La fundición Ventanas es una de 16 industrias tóxicas que operan en medio de áreas pobladas

Los trabajadores de la minera estatal chilena Codelco, la mayor productora de cobre del mundo, iniciaron un paro nacional este miércoles por la mañana en protesta por la decisión del Gobierno de cerrar una fundición de cobre que opera en una contaminada zona conocida como el “Chernobyl chileno”.

Las operaciones de la fundición de la División Ventanas —donde también opera una refinería de cobre— están paralizadas desde el pasado 6 de junio tras una serie de eventos tóxicos que afectaron a más de un centenar de personas, la mayoría menores de edad, residentes en la bahía de Quintero-Puchuncaví, a unos 100 km al noroeste de Santiago.

Un nuevo repunte de las cantidades de gases tóxicos emitidas a la atmósfera por esta y otras 15 fábricas que se acumulan en este “zona de sacrificio” —áreas donde existe una alta concentración industrial cercana a zonas pobladas— causó hace más de dos semanas casos de vómitos, mareos, dolores de cabeza, picor en ojos y garganta y otras patologías a 150 personas, obligó a cerrar las escuelas y a declarar una emergencia ambiental.

Codelco decidió entonces suspender las labores en su fundición pero negó responsabilidad en el evento y dijo que al momento de registrarse el mismo operaba con emisiones dentro de los parámetros permitidos.

Inversiones en mejoras no eliminarán contaminación

El viernes pasado, sin embargo, la estatal del cobre anunció que cerraría definitivamente la fundición porque la planta “está localizada dentro de un complejo industrial, minero, energético y portuario cuyas condiciones ambientales han causado incidentes que afectan, especialmente, a niños y niñas de escuelas y jardines infantiles, así como a adultos mayores”.

La empresa agregó que una potencial inversión de US$ 54 millones para aumentar la captación de gases de la planta “no es garantía de que no se produzcan nuevos episodios de contaminación, debido a la crisis socioambiental del polo industrial, el riesgo de nuevos peaks y las condiciones atmosféricas de la zona”.

Por su parte, el presidente de Codelco, Máximo Pacheco, agregó que la decisión se hizo tomando en cuenta que como corporación estatal la empresa tiene un “compromiso con el bien común y la protección del medio ambiente y las comunidades, así como con la producción responsable que nos exigen nuestros clientes e inversionistas financieros”.

El cierre de la fundición, aseguró el presidente de Chile, Gabriel Boric, no afectará los trabajos de los más de 700 empleados y contratistas de Codelco en la planta, quienes tienen sus puestos “asegurados en otras divisiones de la empresa, en las mismas condiciones que tienen actualmente, sin menoscabo alguno”.

El desmantelamiento de la planta, agregó Boric, tardará unos cinco años.

Trabajadores del cobre resisten el cierre

Sin embargo, las promesas del Gobierno no fueron bien recibidas por los sindicatos de trabajadores del cobre, quienes sostienen que detrás del cierre hay un plan de privatización de las operaciones de Codelco y reclaman inversiones en mejoras a la planta en lugar de su cierre.

“Hoy, las fundiciones del Estado, por no tener inversiones, están en riesgo de desaparecer. Ahora el Gobierno del Presidente Boric anuncia el cierre de Fundición Ventanas, mañana serán las demás fundiciones de Codelco”, expresó en un comunicado la Federación de Trabajadores del Cobre (FTC), que convocó al paro nacional en nombre de 126 dirigentes sindicales del sector.

El presidente de la FTC, Amador Pantoja, aseguró que la paralización, que debe comenzar el miércoles por la mañana, cuenta con la aprobación de más de 50.000 trabajadores y con el respaldo de portuarios y contratistas.

“El Gobierno y Codelco nos empujan a hacer esta paralización. Vamos a seguir insistiendo en que el cierre de Ventanas es un error. El problema en esta zona de sacrificio no es solo por nosotros. No somos los únicos, hay 17 o 18 empresas más”, aseguró a medios locales.

“El anuncio que dio el presidente Boric obviamente no nos parece correcto, y eso es la movilización que vamos a hacer a nivel nacional junto a la federación de los trabajadores del cobre”, agregó Antonio Licuime, secretario del Sindicato Turnados Codelco-Ventanas.

“Vamos a estar toda la semana con manifestaciones afuera de fundición Ventanas y haciendo sentir nuestro malestar por el cierre de nuestra planta”, precisó el trabajador.

Las acusaciones de privatización fueron rechazadas por la portavoz del Gobierno, Camila Vallejo, quien afirmó que “creemos en la empresa pública, en su fortalecimiento y desarrollo estratégico”.

“Se tienen que crear fundiciones en lugares sin saturación y mejores condiciones de ventilación”, dijo, antes de insistir en que el objetivo del cierre es cuidar a los ciudadanos y eliminar el riesgo de que se produzcan nuevos picos de contaminación.

“Durante mucho tiempo hemos funcionado con estándares bajos, bajo los de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y uno de los desafíos (…) es mejorar esos estándares iniciando un proceso de descarbonización, pero también de reducción de gases por parte de la industria y las empresas del Estado tienen que ser un ejemplo”, reiteró.

División Ventanas, de Codelco. FOTO: Codelco

En cuanto las demás industrias contaminantes que operan en la zona, el anterior gobierno de Sebastián Piñera se había comprometido al cierre adelantado de cuatro centrales energéticas a carbón para 2025, dos de ellas localizadas en el sector de Puchuncaví, en el marco de un plan gubernamental para clausurar todas las centrales de carbón para 2040.

Una instalación inviable

Según datos proporcionados por el Gobierno a la prensa local, desde 2005 Codelco ha invertido cerca US$ 156 millones para cumplir las distintas normativas medioambientales, dinero que no ha servido para frenar las emisiones.

Los cálculos del Gobierno apuntan a que se necesitarían más de US$ 1.150 millones para ajustarse a los estándares internacionales.

Por su parte, el independiente Centro de Estudios del Cobre y la Minería (Cesco) sostuvo que la polémica fundición ya no es viable y recordó que “ya en octubre de 2019 se iba a anunciar el cierre de la fundición, coincidiendo con la COP25 y la visita a Chile de la activista ambiental Greta Thunberg. La revuelta social y los sucesos posteriores sepultaron esta decisión”.

En un comunicado de prensa el Cesco explicó que “al ser la fundición de Ventanas muy antigua y pequeña, difícilmente podrá con inversiones razonables resolver la contaminación … en definitiva, ni por el lado ambiental ni por las pérdidas económicas la fundición tiene viabilidad”.

La solución, agregó el Cesco, pasa por la construcción de una nueva planta con altos estándares ambientales de nivel mundial.

Por su parte, la organización ambiental Greenpeace aplaudió el anuncio del cierre y su director nacional, Matías Asun, dijo que “esperamos sea el comienzo del fin de una de las peores fuentes de contaminación de nuestra historia”.

“El siguiente paso lógico en la zona es avanzar en el cierre de las otras fuentes de contaminación, como en el caso de Enap, las termoeléctricas a carbón de AES Andes, las propias operaciones adicionales de la División Ventanas y las actividades de Oxiquim. El polo industrial de Quintero y Puchuncaví incluye a 16 empresas de alto riesgo que en múltiples ocasiones han sido investigadas y sancionadas sin resultados”, agregó Asun.

Chile aglutina el 28% de la producción mundial de cobre y en el país operan gigantes como BHP, Anglo American y Antofagasta Minerals.

La minería, que representa cerca del 10 % del producto interno bruto (PIB) nacional, está jugando un papel fundamental en la recuperación económica del país tras la pandemia.

Según datos de los sindicatos y agrupaciones de trabajadores, el paro nacional podría suponer pérdidas diarias por valor de 250 millones de dólares.

FORBES STAFF / AGENCIAS