Estará a cargo de un Consejo Constitucional con 50 representantes electos y 24 expertos designados

Los partidos políticos chilenos llegaron este lunes a un acuerdo sobre la hoja de ruta que seguirá el nuevo proceso constituyente después de más de tres meses de intensas negociaciones.

El pacto establece que el nuevo órgano redactor, el Consejo Constitucional, será un órgano integrado por 50 personas electas por la ciudadanía y 24 expertos designados: 12 de ellos por la Cámara de Diputados y Diputadas y 12 por el Senado, con un rol vinculante en el proceso de elaboración de la propuesta constitucional.

Aunque el acuerdo no es del agrado del gobierno chileno, el presidente Gabriel Boric se abrió la semana pasada a la posibilidad de este nuevo ente no integrado exclusivamente por ciudadanos elegidos en las urnas, como defendían las coaliciones con las que gobierna, Apruebo Dignidad (izquierda) y Socialismo Democrático (centroizquierda), y afirmó que “es preferible un acuerdo imperfecto que no tener acuerdo”.

“Para la actual oposición es importante tener una convención mixta, en donde existan expertos designados por el Congreso (…) No es lo que a nosotros como alianza de Gobierno nos gustaría”, aseguró la semana pasada.

Las fuerzas políticas negociaban un nuevo acuerdo desde el plebiscito del pasado 4 de septiembre, cuando una mayoría de los ciudadanos rechazó la propuesta de nueva Constitución, con el 62% de los votos en contra y 38% a favor.

Ese texto fue redactado en un proceso que se extendió por un año por una Convención Constitucional integrada por 115 personas elegidas en las urnas, de mayoría progresista e integrada por ciudadanos independientes, sin afiliación a partidos políticos, con paridad entre hombre y mujeres y escaños reservados a indígenas.

El carácter plurinacional del Estado, la eliminación del Senado, el sistema de justicia, la mayor presencia del Estado o el aborto libre fueron algunos de los aspectos de la propuesta que generaron más oposición entre quienes promovieron el Rechazo.

La derecha chilena, que consiguió menos de dos tercios en la Convención Constitucional, llamó a votar en contra de la propuesta al encontrarla “radical”, “socialista” e “indigenista”, mientras que la izquierda llamó a aprobarla.

Algunos de los líderes del Rechazo acusaron a los convencionales constituyentes, en su mayoría representantes independientes de izquierda, de haber elaborado un texto “revanchista” y de haber marginado a la minoría de derecha elegida a la Convención Constitucional.

Pese al rechazo a ese documento, existe consenso en la necesidad de sustituir la Constitución actual.

Chile inició el proceso constituyente como la vía política para amainar la masiva ola de protestas conocida como “estallido social”, que comenzó en 2019 y dejó una treintena de fallecidos y miles de heridos.

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FORBES STAFF / EFE