La crisis entre Rusia y Ucrania, y en las reservas internacionales, hacen que monedas digitales sean una alternativa

Por: María Camila González y Sebastián Montes

Cada vez que hay un momento de crisis, lo primero en que piensan los hogares, inversionistas, países y empresas es en proteger su dinero. En ese orden de ideas, monedas como el dólar aparecen casi siempre como una salida. Pero lo que dicen los expertos y las cifras es que las criptomonedas figuran también como un refugio, e incluso pueden ganar la carrera.

Aunque suene todavía utópico, las criptomonedas pueden ser el lugar más seguro en medio de una tormenta que involucra a los gigantes económicos y políticos como la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia.

“El Bitcoin, y no las criptomonedas, permite a los países tener un activo duro al que recurrir en tiempos de crisis. Como aprendimos del conflicto entre Rusia y Ucrania, solo importa el dinero duro: las reservas de divisas pueden congelarse y quedar inutilizadas”, dijo a Forbes el arquitecto de los bonos Bitcoin y CEO de Pixelmatic, Samson Mow.

Un ejemplo clave para entender este panorama se centra en las naciones europeas, sobre todo aquellas que necesitaban comprar petróleo ruso y que no tuvieron más remedio que pagar en la forma de dinero exigida. Según el experto, el dinero apolítico que no requiere un custodio es de suma importancia y los estados-nación harían bien en adquirir Bitcoin antes de  llegar a necesitarlo.

Eso se traduce en que más países han tenido que decidir si acudir a monedas que no estén en medio del fuego cruzado, como el que se ve en una guerra entre Rusia y Ucrania. Y ahí aparecen actores como el Bitcoin. 

Con esto concuerda el CEO de Doctorminer, Theodoro Toukoumidis, quien aseguró que el Bitcoin no está diseñado para buenos y malos, sino para solucionar un problema: la falta de comunicación financiera que tiene el mundo y los países entre sí. Para él, un paso fundamental para lograr la unificación financiera es a través de una propuesta clave: que todos hablemos el idioma Bitcoin.

Lo cierto es que la fuerza que toman las criptomonedas por la guerra, en especial Bitcoin, es por su función. Si la divisa está sonando y siendo mediática por la guerra entre Rusia y Ucrania es porque está solucionando un problema que va muy ligado a su característica principal, que salió a relucir con el conflicto ruso/ucraniano: la neutralidad. 

“Bitcoin le soluciona un problema a Ucrania a la hora de conseguir donaciones y financiamiento internacional para poder sobrevivir y subsistir, y también le resuelve una dificultad a Rusia, porque permite que el país pueda transar y seguir manteniendo negocios internacionalmente, evitando sanciones a través de la tecnología Bitcoin”, añadió Toukoumidis.

Impacto económico

Antes de profundizar en este tema, es importante hacer un mapeo de la situación actual de las monedas rusa y ucraniana, además de las criptomonedas en general. Si se mira en detalle esta foto, no es descabellado afirmar que la guerra ha dejado su marca.

Según cifras de Investing, el dólar en Rusia arrancó 2022 con un valor de 74,55 rublos. Al cierre de esta edición, el monto se ubicó en 73,12, reflejando una caída de 1,91% en el precio para lo que va corrido del año. 

Para cuando comenzó la guerra en Rusia, específicamente el pasado 24 de febrero, el dólar valía 83,93 rublos, creciendo desde entonces hasta su punto más alto el 7 de marzo, cuando llegó a 142,06 rublos. Para ese momento, la moneda cayó 48,5% hasta el pasado 26 de abril, dos días después de que la guerra cumpliera su segundo mes.

Por el lado de la grivna ucraniana, la moneda arrancó 2022 marcando 27,44 en el precio del dólar, cifra que llegó a 30,25 el pasado 25 de abril. Dos meses antes, justo un día después del inicio de la guerra, el precio de la moneda estadounidense alcanzó 30,05 grivnas. En el transcurso del conflicto ruso/ucraniano se ha valorizado 0,66%, mientras que en el año corrido ha tenido un aumento de 10,24%, de acuerdo con los datos históricos de Investing. 

En cuanto al valor de las criptomonedas, hay que destacar que cayeron a su punto más bajo en lo que va corrido de 2022 el día exacto en el que comenzó la guerra entre Rusia y Ucrania, con un cap market de US$1,59 billones. Para el 1 de enero, la cifra llegaba a US$2,2 billones, mientras que el 25 de abril, dos meses después del inicio de la guerra, marcó US$1,85 billones, según datos de CoinMarketCap.

Pese al panorama que reflejan las cifras, los expertos aconsejan mirar todo con lupa. En primer lugar, Mow destacó que el Bitcoin siempre tendrá cierto grado de volatilidad porque cotiza libremente en un mercado abierto, “quizás el más abierto y libre que haya existido jamás”. 

“Dicho esto, a largo plazo, Bitcoin es el único activo seguro que tenemos en el mundo ¿Qué otro activo puedes almacenar en tu cerebro y luego teletransportarlo por todo el mundo sin depender de ningún intermediario?”, comentó el directivo.

Por su parte, el presidente de Bone Field Wealth, Doug Boneparth, comentó a Forbes que la afectación de las cripto por la guerra entre Rusia y Ucrania es un tema estadístico. “Creo que es difícil decir que hay correlación directa en el conflicto y el precio de las cripto, pero es uno de muchos factores”, agregó. 

Uno de ellos, más dañino aún, es la volatilidad inherente de las cripto, e irónicamente, el conflicto fue solo una de muchas historias sobre cómo estas monedas se vieron impactadas, de acuerdo con el directivo. 

“Los ucranianos dejaron todo atrás y no pudieron conseguir dinero para sobrevivir, y las cripto les dieron esa posibilidad. No estoy convencido de que haya una correlación”, sostuvo.

Panorama a futuro

A pesar de la situación actual, Boneparth se mostró convencido de que las cripto tienen un valor agregado a la hora de realizar transferencias, sobre todo en territorio ruso, duramente golpeado por las sanciones económicas de Occidente. Si bien esto no asegura que haya prevención de un colapso económico, sí otorga una certeza de que los rusos usan cripto. 

“No sé si las cripto tengan valor suficiente para prevenir el colapso, pero si estoy seguro de que aún no hay suficiente volumen para lograrlo (…) Creo que estamos en los días más tempranos de su adopción, y los factores geopolíticos pueden impactar en los precios. Más importante aún, la volatilidad muestra que tan poderosas son y qué tanto tiempo puede tomar para que las cripto puedan adaptarse a una perspectiva global”, explicó.

Con esto en mente, es especulativo vaticinar cuándo se pueden adaptar estas monedas a la volatilidad del entorno geopolítico, sobre todo si se tiene en cuenta que hay mínimos de 10 años de inversión en cripto, entonces puede que no sea tan pronto. 

Lo que sí se ve es una demanda global de descentralizar las monedas y que no sean controladas por una organización central o cualquier gobierno, ligado a su vez a la posibilidad que no haya manipulación en esa moneda. Eso viene principalmente de la gente, más no desde los gobiernos. 

“Tiene que ver con la gente de esos países y lo que quieren, y la demanda viene de ellos. Algunos se adaptan y otros no. Unos países no tienen la infraestructura, y otros permiten esa infraestructura. Por eso se ve la demanda”, subrayó Boneparth.

Por otro lado, Toukoumidis explicó que el Bitcoin toma fuerza como activo de valor gracias a los ciudadanos ucranianos ante el impacto de la guerra en su moneda. Esto provocaría que el inversor ucraniano pueda buscar un commodity o un activo financiero en el cual pueda refugiar su capital para que, en vez de depreciarse, se aprecie con el tiempo. 

“No hay nada más inteligente que refugiar tus activos en un activo como el Bitcoin, que es escaso y limitado, con un inventario que llega a 21 millones. Esto hace que tenga un efecto deflacionario que lo convierte en un atractivo clave para los ucranianos ante un eventual problema financiero que tenga el país”, concluyó.

No se puede negar que la guerra puede ir para largo, y es vital que los ciudadanos echen mano de toda herramienta económica que tengan a la mano para paliar los efectos de una crisis que está golpeando a todos, y en particular, a los rusos y ucranianos con especial dureza. Esto se hace más evidente aún con múltiples especulaciones financieras a la orden del día que obligan a buscar un lugar seguro, incluso en aquellos lugares más insospechados.

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