Siempre, sin importar la situación y las consecuencias, se debe promover la cultura de la transparencia dentro de la organización. ¿Por qué? Le contamos.

Uno de los mentores más importantes que he tenido, el managing Director de InQlab, me enseñó hace 5 años una de las virtudes corporativas más importantes en mi carrera como emprendedor: Hacer los problemas visibles.

Recuerdo que, en una reunión, cuando le pregunté por el consejo más importante que me podía dar para manejar a mi equipo me dijo: “Siempre, sin importar la situación y las consecuencias, se debe promover una cultura de transparencia. Hacer los problemas visibles es lo más importante. Cuando algo falla, es importante saber qué pasó, de quién es la culpa y cómo sucedieron los hechos, para poder encontrar rápidamente la solución”.

En la vida uno recibe muchos consejos, pero particularmente ese me marcó, sobretodo porque puesto en práctica me ha traído muchos beneficios y aunque todavía no tengo un unicornio, me ha permitido construir equipos memorables.

En las startups, es muy importante poder fallar rápido y barato, como comúnmente se oye. Para poder hacer esto, es necesario saber cuándo se falla y en qué se falla. Por eso, hacer los problemas visibles se vuelve tan importante. Si los problemas no se hacen visibles y no se le enseña a las personas a levantar la mano y asumir la culpa cuando fallan, no se puede fallar rápido y barato. Y no solo en los startups es importante esto. Aplica a cualquier tipo de equipo sin importar el tamaño.

Entre más transparencia haya, mejores son los canales de comunicación y menos efecto teléfono roto hay. Cuando la gente tiene miedo a fallar, a equivocarse y peor aún, a asumir culpas y adueñarse de los errores, se tiende a entorpecer la comunicación y los procesos se alargan. La cultura latina en específico tiene mucho miedo a fallar y asumir responsabilidad. Lo ven como un tipo de castigo y por lo tanto las organizaciones no tienen transparencia, se ocultan cosas y todo esto termina en corrupción eventualmente. Cada persona persiguiendo sus propios intereses porque el grupo no es capaz de cumplir colectivamente con los intereses de todos.

Esconder información negativa del equipo, no hace al equipo sentirse mejor, al revés, los hace estar más ansiosos porque existe mayor incertidumbre. Los miembros de un equipo nunca darán el primer paso hacia la transparencia radical. Esto lo tiene que sembrar el líder y el primer paso es hablar abiertamente de todo, especialmente de los problemas.

Es curioso porque una gran cantidad de accidentes aéreos se generan no por fallas mecánicas, sino por falta de comunicación clara entre los pilotos y los equipos de control. Es por esto, que uno de los módulos importantes en la formación de los pilotos es la comunicación en tiempos de crisis. Una compañía, en cierto modo, es un avión que está volando, tiene los motores dañados y cuya tripulación está haciendo lo imposible por arreglarlos antes de explotarse contra el piso. Sus fundadores y líderes, como los pilotos, tienen que aprender a comunicarse clara y transparentemente, no dejando en secreto nada.

Entablar canales de comunicación abiertos y transparentes hace que el equipo goce de gran conforty les permite sacar a relucir todos sus talentos. El factor miedo a equivocarse o a hacer algo estúpido se elimina, y cuando uno logra quitarle el miedo y la ansiedad a la gente, cosas mágicas comienzan a pasar.

Hay dos categorías de información que generalmente las compañías no comparten abiertamente:

  1. Compensación
  2. Evaluaciones de desempeño

La creencia común es que compartir este tipo de información general debates calientes, comparaciones innecesarias e incluso vergüenza entre los miembros de un equipo. Pero ¿qué tal si esto solo fuera parte de nuestro imaginario? ¿Qué tal si compartir todo en efecto aporta al crecimiento de todos en el equipo?  Mi apuesta es que si. Se eliminarían los chismes de pasillo de quién gana más o quién gana menos. A quién le fue mal en su evaluación y quién va a ser promovido.

Al quitar ese ruido y hacerlo de dominio público, se eliminan ese tipo de distracciones y las personas se enfocan en lo que realmente importa: los resultados, y cómo yo puedo ser mejor para alcanzar las metas que me he puesto con mis jefes.

Así mismo, conocer como equipo donde están las fallas de cada uno de sus miembros, les permite generar empatía y espacios de colaboración. Al ver a un miembro de equipo quedado, los demás tratarán de ayudarle. Al conocer salarios abiertamente, ya no habrá envidias, sino la pregunta será frentera, ¿por qué esta persona gana más y cómo puedo yo llegar a ese nivel? Si el líder tiene los puntos claros de qué hay que hacer para pasar de banda salarial, lo que se generará es una cultura de gamification en la cual las personas comenzarán a jugar el juego de llegar a sus bandas salariales deseadas y el resultado será, cumplimiento de objetivos y eficiencia.

Como siempre, no me crean nada, sino pónganlo a prueba. Habrá muchos que estén en desacuerdo conmigo y me encantaría poder discutirlo. Al fin y al cabo no me creo el dueño de la verdad y me mantengo con mentalidad de principiante siempre.

Si me preguntan cómo hacer que un equipo se desempeñe mejor uno de los mejores consejos que puedo darles es generar una cultura no solo donde los problemas se hacen visibles, sino donde todo se hace visible. Cultura 100 % transparente. Sean transparentes en todo lo que hacen y esto le dará al equipo mucha más velocidad de reacción ante cualquier contra tiempo al eliminar los misterios, ambigüedades y los hará enfocarse donde importa.

Contacto:
LinkedIn: Julián Torres*
Twitter: @juliantorresgo
*El autor es administrador de empresas de la Universidad de los Andes. Es cofundador de Fitpal y Ontop, una plataforma que le permite a las empresas contratar globalmente de forma legal y rápida.

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