El 2021 ha sido un año particularmente seco, pero la disminución de las precipitaciones y la nieve en la Cordillera se viene produciendo desde hace una década.
Las montañas de la Cordillera de los Andes, que atraen a miles de esquiadores a Sudamérica, enfrentan este año la mayor sequía en una década por el calentamiento global, que está afectando también el abastecimiento de agua y la masa de los glaciares, dijeron científicos.
El 2021 ha sido un año particularmente seco, pero la disminución de las precipitaciones y la nieve en la Cordillera se viene produciendo desde hace una década.
“Aquí se está viendo un proceso de disminución de la precipitación de largo plazo, esta mega sequía, y en el cual en particular el año que estamos viviendo, el año 2021, sin duda, es un año extremadamente seco”, dijo a Reuters Ricardo Villalba, doctor en Geociencias e investigador principal del CONICET-IANIGLA de Argentina.
“Si uno mira la precipitación (…) en este momento en toda la Cordillera esos valores muestran que no ha nevado o que ha nevado muy poco”, agregó.
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Después de estar cerrados por la pandemia de coronavirus, los centros de esquí situados en la sección de la cordillera que separa a Argentina de Chile atrajeron a un buen caudal de turistas, pero han tenido que mover nieve hacia sitios accesibles para esquiar y recurrir a la nieve artificial.
Un aviso del futuro
Los datos corresponden a los caudales de los ríos que mide la subsecretaría de Recursos Hídricos y de la nieve que evalúa el Departamento General de Irrigación de Argentina.
Según Villalba, estos 10 años de sequía serían un reflejo posible del clima futuro para la región.
“El desafío está en ser más eficientes en el uso del agua de la Cordillera, porque esa es la base de nuestro desarrollo y la que representa un porcentaje muy alto de la que usamos para el sistema de riego”, afirmó el científico.
Este fenómeno impacta también en los glaciares de la Cordillera, que durante la década 2000-2010 estuvieron estables e incluso ganaron algo de masa, pero comenzaron a retroceder a partir de ese momento.
“Desde que se inicia este proceso de mega sequía, los balances de los glaciares son negativos y están en un proceso de retracción muy fuerte, mucho más acelerado que lo que conocíamos anteriormente”, dijo Villalba.
“Esto está pasando lamentablemente en todos los glaciares de la Cordillera, inclusive se ve prácticamente desde Perú, desde Cordillera Blanca, y esto sí está fuertemente asociado al proceso de calentamiento global que está afectando todo el planeta”, explicó.
Amenaza a los suministros de agua
En Santiago, el mes de julio, que se supone sea el más frío del invierno, concluyó con temperaturas máximas de hasta 27 grados y fue el más cálido desde que se tienen registros, acentuado por un grave déficit de lluvias en todo el país que llevó los expertos a hablar de “emergencia climática”.
El ministro de Obras Públicas chileno, Alfredo Moreno, aseguró que a pesar de la sequía el abastecimiento de agua potable para las ciudades está garantizado y que la población puede tener “cierta tranquilidad”, aunque el déficit de lluvias pone a la producción agrícola en un escenario complejo.
“Por las altas temperaturas tenemos además mucha menos nieve (…) que es donde guardamos el agua para poder usarla tras los derretimientos de primavera y verano, y los embalses de riego están muy bajos en la zona centro-norte”, explicó.
El grave déficit de nieve, superior al 85 %, se extiende desde la región de Atacama, en la zona norte, hasta la región del Ñuble, en la parte centro-sur del país.
FORBES STAFF / AGENCIAS