Las autoridades hicieron un llamado a votar pues en primera vuelta votaron menos de la mitad de los ciudadanos
Dos años después del violento estallido social de 2019 en el cual miles de ciudadanos pidieron la renuncia del presidente chileno Sebastián Piñera, las y los ciudadanos tendrán este domingo la oportunidad de elegir a su sucesor entre dos candidatos diametralmente opuestos: el diputado izquierdista Gabriel Boric y el líder de la ultraderecha José Antonio Kast.
Boric, quien perdió la primera vuelta ante Kast, llega como favorito según los últimos sondeos que se publicaron antes de que entrara en vigor la veda de publicación de encuestas hace dos semanas.
Sin embargo, los expertos afirman que el panorama es muy incierto teniendo en cuenta el estrecho margen entre los dos candidatos en primera vuelta, de dos puntos porcentuales,
Más de 15 millones de personas están llamadas a acudir el domingo a alguno de los 2.500 locales de votación, que desde hoy se encuentran custodiados por las fuerzas se seguridad, según explicó el ministro del Interior, Rodrigo Delgado.
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Las autoridades hicieron un nuevo llamado a las y los chilenos para que salgan a votar, teniendo en cuenta que en la primera vuelta votaron menos de la mitad (47%) de los ciudadanos habilitados.
“Queremos que este día domingo todos vayan a votar. Porque votar es seguro, y porque este domingo vamos a elegir al Presidente que nos conducirá por cuatro años, que tendrá la importante labor de cerrar heridas, de sanarlas y después, de trabajar por la unidad del país”, dijo en conferencia de prensa el portavoz del gobierno, Jaime Bellolio.
Posturas irreconciliables
Los candidatos a la presidencia, Kast (55 años) y Boric (35), son como el agua y el aceite y defienden dos modelos de país diametralmente opuestos.
El ultraderechista, que ganó la primera vuelta con el 27,9 % de los votos, defiende el legado económico de la dictadura de Augusto Pinochet y hace bandera de los valores de la derecha tradicional: patria, familia y orden.
Llama “violentistas” a los miles de manifestantes que desde el 18 de octubre de 2019 llenaron las calles en la mayor ola de protestas antigubernamentales desde el retorno a la democracia, que dejaron con una treintena de muertos y miles de heridos, además de episodios de violencia extrema son saqueos e incendios.
Y promete devolverle la “paz” al país y fortalecer al denostado cuerpo policial de Carabineros, sobre el que pesan acusaciones por violaciones a los derechos humanos por parte de organismos como Naciones Unidas y Amnistía Internacional.
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“Hace dos años se levantó un bicho que decía ‘Chile despertó’. Chile en ese momento no despertó, entró en una pesadilla donde se vulneraron los derechos de millones de chilenos. Chile va despertar este domingo, cuando vuelva a recuperar todas sus capacidades para defender la libertad”, aseguró Kast esta semana.
El exlíder estudiantil, por el contrario, defiende las demandas sociales expresadas en las revueltas a favor de mejores servicios básicos y quiere implantar un Estado de bienestar similar al europeo, con acento ecologista, feminista y regionalista.
Los más fieles seguidores de ambos también están en las antípodas, y mientras los de Kast expresan miedo por el “comunista” Boric, los del líder izquierdista profesan temor por el “pinochetista” Kast.
Giro hacia la moderación
Ambos candidatos han tenido que moderar sus propuestas para ganar electores en el centro, pues el 46% de los votos en primera vuelta fueron a políticos más moderados que Boric y Kast.
Tras ganar la primera vuelta, Kast dio marcha atrás en algunas posturas, por ejemplo, la privatización de la estatal Codelco (la mayor productora de cobre del mundo), la concesión de beneficios especiales a las parejas casadas o la fusión del Ministerio de la Mujer con otra cartera.
“Cuando uno comete un error tiene que disculparse y yo le pido perdón a cada una de las mujeres a cuales les pudo haber afectado nuestro programa”, afirmó a principios de diciembre.
También ha tenido que reconocer que su plan para recortar de un 27% a un 17% los impuestos a las empresas es inviable actualmente, aunque dijo que la medida estará “supeditada al crecimiento del país”.
Boric, por su lado, tuvo que poner más énfasis en planes contra la delincuencia, mejoras a la policía y ha prometido más seguridad para los ciudadanos de cara a la segunda vuelta, y ha intentado con sus declaraciones espantar el miedo que genera en las esferas empresariales su alianza con los comunistas.
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A pesar de haber renegado durante años del legado de la Concertación —la coalición de demócratacristianos y socialistas que gobernó Chile durante tres décadas tras el fin de la dictadura— en el último debate presidencial señaló que “jamás he dicho que estos 30 años fueron perdidos. Creo que toda generación tiene el derecho y el deber de analizar críticamente lo que hicieron nuestros antecesores para justamente poder aprender de eso”.
“Las divisiones no permiten avanzar en justicia social”, agregó.
Lo cierto es que el futuro presidente chileno encabezará el Gobierno más izquierdista desde el derrocado Salvador Allende o el más derechista desde Pinochet, y tendrá que lidiar con un Parlamento en donde ninguno tendrá mayoría.
“Ambos candidatos han estado haciendo ajustes importantes en sus programas, han introducido conceptos de prudencia y realismo”, dijo esta semana el presidente del Banco Central de Chile, Mario Marcel, y agregó que esto es valioso para tranquilizar a los inversionistas.
J.P. Morgan dijo en un informe que había notado “un giro hacia la moderación” por parte de ambos candidatos. El Congreso, indicó, moderará los planes políticos de Boric si gana, mientras que una asamblea de izquierda que reformulará la Constitución presionaría a Kast.
Las mesas de votación abrirán a las 8:00 locales y seguirán abiertas hasta las 18:00, pero todas las personas que estén haciendo fila a la hora de cierre tendrán derecho a votar.
FORBES STAFF / AGENCIAS