China habla de una 'traición' de EE.UU. por la visita de Nancy Pelosi a Taiwán
La presidenta de la Cámara de Representantes de EE.UU., Nancy Pelosi, aterrizó este martes por la noche en Taiwán en la primera visita de este tipo desde 1997, a pesar de advertencias de China de que no lo hiciera y un despliegue militar en el estrecho de Formosa que ha sido comparado con la Crisis de los Misiles en Cuba.
Al aterrizar, la congresista envió un mensaje por Twitter en el que afirmó que “Estados Unidos se opone a esfuerzos unilaterales para cambiar el statu quo” de la isla, que China considera una provincia rebelde, pero que su visita “honra el compromiso inquebrantable” de EE.UU. “con el apoyo a la vibrante democracia de Taiwán”.
Agregó que las conversaciones que mantendrá con líderes taiwaneses “promueven nuestros intereses compartidos, incluyendo el avance de una región indo-pacífica libre y abierta”.
Sin embargo, en China, el diario Global Times, instrumento de propaganda del régimen chino, en un comentario publicado en Twitter este martes sostuvo que la visita “es la versión del Estrecho de Taiwán (también llamado de Formosa) de la Crisis de los Misiles en Cuba. Estados Unidos es el provocador”.
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Para el medio chino, la llegada de Pelosi es equiparable al conflicto diplomático entre EE.UU., Cuba y la Unión Soviética de octubre de 1962, uno de los máximos momentos de tensión de la Guerra Fría.
Pelosi aterrizó en el aeropuerto de Songshan, en Taipei, a bordo de un avión de la Fuerzas Aérea de EE.UU.
En un alarde de fuerza, Pekín, que reclama la soberanía de Taiwán y no descarta invadir la isla, envió a un buque destructor del Ejército chino a unos 80 kilómetros de las costas de la isla de Lanyu, al sureste de Taiwán, según la agencia de noticias isleña, CNA.
El destructor, detectado la mañana del martes, tiene un radio de vigilancia de 380 kilómetros a nivel del mar y de hasta 560 kilómetros si monitorea el espacio aéreo a su alrededor.
Mientras, los dos portaaviones de la Armada china se encuentran fuera de sus bases y llevan horas navegando ante la llegada de la alta responsable de EE.UU., que mantiene una posición ambigua sobre si defendería a Taiwán en caso de ser atacado por China, uno de los mayores escollos de la relación Pekín-Washington.
A su vez, la Administración de Seguridad Marítima de China anunció el cierre de áreas marítimas por maniobras militares en el mar de China Meridional y en el mar de Bohai (norte), que en conjunto se prolongarán hasta el 6 de agosto.
Un despliegue militar en línea con la advertencia de China de que responderá con “contundencia” a la visita de Pelosi, que pondría a prueba las tensas relaciones entre las primeras economías mundiales después de que sus presidentes, Joe Biden y Xi Jinping, trataran de limar asperezas en una videollamada la pasada semana.
Taiwán en estado de alarma

Por su parte, el Ejército de Taiwán —de quien EE.UU. es el principal suministrador de armas— elevó su estado de alerta y el Ejército ha incrementado su preparación de combate, según la agencia CNA.
El diario taiwanés Liberty Times publica, además, que el Ejército de Taiwán envió ocho cazas Mirage-2000 para que se sumen a los cuatro que ya están estacionados en la base aérea de Taitung, al este de Taiwán, mientras el Gobierno de Taiwán ha mantenido silencio sobre la visita.
Asimismo, cuatro buques de guerra de Estados Unidos, incluyendo el portaaviones USS Ronald Reagan, se encuentran posicionados en aguas al este de Taiwán, según publicó hoy el diario hongkonés South China Morning Post.
La controvertida visita de Pelosi elevó la tensión entre China y EE.UU., que ya atravesaban uno de los peores periodos de sus relaciones en décadas, y el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, condenó hoy la “deplorable traición” de Washington.
“El principio de ‘una sola China’ es un consenso de la comunidad internacional” y la “base política de las relaciones de China con otros países”, remarcó el Canciller, quien recordó que se trata de una “línea roja” para el gigante asiático.
Según el jefe de la diplomacia china, varias personas en Estados Unidos “están desafiando la soberanía de China en el tema de Taiwán”, algo que “nunca será aceptado por el pueblo chino”.
China reclama la soberanía sobre la isla y considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.
Estados Unidos no mantiene relaciones oficiales con Taiwán, condición sine qua non de China para establecerlas con terceros, pero es el principal suministrador de armas de Taiwán y sería su mayor aliado en caso de conflicto bélico con el gigante asiático.
El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, subrayó, mientras, el estatus “independiente” de la Cámara de los Representantes para disociar la visita de Pelosi —segunda en la línea de sucesión de Biden— del Gobierno estadounidense, algo que no ha convencido a Pekín.
“Si la tercera persona más importante en el Gobierno de Estados Unidos llega a Taiwán en un avión militar”, su visita “en ningún modo será no oficial”, advirtió la portavoz de Exteriores china, Hua Chunying, afirmando que la isla autogobernada y democrática se enfrentaría a “consecuencias desastrosas”.