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Nuevo año y la expectativa está en la agilidad en las licencias para energías renovables

Hay que darle paso al dinamismo en el desarrollo de proyectos de energía renovable

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Nuevo año y la expectativa está en la agilidad en las licencias para energías renovables
Hay que darle paso al dinamismo en el desarrollo de proyectos de energía renovable

Por: Leonardo Euler

Imaginar un Chile carbono neutral y exportador energético es algo que motiva, ilusiona e inspira. Más aún en un contexto en que la actual crisis energética global nos enseña una lección importante: las energías renovables son la clave para asegurar la seguridad e independencia energética y la descarbonización a largo plazo.

Sin embargo, esta favorable perspectiva está acompañada de desafíos. Nos solicitan aumentar la generación de energía a volúmenes que no tienen precedentes. Nos exigen acelerar el desarrollo en materia de electrificación de nuevos segmentos, en pos de cumplir con la Estrategia Nacional de Electromovilidad, que establece que al 2035, solo se venderán autos eléctricos —tanto livianos como de transporte público (buses, taxis y colectivos)— y al 2040 tendrán que cerrar todas las centrales a carbón, grandes responsables del cúmulo de gases de efecto invernadero.

Por lo tanto, para cumplir esos requerimientos y para ir mucho allá de los planes ambiciosos en materia de energía renovable, necesitamos entrar en acción. Si seguimos aumentando la generación de energía a la velocidad actual, difícilmente se podrán cumplir dichas metas. Hay que apresurar el desarrollo y la puesta en marcha de proyectos renovables lo más pronto posible y, de esta forma, lograr escalabilidad.

Chile es un país privilegiado geográficamente y con amplios recursos naturales, principalmente en Magallanes, con condiciones de entregar energía eólica a giga-escala. No
obstante, las demoras en la emisión de permisos y licencias nos impiden ser líderes mundiales en generación renovable. Y para desbloquear el potencial de las energías renovables, los gobiernos deben apoyar un desarrollo de proyectos más rápido, lo que requiere superar largos procedimientos de permisos.

¿Qué ocurre con los permisos? El tiempo de tramitación suele ser un periodo para cultivar
la paciencia. Dependiendo del proyecto, los trámites pueden durar entre 12 y 18 meses, pero si se trata de uno grande, se debe esperar entre 18 y 24 meses. En el caso de Latinoamérica, por el contrario, en países activos en proyectos renovables, como Brasil y Argentina, los plazos se disminuyen a la mitad.

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Y suma y sigue, por ejemplo, con una serie de requisitos que cumplir por ley en lo que concierne el transporte. Entre ellos, incluido en la Ley de Seguridad Vial, es la obligación que
transportemos los componentes de los aerogeneradores con escoltas de carabineros. Sin
embargo, se trata de un recurso escaso y que, por lo tanto, su disponibilidad es muy baja, lo cual retrasa todavía más la logística terrestre de cualquier proyecto.

En el caso del hidrógeno verde, donde la energía eólica es clave, hay una competencia feroz por la primera molécula, por lo que el inversionista se plantea el invertir en Chile con sus plazos o en otro mercado, que, aunque no tenga los vientos potentes que acá se encuentran, sí tienen reglas claras para cumplir en tiempo y forma los proyectos, sin que estos se dilaten
indefinidamente.

Evitar este tipo de dudas es fundamental. Hay una competencia por recursos, no solo de
capital, y no se puede perder esta oportunidad. Chile puede y debe ser protagonista del desarrollo energético en la región.

La energía de origen renovable es el camino para economías más sustentables, con mayor autonomía energética, con compromiso medioambiental sólido y con la meta de construir un
futuro mejor para las nuevas generaciones. Por eso, hay que dejar de lado a la burocracia para darle paso al dinamismo y así concretar los proyectos que llevaran al país a la producción en escala de energía y lograr, también, la exportación de la misma.

A la fecha, la industria energética ha tenido diálogos constructivos con las autoridades para generar sinergias que nos lleven a soluciones y hay grandes expectativas puestas en el gobierno que apoya las energías verdes. Estamos preparados para transformar la matriz
energética chilena, ¿empezamos?

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*El autor es director de asuntos públicos y gubernamentales para América Latina en Vestas.

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