Las ventas reales de comida de servicio rápido registraron una caída de 10,6% real en el primer trimestre de 2021, según el indicador que elabora el Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CNC).

Si el escenario para las empresas de comida rápida había sido difícil durante los últimos meses del 2019, cuando en Chile estalló la crisis social y fueron destruidos varios de los locales en los principales centros del país, los efectos de la pandemia han venido a reforzarlo, tras restricciones de confinamiento y no al no poder operar en un 100%.

Esto, porque las ventas reales de comida de servicio rápido registraron una caída de 10,6% real en el primer trimestre de 2021, según el indicador que elabora el Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (CNC).

Con respecto a las ventas en enero y febrero, estas marcan fuertes bajas reales anuales de 22,9% y 21,4% cada uno. No obstante, en marzo se observa un alza real anual de 29,4%, influido por una baja base de comparación al haber caído 41,7% en marzo de 2020.

“Las ventas de comida de servicio rápido siguen siendo uno de los rubros más afectados durante esta pandemia, las restricciones al no poder operar en un 100% han afectado fuertemente al sector y claramente el delivery no alcanza para cubrir las grandes pérdidas”, dice la gerente de Estudios de la CNC, Bernardita Silva.

La pandemia y la crisis social en Chile continúan golpeando las ventas de comida rápida

“Durante el primer trimestre de este año la caída en las ventas fue más fuerte en regiones, con una baja real anual de 25,8%, dado el menor flujo de clientes producto de la pandemia durante enero y febrero, meses donde el número de transacciones cayeron un 57% al comparar con igual meses de 2020″, agrega Silva.

El consumo promedio por boleta (expresado en pesos de marzo 2021), influido por el confinamiento y el cambio en la conducta de los consumidores, primando una compra más familiar o grupal, en vez de individual, alcanzó un valor de 6.452 pesos chilenos en el primer trimestre de 2020, lo que significa un alza de 29,5% real respecto a igual período de 2020 y una baja de 4,9% respecto al trimestre anterior.

“Los actores de industria han cumplido con todos los protocolos establecidos para asegurar un consumo seguro en sus locales y lo que más necesitan hoy es que los dejen operar”.

Bernardita Silva, gerente de estudios de la cámara nacional de comercio.

En la Región Metropolitana, el consumo promedio por boleta durante el primer trimestre de este año fue de 6.688 pesos chilenos experimentando, un alza de 30,2% real anual y una baja de 5,1% respecto al último cuarto del año pasado. Por su parte, en regiones el consumo promedio durante el mismo período alcanzó los 6.215 pesos chilenos, creciendo un 28,7% real anual y cayendo un 4,6% trimestral.

Dado el contexto, Silva enfatiza que se necesitan medidas y acciones especiales para ayudar a este sector.

“Muchos de los locales de servicio de comida rápida se encuentran dentro de los malls, por lo que en fase dos (del Plan Paso a Paso de desconfinamiento) no pueden abrir al no contar con una terraza. Sin embargo, el poder vender sólo para llevar, donde el delivery ya implica un costo adicional para el operador y consumidor, más el cierre temprano de los centros comerciales que implica perder un turno completo de venta, hace que la situación sea insostenible”, señala Silva.

Una encuesta realizada en abril por el mismo centro de estudios de la CNC, detalla que un 29% de los actores del sector se encontraban cerrados y un 34% operando bajo el 20% de su capacidad.

“Los actores de industria han cumplido con todos los protocolos establecidos para asegurar un consumo seguro en sus locales y lo que más necesitan hoy es que los dejen operar“, concluye.