. En lo político, considero que puestos reservados a los pueblos originarios según, no cuántos votan en las listas originarias, sino según su población, viola el precepto de una persona-un voto, resultando (como en la Convención Constitucional) una representación el doble de lo que debería haber tenido, alterando la representación parlamentaria indefinidamente”.

Swaps y riesgo de pago de la deuda de Chile

Los economistas también opinaron sobre un artículo reciente de Bloomberg que indica que ahora la deuda de Chile presenta más riesgo que la de Perú ante los inversionistas internacionales, “por la incertidumbre sobre el resultado de la reciente crisis social y política que ha afectado al país” y “las demandas de un mayor gasto fiscal e impuestos para abordar la desigualdad”.

Al respecto, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, dijo que “más que compararnos con Perú, tenemos que preocuparnos de reducir la incertidumbre, eso es necesario para recuperar la inversión (…) El aumento de incertidumbre se produjo en 2019 en adelante. Al mismo tiempo ocurrió un proceso político”.

Ramos, por su parte, agregó que “no creo que Chile esté con riesgo de no pagar su deuda externa, pues su relación deuda pública/PIB es aún baja. Por cierto, muchos de los cambios constitucionales que señalo dificultan la responsabilidad fiscal pero, para que no pague, queda mucho. Tampoco creo que Chile sea más riesgoso que Perú”.

Para Berríos, en cambio, el análisis de Bloomberg es correcto, a pesar de que “las comparaciones parten en bases diferentes”.

“Sí, es efectivo que el riesgo de Chile ha subido con relación a Perú y eso es por los efectos políticos y porque el mercado está asumiendo que existe un potencial de cambios a futuro que podrían afectar seriamente. Siempre los indicadores de riesgo en incertidumbre insertan estas variables. Chile no había tenido inestabilidad política, social y económica por más de 30 años, por lo que el mercado asumía esa estabilidad, a diferencia de Perú, que si la había tenido. En el caso de Chile, se están asumiendo que esos indicadores están apareciendo”, refiere el economista.

Mientras, Guzmán indica que “la incertidumbre política y económica que está afectando al país está golpeando a los Credit Default Swaps (CDS) del Estado de Chile en todos los tramos de vencimiento, los que se han disparado a máximos desde marzo de 2020″.

“Así, en lo que va de este año, los CDS a dos años en dólares suben un 127% y los a siete,10 y 20 años crecen 61%, 51% y 36% respectivamente. Lo anterior se debería a un mayor riesgo causado por eventos internacionales tales como al temor a una recesión global y a su impacto en el precio del cobre pero, también, a variables internas relacionadas con el plebiscito y la persistente inflación observada.  Además, se debe considerar el aumento de la deuda pública, cuya proyección subió desde un 36% a 44% en 2025″.

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