El director ejecutivo de Plastic Oceans Chile habló con Forbes tras el Diálogo Nacional Multisectorial

El pasado 13 de enero, Chile fue sede de la reunión de más de 100 personas del sector privado, la sociedad civil, academia y ciencia, para levantar información y contribuir a los primeros cimientos del futuro Tratado Internacional de Residuos Marinos Plásticos.

De existir un nuevo tratado sobre contaminación plástica, éste proveerá de un marco para construir mecanismos institucionales y capacidades significativas para mejorar la coordinación internacional y la cooperación para resolver esta crisis.

Esta iniciativa se suma a hitos como la carta de plásticos oceánicos de Canadá y Japón, de 2018 y 2019, respectivamente.

En esa línea, el director ejecutivo de Plastic Oceans Chile, Mark Minneboo señaló a Forbes que “lamentablemente la contaminación que genera el plástico cuando no está bien usado, o cuando termina en el medioambiente, es un tema bien complejo que no tiene una solución simple. Armamos una jornada donde llevamos a los asistentes desde un contexto global al contexto nacional, con espacios para expresar posiciones opuestas. Como dice nuestro aliado global: ‘la tensión genera progreso'”.

La producción global de plástico superó los 450 millones de toneladas métricas en 2018 y se proyecta que se triplicará al 2050. Un tercio de los plásticos es desechado en el medio ambiente y más 150 millones de toneladas métricas ya se han acumulado en el océano desde los años cincuenta. 

“Actualmente, 137 países cuentan con regulaciones del plástico de un solo uso, como es el caso de Chile. En los últimos 5 años, el número de países que regulan los plásticos de un solo uso se ha duplicado, siendo una positiva señal. No obstante, las decisiones legislativas que corresponden al Estado son solo una arista de un problema multifactorial que requiere acciones de otros actores de la sociedad, como son la industria, la academia, la ciencia y la sociedad civil organizada”, recalca Minneboo.

Diálogo Nacional

Durante la primera jornada de diálogo explicaron el proceso de cómo se genera un tratado internacional, con el apoyo del enviado especial por los océanos del Secretario General de la ONU, Peter Thomson, y el jefe de la oficina de economía circular del Ministerio de Medio Ambiente, Guillermo González.

También con la presencia de expertos nacionales, expusieron sobre la producción e importación de plástico, fibras sintéticas en textiles, microplásticos añadidos a productos de belleza, plásticos y la salud humana, sistemas innovadores de refill y la Ley REP entre otros.

Esa introducción formó la base para luego separarse en grupos multisectoriales para responder a preguntas como: “¿Cuáles podrían ser las implicancias para usted o su organización como resultado de este tratado? ¿Por qué?”.

“Aunque no podemos sacar conclusiones aún, lo haremos después de terminar la segunda jornada en marzo. Pese a ello, se mencionó recurrentemente la fragmentación de regulaciones e iniciativas actuales, la demonización y sobre-simplificación del problema, y la necesidad de una colaboración multisectorial”, añadió Minneboo. “Es urgente que cambiemos nuestra relación con este material y cómo lo usamos. Alcanzar una economía circular del plástico es crucial para aprovechar mejor las materias primas, reducir la basura, atender el cambio climático y la pérdida de biodiversidad”.

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