Latinoamérica es la región del mundo con la mayor adopción de trabajo híbrido y menor uso del trabajo 100% remoto.
El presente del trabajo en Latinoamérica es híbrido y diverso. Antes de la pandemia, dos de cada tres personas asistían a la oficina cinco días por semana. Ahora sólo una de cada cinco. En contraste, la participación del trabajo híbrido se triplicó. Así lo señala el estudio sobre esquemas de trabajo en Latinoamérica de la firma multinacional JLL en la que se tomaron datos e información de cerca de 300 empresas en 13 países de Latinoamérica.
De acuerdo con el informe, Latinoamérica es la región con menor adopción del trabajo remoto, con solo 10%, y mayor penetración de trabajo híbrido, con 72%. Las empresas que participaron señalaron que el trabajo híbrido ha traído desafíos culturales y de medición y, al contrario de lo que se podría pensar, la productividad no sobresale entre las principales preocupaciones.
La muestra contiene empresas de diversos sectores económicos. Los más representativos son servicios financieros y seguros (17%), tecnología y telecomunicaciones (16%) industria, manufacturera y logística (12%), construcción y bienes raíces (9%) y consultoría y servicios profesionales (9%).
A nivel de sectores, las transiciones más pronunciadas hacia mayor flexibilidad se aprecian en las empresas de tecnología, consultoría y servicios profesionales y bienes de consumo. En contraste, las transiciones fueron menos pronunciadas para empresas de construcción y bienes raíces, ciencias de la salud y manufactura y logística.
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EL ESQUEMA HÍBRIDO
El esquema híbrido más popular, usado por 29% de las empresas, se compone de dos días presenciales y tres remotos. Este modelo es particularmente popular entre empresas con más de 750 empleados, multinacionales y compañías de los sectores financiero y seguros y de tecnología y telecomunicaciones.
Brasil es el país de la región que sobresale con esta modalidad con el 45% de empresas.
El segundo esquema híbrido más usado consiste en dos días remotos y tres presenciales, con 18% de las respuestas totales. El tipo de empresas con mayor adopción de este esquema es similar al del modelo híbrido mencionado previamente: compañías con más de 750 empleados, multinacionales, y en su mayoría de los sectores financiero y seguros y manufacturero y logístico.
Estos dos esquemas, que antes de la pandemia tenían un tercio de participación en el espectro híbrido, duplicaron su relevancia, superando por un amplio margen al esquema híbrido más popular hace cuatro años: un día remoto a la semana.
Aunque los esquemas híbridos más populares sugieren una menor ocupación promedio del espacio de oficinas, implican un reto en cuanto a la gestión de los días de mayor asistencia, teniendo en cuenta que típicamente martes, miércoles y jueves son los días preferidos por la mayoría de los empleados a escala global.
LA MITAD DE LAS EMPRESAS AÚN NO ENCUENTRA LA FÓRMULA
El 3% de estas empresas migrará hacia un esquema más remoto, mientras que el 12% incorporarán más días de trabajo presencial. El 70% de este último grupo está compuesto por empresas que actualmente operan bajo esquemas híbridos con dos o tres días de trabajo remoto.
Por otro lado, la proporción de empresas que no planean migrar a otro esquema es mayor en los extremos del espectro presencialhíbrido-remoto. El 63% de las empresas que asisten a la oficina todos los días de la semana no planean cambiar su esquema, mientras que dicha proporción es del 64% en compañías que operan 100% remoto.
El alto grado de incertidumbre sobre los esquemas de trabajo resalta la dificultad para estimar la demanda futura por oficinas. “Hasta el momento, ha primado la cautela entre los desarrolladores e
inversionistas en los principales mercados de oficinas de la región, como se aprecia en la caída en el ritmo de producción de nuevo inventario, la disminución del volumen transaccional y el incremento en las tasas de capitalización para este tipo de activo”, señala el estudio.
Un incremento en la asistencia a la oficina, y por ende mayor ocupación promedio, podría impulsar la demanda por espacios, especialmente en los edificios más atractivos de cada mercado: ante un nuevo paradigma en que los incentivos para la asistencia la oficina son pieza clave de las políticas, la calidad y ubicación de los espacios cobra mayor relevancia, indican.
