La Ministra contactó por teléfono a un líder radical mapuche posteriormente arrestado
El presidente Gabriel Boric aceptó la renuncia de la ministra de Desarrollo Social, Jeannette Vega, tras reportes que indican que contactó recientemente por teléfono al líder radical mapuche Héctor Llaitul, detenido el miércoles por delitos contra la Seguridad del Estado.
“He tomado la decisión de aceptar la renuncia de la ministra de Desarrollo Social, Jeannette Vega”, dijo el mandatario el jueves por la tarde durante una gira por el norte del país.
Vega, de 64 años y ligada al socialdemócrata Partido por la Democracia (PPD), es la primera ministra que sale del gobierno de Boric, cinco meses después de la toma de posesión y 10 días antes del plebiscito por la nueva Constitución.
Polémica llamada
El medio local Ex-Ante desveló el jueves un informe de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) que señala que una funcionaria del ministerio se contactó con Llaitul en mayo pasado para tratar de agendar una conversación con Vega.
La comunicación tuvo lugar la misma mañana que el Llaitul, líder de la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM), una de las principales organizaciones radicales mapuche que operan en el sur de Chile, llamó a “organizar la resistencia armada” en respuesta a la militarización de la zona que había decretado Boric.
“Debemos ser cuidadosos del fondo y también de la forma. Los hechos que hemos conocido hacen que corresponda hacer valer la responsabilidad política de la Ministra”, agregó el gobernante, quien anunció que la subsecretaria Paula Poblete asumirá el cargo de forma interina.
La noticia del contacto telefónico provocó numerosas críticas de la oposición política a Boric, cuestionando qué tenía que conversar la Ministra con una persona que reinvindica la resistencia armada al Estado chileno.
No es la primera polémica en la que está envuelta Vega, quien en mayo, días después del contacto entre su asesora y Llaitul, afirmó en una televisión local que en Chile existen presos políticos mapuche.
Sus declaraciones desataron una ola de críticas, incluido en el oficialismo, y la ya exministra tuvo que rectificar horas después.
Un tribunal decretó el jueves prisión preventiva para Llaitul, quien fue arrestado la víspera por los presuntos delitos de “hurto de madera, usurpación y atentado contra la autoridad” y trasladado a Temuco, la capital de La Araucanía, 700 kilómetros al sur de Santiago.
Allí y en otras zonas sureñas existe desde hace décadas el llamado “conflicto mapuche”, una disputa territorial entre el Estado, comunidades radicales indígenas y empresas forestales que explotan tierras consideradas ancestrales.
En ese contexto, se producen casi a diario ataques incendiarios a maquinaria y predios y cortes de ruta —muchos de ellos reivindicados por la CAM— y periódicamente ocurren también tiroteos con víctimas mortales.
Diálogo con “quienes sea necesario”
A diferencia de otras agrupaciones que en los últimos años se han descolgado de su seno, la CAM tiene un acervo político ideológico desarrollado con dedicación, apuntando al “control territorial” como vía para alcanzar la autonomía y pavimentar el camino hacia la “liberación nacional” mapuche.
Boric, por otro lado, afirmó que el Gobierno dialogará “con todos quienes sea necesario” para tratar de hallar una solución justa al enconado conflicto ancestral.
“Las señales deben ser claras: sí al diálogo, no a la violencia. Quienes no entiendan esa premisa básica tienen el deber de enfrentarse a las instituciones del Estado de derecho que nosotros desde el Gobierno vamos a defender”, alertó Boric.
El Presidente insistió en que nadie está por encima de ley” y pidió a los distintos partidos políticos que dejen actuar a la Justicia y no traten de sacar “pequeños réditos electorales” con la detención de Llaitul, de 54 años de edad.
“En ese contexto, el señor Llaitul ha reiterado de manera pública su nula disposición a abandonar la vía violenta y por lo tanto, como todo ciudadano, debe responder a la Justicia, y eso es lo que está sucediendo en este momento en nuestro país (…) insisto, la violencia no es el camino y quienes quieran seguirlo se van a enfrentar a todo el Estado de derecho”, explicó Boric.
EFE